Víctor Mesa y Ariel Pestano han robado cintillos en la final de la serie. Pero no nos limitemos al terreno de juego. Todos estaremos de acuerdo en que, a pesar de las emociones, no ha habido durante toda la postemporada una telenovela más deliciosa que las hilarantes conferencias de prensa. Es el intento de un país por salir del letargo. No importa cuán ridículas parezcan, cuán mal se organicen, debemos mantenerlas a cualquier precio, algún día tendremos cultura de debate, y sabremos dialogar como se debe.
Los peores errores de Víctor Mesa no son técnicos. Es líder, estratega, protagonista, incurre en alguna que otra decisión polémica, pero condujo un equipo menor, repleto de deficiencias, a la discusión del título, y no habrá crítico, por aplicado que sea en la disección de sus errores, que pueda negarle semejante mérito. No hay nada que Víctor Mesa pueda hacer contra sí mismo, nada que borre o niegue el bien que ha significado para Matanzas y, como están las cosas, para el beisbol cubano en general.
Cierto: no hay nada que pueda hacer contra sí mismo, pero miren que lo ha intentado. Sus continuas y desacertadas declaraciones, sus arranques de ira desmedida y su soberbia, que no es ya una soberbia carismática, sino una soberbia prepotente, pesada, indefendible. Ha logrado infundarle miedo a los periodistas y contesta lo que le da la gana, en el tono que le da la gana, el día que le da la gana. Un poco de atención a sus palabras evidencia que se ha enemistado con los medios, y que los reporteros del beisbol cubano le parecen indolentes, poco expertos, no saben siquiera lo que van a decir.
Cada vez que le han preguntado algo que no sabe contestar, algo que implique un cuestionamiento, Víctor Mesa se ha puesto grandilocuente y furioso, y se ha marchado por las ramas. Los periodistas son despachados con negaciones rotundas, sacados de los micrófonos a puntapiés. No obstante, siguen demonizándolo, y Víctor no es un demonio. Es, a pesar de la peligrosa autocracia que en este momento ejerce, una de las pocas cosas vivas del beisbol cubano, y habrá que salvaguardarlo cuanto antes. La Serie Nacional echará a perder a Víctor Mesa antes que Víctor Mesa arregle la Serie Nacional.
Ariel Pestano, por su parte, ha demostrado ampliamente por qué es el mejor catcher de Cuba, y entre los primeros del mundo. Yo disfruto su precisión e inteligencia, su maestría absoluta, su pomposa altivez. Cuando se retire, pasarán años para que volvamos a contar con un receptor de su categoría. Durante las últimas temporadas, habíamos empezado a despreciarlo. Hundidos en la literalidad de nuestra pelota, casi ningún aficionado valoraba ya su utilidad imprescindible, casi oculta. Dice David Schonfield, comentarista de ESPN, refiriéndose a Yadier Molina: “El arte de manejar un partido detrás del plato es el atributo más sutil que puede tener un receptor. El liderato que se requiere para ayudar a la confianza de un lanzador es ciertamente difícil de identificar.”
Por contradictorio que suene, tuvo que regresar Víctor Mesa y excluir a Pestano de la nómina al Clásico para que recordásemos el peso de su valía. De hecho, no nosotros. Tuvo que venir Víctor Mesa para que Pestano recordase quién era y dejase a un lado la malcriadez. Pero yo lo habría asustado solo un poco, lo suficiente, nunca le hubiese aplicado una sanción tan severa. Podemos discrepar, pero me temo que Cuba no avanzó a San Francisco, y su pitcheo lució tan inconsistente, porque Javier Gálvez se quedó en Mayabeque y, sobre todo, porque Pestano no calzó los arreos. No hay una expresión de virtuosismo en la pelota cubana actual comparable a su ejercicio de receptoría. O sí, los ceros de Freddy Asiel Álvarez, pero si no fuese por su catcher ya le habrían marcado alguna limpia.
El sábado pasado Pestano asistió por primera vez a una de las conferencias (siempre van los héroes públicos, no los tanques pensantes), sin embargo, no habló una sola palabra. Dijo que estaba allí por una cuestión de disciplina, pero que no tenía opiniones sobre nada. A mí me parece muy digno de su parte que mantenga una posición hasta el final, que demuestre que es el mejor de Cuba, y que ahora, ante el éxito, les pague a los periodistas con lo mismo que le pagaron cuando salió derrotado, es decir, con silencio.
Pestano se encuentra molesto con la prensa justo por lo contrario que se encuentra molesto Víctor. Pestano, porque en su momento lo olvidaron como si fuera un atleta común, y Víctor, porque lo mencionan todo el tiempo. Ambos, a su vez, ilustran una creencia extendida. Los periodistas, debido a la broma macabra a que se ha reducido el oficio, no gozan de ningún prestigio social, de un ápice de credibilidad, cualquiera cree que puede ningunearlos. Probablemente Víctor se comporta cada vez más desfachatado porque alguien le lee, diariamente, la sarta de argumentos pueriles y mal escritos, la cantidad de basura crítica que los blogs y perfiles de Facebook cubanos (no todos, pero casi) despachan sobre su persona.
Uno se aburre de leer siempre el mismo análisis, sobre el mismo punto vacío. El tema se ha agotado, pero como los periodistas cubanos no pueden hablar de nada, ni siquiera en sus bitácoras íntimas, se siguen cebando en Víctor con encono. Descargan en Víctor toda la furia y la impotencia de años, y tal parece, si nos guiamos por los sitios digitales, que Víctor no es un simple director de beisbol, sino el culpable de nuestra economía, del cable de fibra óptica, de la mala literatura, la corrupción y las malas cosechas, todo junto.
Hay un punto en el que nadie parece haber reparado, y que al menos a mí me sonó peligroso. Tras el séptimo juego Matanzas contra Sancti Spíritus, le preguntaron sobre Villa Clara, sobre su dirección y sus métodos controversiales, y sobre la espinita que traía un duelo con su antiguo equipo, una provincia donde Víctor es leyenda.
Contestó que su única espinita era con los americanos, y que el beisbol era una forma de defender la Patria. No se ha escrito nada al respecto. Claro, es un tema sensible, que supera al propio Víctor. Ni él mismo sabe lo que dijo, pero ese nacionalismo barato, esa patrioterismo per se, es la base de la politización decadente que considera traidores a los peloteros cubanos de Grandes Ligas. Es la triste subversión del deporte y el desconocimiento de su esencia.
¿Una espinita con los americanos? ¿Qué nos han hecho a nosotros los peloteros de los Estados Unidos? Si Cuba tuviese que tener una espinita con alguien, sería con Japón, y muy particularmente con Holanda -sobre todo Víctor Mesa-, pero no con los americanos, los pobres, que no han llegado siquiera a la final de un Clásico.
Hay que tener cuidado con los símbolos, con las metáforas. Algunas merecen que le apliquemos una estricta literalidad. Si el beisbol fuese una forma de defender la Patria, pues habríamos jugado pelota en Playa Girón, y asunto resuelto. Por lo pronto, no nos dejemos confundir. Las conferencias de prensa, y el play off final, son básicamente un libreto clásico, con dos contendientes prístinos. Uno desde la locuacidad, el otro desde el silencio. Víctor y Pestano. O Aquiles contra Aquiles. Falta mucho todavía para que tengamos en Cuba un héroe como Héctor.
oye, periodista, tengo algunos adjetivos para tu comentario, pero solo te diré dos, valiente, e intachable, felicidades, ojala y los periodistas cubanos, escribieran un articulo así en la prensa o hablaran en otros medios de difusión como tu lo has hecho y te trato de tu, porque se ve que eres culto pero campechano., gracias por este articulo
!! brillante !!!!!!!, sencillamente genial esta critica a dos enormes peloteros pero pequeños seres humanos. Gracias periodista por escribir tanto en tan pocas palabras.
Carlos: He seguido con atención casi todas las conferencias de prensa y créeme que desde la postura de defenderlas por necesarias, desperté varias ronchas en algunos colegas cuando objeté alguna que otra pregunta deficiente, al menos desde mi punto de vista. Coincido contigo en casi todo lo que has dicho sobre Víctor Mesa.
Mas, quisiera opinar sobre algo que dices. Si en algo estoy de acuerdo con VM32 es justamente en eso que tu le cuestionas, porque por encima de su alivez a VM32 siempre le elogiaré eso, que quiera a Cuba y, también, la espinita con los americanos.
Creo que pasas por alto que el béisbol es parte de nuestra nacionalidad y no por un capricho sino porque apareció y creció como una forma de reafirmación de lo cubano en la época de la colonia. Por tanto no es un asunto tan ingenuamente “apolítico” como tu lo presentas, verlo así es pecar de un ingenuidad que este país no puede permitirse nunca.
¿todo los peloteros que se han ido a EEUU son traidores? tampoco creo que sea para tanto. Pero insito el otro extremo que tu propones también es eso: otro extremo sobre todo cuando dices. “Si el beisbol fuese una forma de defender la Patria, pues habríamos jugado pelota en Playa Girón, y asunto resuelto.” Te cuento que cuando Playa Girón un equipo Cuba de pelota estaba en Guatemala y estuvo dispuesto a regresar para combatir y le dijeron No, lo de ustedes en jugar. Justamente le tocaba enfrentarse a la representación de un país de centroamérica cuyo dictador había hecho declaraciones contra la Revolución y la manera de callarle la boca fue ganándole 20 a 0. La pelota sí ha servido para defender el orgullo nacional de Cuba ¿O es que ya nadie se acuerda? de el Cuba jugando en Dominicana frente a EEUU y las gradas repletas de dominicanos gritando ¡GO HOME! por ese día de 1969 los dominicanos reivindicaron a su país con la épica victoria de Cuba en aquel mundial.
Igual la pelota ha permitido distinguir lo puro y digno del pueblo estadounidense: solo dos ejemplos: los partidos vs los Orioles y a Fidel caminando con James Carter por un Latioamericano repleto.
Saludos
Perdón, las ronchas tiene un motivo, pusiste en duda la profesionalidad de un colega, y eso, no se hace!!! Pero es una manía la de decir e indicar cómo hacer las cosas, hasta la de cuestionar una crónica inmejorable, como esta, un abrazo, y como mismo Víctor debe cambiar en su forma de proyectarse y otras muchas; y nosotros, quiénes lo criticamos también debemos mirarnos hacia adentro. Perdona, pero tenía que decirlo
Una crítica digna de Reinaldo Taladrid o de Randy Alonso, yo diría que eres uno de ellos. Sobre todo si tomamos en cuanta que Taladrid ha sido siempre de la Seguridad del Estado y desde hace un tiempo para acá le ha dado por opinar de beisbol. El beisbol es identidad nacional pero hay que recordar que al menos en ese deporte Cuba siempre fue de los mejores incluso antes de la Revolución y de Girón. El artículo es excelente y ‘sin doble raseros’, parafraseando a Pérez Roque que le gustaba usar mucho esa frase con los americanos (los mismos de la espinita de Victor). Un comentario (el de
István Ojeda Bello) digno de la Asamble del Poder Popular.
Excelente su aporte, ojala que los que han leido el articulo lean sus consideraciones, todos los extremos son malos, hay que ver las cosas en su justa medida, virtudes y defecto aparte, de las personas que se cuestionan me refiero. La vida demostró que Pestano hizo falta en el Clásico pero ello no minimiza la actuación de Victor que con lo hoy disponible logro un cambio en la imagen del equipo. Yo creo que los que defienden el equipo Cuba son los imprescindibles, tanto jugadores como directivos. Hay cosas que mejorar muchas, pero en casa. Triste es ver que excelentes jugadores como los venezolanos hayan tenido un desempeño tan lamentable en el Clásico y hoy se roben titulares en Grandes Ligas ¿cual es la bandera que representan? No se puede ser ingenuo en lo político, todas las acciones y actitudes tienen una posición política. Y cada cual es responsable de sus actos. Al final la vida pone a cada uno en su justo lugar.
Muy buen articulo, definitivamente bien concebido y estructurado, en un lenguaje claro, conciso y objetivo,, ya es hora de detener el mito de Victor Mesa,, el cual fue un buen jugador en su momento pero solo eso,, ha intentado hacer su historia sobre la base del pasado y de las malas conductas actuales,, las indisciplinas, problemas de caracter, y complejos no pueden ser nunca elementos nutrientes para hacer historia en la vida de nadie,, buen analisis sobre Pestano,,, felicidades periodista,,, metele.
Debo decir que me resulta difícil discutir este asunto dado que Víctor es uno de mis ídolos en el béisbol cubano. Yo lo adoraba y lo adoro, pero como con los hijos, el amor no puede cegar a uno y perder la objetividad.
Ya se ha dicho mucho, de lo bueno y de lo malo, y coincida o no con esos criterios, no quiero repetir las mismas cosas.
La tríada atleta-profesor-director no se me va de la cabeza. Y es que cada rol en esa tríada lleva características diferentes.
Víctor como atleta, insuperable.
A Víctor como director –a mi modo de ver- sólo le falta una cosa: irradiar confianza en sus atletas y no presionarlos tanto ya en el juego. La paciencia es una parte de la profesión del director, por lo que la impaciencia con los atletas que se esfuerzan, es un indicador de una deficiencia del manager.
Pero me detendré en profesor…
El buen profesor debe dejar de ser un mero instructor de contenidos para convertirse en un pleno educador, en un servidor de las vocaciones ajenas. Nunca puede perder de vista la visión de su labor como docente.
Un buen educador sirve de modelo a sus discípulos en cuanto a su comportamiento como profesor, como profesional y como ciudadano. Es alguien disciplinado que está para educar, para cumplir con el rol social que permitir que las generaciones más jóvenes logren ajustarse a los requerimientos de la sociedad en que estén. Por ello es que el docente no puede perder de vista el apego a normas de convivencia que permitan que los jóvenes eduquen su libertad. No se trata de imponer una obediencia ciega a normas y principios sino enseñar a respetar esas normas por lo valioso que contienen tras de si.
Por ello es que es preciso que el docente sea prudente, sepa cómo actuar desde una acción ética y no sólo deportivamente correcta. Un ánimo educado y capaz de tomar decisiones efectivas, centradas no en el beneficio propio ni en lo deportivamente correcto, sino en valores y principios efectivamente formativos.
Lo principal, lo más importante en un equipo de béisbol, son y han de ser sus atletas. Formarlos de verdad, en conocimientos, pero sobre todo en valores, debería ser la principal prioridad de cualquier equipo directivo antes de contratar a quien puede ser una pieza clave en el prestigio y la calidad de un team.
Por lo anteriormente dicho es que pienso que Víctor Mesa fue un excelente deportista, lo califico como un buen manager, pero es, lamentablemente -desde mi modo de ver- un mal profesor.
Y el asunto no es echarlo a un lado ni mucho menos, yo soy de los que está de acuerdo en que sea el manager del team Cuba, pienso que nadie mejor que él para llevar las riendas de nuestro equipo nacional, un hombre de tantos aspectos positivos que no he mencionado aquí merece todas las oportunidades del mundo, pero sí creo que la dirección del béisbol, y/o del país, deben ayudarlo a pasar alguna escuela de formación, o insertarlo en algún curso de superación de sus deficiencias. Por el bien personal del propio Víctor, por el bien individual de sus atletas, por el bien colectivo del béisbol, y por el bien supremo de la patria.
Tantos buenos partidos no los puede opacar con tantos malos ejemplos.
Carlos Manuel, muy buen enfoque y punto de vista!!! Y escribes con una soltura y cubanía, increíbles!!! Bueno, soy tu fans desde que estudiabas en los primeros años y venías a los festivales de la Crónica en Cienfuegos. Sigues haciendo esas crónicas tan necesarias!!! A mi también me duele Víctor, qué decir!!! un abrazo
Estoy de acuerdo en la mayor parte de los puntos de vista de este joven colega, que además los escribe muy bien. La referencia de VM a “los americanos” me sonó a oportunismo político. De esa espinita no habló cuando lo entrevistaban durante el Cásico Mundial. Lo más triste es que ese tema se ha tornado un escudo para ocultar la incompetencia. No es solo en el deporte, en muchos aspectos de la vida cubana actual puedes ser incompetente, ineficiente, torpe y demás, que si eres politicamente correcto, se te perdonaran esos errores. VM es solo uno más.
Coincido con los comentarios de István Ojeda Bello y de Adonis Subit. A Pestano lo tuve en un pedestal, pero se derrumbó por su arrogancia, no solo ahora cuando se negó a ofrecer comentarios, de antes, para quienes le han tenido cerca saben de esto.
Por lo demás existen algunos aspectos con los cuales discrepo, sobre todo el hecho de que digas que “los periodistas no gozan de ningún prestigio social” y otros…; eso no es tan tan como lo dices. Conozco a muchos periodistas cubanos que poseen un altísimo prestigio, son dignos y respetados; quienes al ser mencionados hacen estremecer los cimientos de algun@s
Las ideas que expones, con un lenguaje directo, pero con la elegancia de la gramática, en Kramer contra Kramer II , pone al descubierto, que faltan más temporadas de Kramer, para abordarlas en una cuartilla, bien hecha como lo demuestras. Es una pena que Victor Mesa, no la pueda leer, no solo la crónica tuya, para mi perfecta, sino todos los comentarios que aparecen publicados acá. En especial de Istvan Ojeda Bello, que aprovecho para Felicitarlo porque creo que enriquece esta pagina.
Agustín Dimas López Guevara
Definitivamente, hay muchos que no entienden la ironía fina, qué pena!!!
Ah, Cuba y la pelota. Recuerdo que mi madre decía que de mayor quería ser periodista deportiva porque eran los únicos que podían criticar cosas en el Noticiero.
Totalmente off topic, pero no hagas comentarios como ese de Héctor. Yo sé que la mayoría de la gente fue víctima de malos profesores de literatura en el pre (hay excepciones, pero evidentemente no suficientes) que explicaban la Ilíada a partir del pésimo prólogo de la edición cubana.
El héore de la Ilíada es Aquiles, no Héctor, y por una razón clara: representa el ideal de la Grecia heroica. Como Homero es un gran escritor (asumiendo que haya existido alguien llamado Homero, pero ese es otro tema), lo enfrenta a un oponente que está al nivel de su excelencia. Pero créeme, el ejemplo a seguir era Aquiles y ningún griego se le habría ocurrido verlo de otra manera.
Así que no se mejora de Aquiles a Héctor, no importa las boberías que dijera ese prólogo. Aquiles es el modelo a aspirar, suponer que Héctor lo mejora es no entender nada.
En Cuba, la pelota es mucho más que el béisbol y aunque concuerdo con usted en muchas cosas, pienso que la pelota es parte de nuestro orgullo, de nuestra vida…
Lo que sí no puede suceder es que Víctor Mesa sea el centro de todo lo que se refiera a nuestro deporte nacional, porque él fue un buen pelotero, nadie lo duda, pero hasta ahí.
Ahora Víctor Mesa cuenta con la venia de Higinio Vélez, ese que lleva las riendas del béisbol cubano aunque desde que está ahí no se gana nada importante.
¿En Cuba dirigir un equipo es mandar a tocar la bola o cambiar un pítcher en el momento adecuado?
No es solo eso, hay que ser un pedagogo, hay que ser un ejemplo de disciplina, de responsabilidad, de respeto…
Para ser el centro de atención y robarse el show no hace falta echarle tierra a un árbitro en la cara, ni decirle loco a otro, ni protestar por casi todo. Se pueden hacer muchas otras cosas, pero para eso es preciso tener cultura, tino y hasta la inteligencia que se fortalece con el haber estudiado.
Voy a partir este comentario exponiendo que no soy periodista pero soy de esas personas que le gusta expresar sus criterios.
He leído tanto los artículos expuestos en este sito como los comentarios de las personas, que todo parece indicar que son periodistas, o al menos la inmensa mayoría. Me disculpan si cometo alguna torpeza.
Hace unos días en la prensa nacional salió un artículo sobre VM que rezaba “el Víctor bueno y el Víctor malo” donde se exponía todo lo bueno y malo que veía en él el articulista; al final resumía que había un solo Víctor (no me extiendo porque sé que todos lo deben haber leído). Traigo esto a colación porque desde mi punto de vista una persona es como es, un todo de virtudes y defectos, y en cada momento debemos aceptarla por sus virtudes soportando sus defectos, o rechazarlo por sus defectos a pesar de sus virtudes, dependiendo qué es lo que se pretende con dicha persona. Es como el matrimonio, donde uno se casa con la pareja escogida y por supuesto ve solo las virtudes aunque tenga sus defectos, aunque a veces con el decursar del tiempo los defectos se imponen a las virtudes; o como los hijos, que no siempre tienen todas las virtudes que uno quisiera, o nos salen con defectos que quisiéramos extirpárselos.
Coincido 100% con lo expuesto por István Ojeda Bello y Adonis Subit, y me sumo a ellos. Solo tengo que agregar algo al respecto, y es que tengo un amigo que es amigo de Pestano de hace muchísimos años, y después de leer el artículo que señalé anteriormente me dijo que todo el mundo, periodistas o no, critican a Víctor, pero que Pestano no es un dechado de virtudes como todos quieren hacer ver, al contrario, es un émulo de Víctor, solo que con más “educación” pero al final comete las mismas torpezas que VM, solo que él trata a Pestano por las cosas buenas que tiene obviando las cosas malas. Nada, que aquí se aplica el refrán “dos narizones no se pueden besar”.
Señoras y señores, el tema VM vs prensa cubana se ha convertido en mi modesta opinión en un campo de batalla, donde ni él puede verlos ni estos a él. Y si a esto le agregamos que hay periodistas que hacen unas preguntas incontestables (por ejemplo yo nunca le hubiera hecho a Pestano la primera pregunta de la conferencia de prensa) pues ya tenemos el caldo de cultivo perfecto. Pero en mi opinión tan grosero fue Pestano con la prensa como Víctor, gústele a quien le guste y pésele a quien le pese.
Pienso que la prensa deportiva y no deportiva debiera “sacarle un poco el pie” a este tema de VM, Pestano, Villa Clara, etc, y enfocarse en otros aspectos de nuestro béisbol que están manchando su buen nombre, como es la actuación casi deplorable de nuestro arbitraje con sus innumerables “horrores” (no errores) que han provocado derrotas de equipos, porque no es lo mismo un error al cantar una bola o un strike que decretar out en lugar de quieto, o buena bola cuando es foul (por poner 2 ejemplos) y de esa forma sacar de paso al equipo que está en racha. Ejemplo de esto las series Cienfuegos vs Villa Clara, Matanzas vs Sancti Spíritus y Matanzas vs Villa Clara (incluido el juego de anoche) por solo mencionar 3, que ocasionaron tanto expulsiones de manager como de árbitro. Incluso en la prensa en un artículo de Granma hablaron de joyas defensivas y el fotodrama con que ilustraron el artículo fue nada más y nada menos que el famoso “quieto” en tercera de la magnífica jugada de Gracial en tiro de Heredia que fue out “de calle” y que causó tanta controversia. Sin fanatismos, sin el mal arbitraje, Matanzas hubiera llevado para el Victoria la serie, no estaría celebrando Villa Clara en estos momentos la victoria, o quizás fueran Matanzas y Cienfuegos los que estarían discutiendo la final. Esto cae en el campo de la especulación, pero el mal arbitraje no es especulación, es real, existe, y los que tienen acceso pueden ver una y otra vez en TV las repeticiones de las malas decisiones arbitrales.
Saludos a todos
Solo una pequeñísima precisión, cuando la invasión por Bahía de Cochinos, la selección cubana jugaba en San José de COSTA RICA la XV Serie Mundial dAmateur. Gracias.
Colega: excelentes ideas, buenas letras, mejor trabajo. Dos personalidades del béisbol cubano, mal trabajadas y peor equilibradas, el reflejo de nuestra pelota. Aún aspiramos a volver a tener BÉISBOL!
Leyendo los comentarios me alegró mucho llegar a este último donde se enfoca el debate en otras cosas sustanciales que tuvo la serie. aspectos que de comportarse diferente habrían cambiado el rumbo de los resultados, simplemente habrían sido diferentes.
También quisiera ver cómo serían los comentarios si a Pestano no le hubiese “salido” el batazo “oportuno” que le ha permitido una reivindicación que olvida sus desplantes y altanerías. Cuadrangular que tuvo un efecto directo también en sus capacidades comunicativas, pues fue lo que le quitó la mudez, hasta ese entonces estaba en “una postura” de “sin comentarios” que algunos celebran olvidando las normas que sí exigen a VM32. Los arranques de VM no darían tanto que decir si tanto árbitros como comentaristas y periodistas (respetando las excepciones) no se esmeraran tanto en ponerlo al límite. El show creo que no ha sido solo de VM hay muchos más protagonistas que se pierden en el anonimato de un grupo que “disfruta” sus excesos.
Bueno Geidy!!!
Excelente articulo. Me encanto esto: “Es, a pesar de la peligrosa autocracia que en este momento ejerce, una de las pocas cosas vivas del beisbol cubano, y habrá que salvaguardarlo cuanto antes”.
Los periodistas que se quejan de los desplantes de Victor, deberian ver las conferencias de prensas en la final de la NBA. VM32 es un bebe de teta comparado a Popovich y no veo a ningun periodista quejandose.
Carlos: De tanto estar de acuerdo contigo, casi estoy tentado a ser como el Pierre Menard de Borges y reescribir este pequeño Quijote periodístico que es tu comentario. Y cuando digo pequeño, me refiero a la extensión, nunca al sentido. Este es el tipo de trabajo que me gustaría ver cotidianamente en la prensa cubana, pero, por supuesto, escasea, como escasean los Héctor en nuestra pelota -magnífica analogía, por cierto. Solo hay que ver las conferencias de prensa, esas que tú defiendes con razón y que, junto a la prepotencia de Víctor, demuestran lo manido y cansino de buena parte de nuestro periodismo, deportivo y no solo deportivo. Yo tampoco apruebo la actitud autocrática del mentor del Cuba, aunque sí la defensa apasionada de sus criterios. Por algún tiempo lo he pensado como nuestro Mourinho tropical, menos elegante y quizás más desbordado emocionalmente. Y digo quizás porque nos pasa algo a los cubanos que vivimos en Cuba, los de a pie, algo que ni siquiera la transmisión de TeleSur ha logrado, al menos todavía, paliar: tenemos muy pocas referencias, muy poco universo comparativo, y aunque el sentido común nos diga que los desplantes y las caritas de Víctor se pasan de la raya, no sabemos, a ciencia cierta, si son o no el fin del mundo. Puede que, como dice el forista Ariel, sea un bebé de teta comparado con el Popovich de la NBA, pero aquí, al menos por la TV nacional, solo dan los juegos de la NBA los domingos en la noche, atrasados por demás, y creo que sin conferencias de prensa. Y aún así, con las gracias incluidas, porque durante muchos años ni eso. Ojalá y con el retorno de nuestro país a la Serie del Caribe, los nuevos contratos de jugadores cubanos en ligas foráneas -como el de Michel Enríquez en México-, y un incremento del debate público, aunque sea de momento en un espacio tan restringido todavía para la mayoría de los cubanos como Internet, vayan cayendo otras cortinas y abriéndose otras puertas, y ya, con más visión de mundo, podamos seguir al tanto de nuevas sagas, quizás en nuevos escenarios, de estos remakes de Kramer vs. Kramer.
Bien por Geidy, complementa lo que expongo
Para mi Victo fue un gran pelotero, pero como manager es un desagradable que pone la cara por el beisbol cubano en el extranjero, es un falta de respeto hasta con sus peloteros, prefiero a Jorge Fuentes como director del equipo grande, ademas, tiene mucho mas conocimiento del deporte y no le dan ataques de perreta como a Victor que parece un nino malcriado. Victor podra llevar a cualquier equipo a los play off o a la final pero nunca va a ganar un campeonato por la presino inmensa que pone en los jugadores, lo mejor que le pudo pasar a Villa Clara fue quitarselo como director, por eso hoy , son campeones
Víctor fue, es y será inmenso, aunque no es perfecto. Los que le aumentan y también le inventan errores y quieren ser más puros que el Papa, solo tienen la mala intención de hacerle daño a Víctor y no estoy seguro si comprenden que también le están haciendo daño al béisbol cubano con esa sarta de chismes y dimes y diretes, apartándose de lo esencial. Si Villa Clara es desde hace varios años el equipo más estable (siempre presente en Play Off) y Matanzas lleva dos años seguidos obteniendo medallas, esos son resultados del TRABAJO de Víctor y su colectivo de dirección. Esos resultados solo se obtienen trabajando y exigiendo todos los días. Claro, quienes no son capaces de asumir esa disciplina y exigencia, en lugar de reconocerlo y superarlo, se ponen a inventar justificaciones para su fracaso en contra de Víctor y hay que reconocer que muchos periodistas se hacen eco de esos rumores y los amplifican utilizando cobardemente sus artículos y hasta las preguntas de las conferencias de prensa. Por eso Víctor muchas veces se siente herido y decepcionado. Este país tiene muchísimos problemas vitales que resolver y frente a ninguno se ha visto pronunciarse a un periodista con la valentía y franquezas que se expresa Víctor sobre los problemas del béisbol. !Viva Víctor Mesa!, porque él siempre ha representado la victoria, es un luchador incansable y por eso es muy querido y respetado en Cuba y en el mundo. Una frase del destacado industrialista Tony González, expresada hace varios años, lo resume todo: Víctor Mesa es el béisbol en vida!. Así que los invito a disfrutar del béisbol cubano, con Víctor incluido, porque quizás hasta dentro de 100 años no disfrutaremos otro como él.
oye cro exageraste en buscarle la contrapelusa a lo k dijo victor en cuanto a k jugar besibol es una forma de defender la patria, a mi me gustó su respuesta, y más lo de la espinita con los americanos. Me encantó, de hecho. consider k exgeraste colega, no creo k un hombre como él padesca de patriotismo barato, disculpa querido pero apretaste, aunque tuviste muchos aciertos tambien
Umm lo mejor que me queda de leer tu texto es que coincido con una amiga periodista de mi redacción, escribes excelente y tienes un poder de razonamiento muy atinado..Felicidades.
LOS PERIODISTAS EXPRESAN MUCHAS COSAS ESPERANDO TENER SIEMPRE LA RAZON Y LA RAZON LA TIENE EL PUBLICO (SOY NICA Y QUE CABRONES), muchas palabras y poco contenido, primero reflexionen que les hace falta a sus lectores saber y no que sienten ustedes por sus personajes.
“Ha logrado infundarle miedo a los periodistas” En Cuba el que tenga miedo que se compre un perro. Aunque en mi entender, el mayor miedo no lo infunde Victor Mesa, sino la posibilidad real de que te dejen fuera del equipo Cuba. El otro día Sergito dijo que el problema del voly se debe a diferentes causas (ahora me entero que son varias) y ayer Rodolfo por poco llora cuando le pidió perdón a los hermanos (léase la CNB) cuando le hizo una mínima crítica. ESO SI ES MIEDO. que se se cura con c…corazón y cogiendo al toro por los cuernos
muy buen articulo,
habria que preguntarse algo: ¿son talentosos los comentaristas deportivos en Cuba?. Tienen una buena cultura general, una capacidad de discrepar con suficiente peso en sus argumentos. Creo que quienes ejercen esa condicion desde medios nacionales, muchos lo hacen por años de oficio, y otros, porque oportunamente se mudaron para la capital del país. soy de esos que persigue la buena estructuración del comentario, disecciono cada idea, lo que ocurre que algunos “talentosos” a veces enmascaran tras artificios linguisticos una especie de caballo de Troya, y muchos sin darnos cuenta nos convertirmos por magica obra de la ocasion en troyanos, y con el talon de aquiles a flor de disparos de envenenadas flechas. Las conferencias de prensa nacieron torcidas, como traídas de los pelos, sin el necesario aseguramiento y con una agenda cargada de preguntas tontas, en las que los aludidos u ofendidos no replicaban, encaraban las reacciones coléricas de los entrevistados. De VM32 ni hablaré o escribiré, como toca decir. Lo hemos puesto como tiro al Víctor en vez de tiro al blanco, quizas porque es mas facil rajar de un atleta o mentor, que sambullirse en las nada mansas aguas del beisbol. solo apunto que el periodismo pulcro en el deporte parece danzar sobre una cuerda floja. El irrespeto se ceba, y deporable es apreciar que quienes vienen detrás no tienen ese swing largo como para revertir entuertos. la pelota anda en pelotas. solo que lejos de ver eso sencillamente nos entretenemos en las ramas. disculpa que haya tomado tu articulo o comentario para desgajar otras margaritas…
“gracias al esfuerzo de etc etc etc”,”que emocion siento al ver a estos muchachos”y otra sarta de “lirismos lacrimosos”,la mayoria cuando hay algo importante que narrar y siempre en sustitucion de tantas cosas importantes que decir,en eso se ha convertido la narracion de beisbol,como se extraña a Edy y hasta a Hector.Excelente articulo,¿quizas el tema de los narradores merezca mas atencion?,¿no son parte del espectaculo?