Yasiel Puig sigue robando titulares en la Major League Baseball (MLB). No le ha bastado con descoser la rauling en lo que va de campaña, sino que ahora mismo, es él y no otro, la seducción mediática más distinguida dentro de la Gran Carpa.
En una ciudad lujosa como Los Ángeles, donde las estrellas brotan literalmente hasta desde el piso, Puig se ha erigido como figura icónica. Ya les decía, no le ha bastado con rendir con el madero, con cazar con su mano enguantada, ni con volar por encima de las almohadillas a través de sus veloces extremidades. Ahora el cienfueguero es el anfitrión, el encargado honorario de recibir a los huéspedes más ilustres que asoman por la mega-urbe.
Primero, días atrás, el rapero Jay-Z le dedica un tema, después su nombre se vuelve debate nacional en los Estados Unidos para incluirlo en el all star 2013 y ahora recibe en su feudo del Dodgers Stadium al deportista con más seguidores en Twitter, al portugués Cristiano Ronaldo.
El contexto estaba más que cantado. El Real Madrid se encuentra realizando sus entrenamientos de pretemporada en Los Ángeles y en esta misma ciudad se enfrentan casualmente, o no tan casualmente como demanda el merchandising, los locales Dodgers y la actual legión de los Yankees de New York.
CR7 era el invitado especial de la noche que comenzaría desde la tarde. Puig junto al célebre actor Samuel L. Jackson se encargarían de darle la bienvenida al lusitano, de presentarle a Magic Jhonson, emblema de la NBA y actual Gerente General de la franquicia de los Dodgers.
Después de los preámbulos y las fotos y los saludos y las poses de rigor, Cristiano Ronaldo y Yasiel Puig se dedicaron por un rato a brindar filigranas para los aficionados. En la grama, CR7 deleitó con sus malabares a balón dominado, con sus suntuosos pies descargó con clase el esférico en el pecho del cubano.
“Pásamela la bola, pásamela la bola…”, decía Puig lanzando la gorra al suelo. Intentando imitar, a su manera, sin pena alguna, demostrando que el fútbol de barrio, rasante y con cuatro piedras, que practican los cubanos de chama en plena calle, en algún momento de la vida, valdrá de algo.
Luego, fue el turno del cubano. Yasiel intentó que Cristiano atrapara par de bolas mansas lanzadas por él: “Oye, con fuerza, sin miedo, como mismo tu tiras el balón con los pies, tirá pa´ca como quiera que yo la cojo”. Pero la postura y la cara del portugués delataban una absoluta incomprensión, tanto del dialecto de Puig como que CR7 sí que ni de niño, ni en Madeira, Lisboa, Manchester o Madrid, había jugado nunca ni al taco.
Se internaron por una de las puertas del banco de los Dodgers que conduce al club house para hacer par de swines al aire. En la jaula de bateo Ronaldo lució mejor, le pegó, aunque sin estilo, a todas las pelotas. El cienfueguero después de demostrar sus dotes con el madero en ristre, obsequió un bate con su firma al jugador del Real Madrid.
Minutos antes del partido entre Dodgers y Yankees, el balón de oro del 2008 lanzaría la pelota inaugural del choque. Detrás del plato, con las rodillas flexionadas, Yasiel Puig atraparía la recta de Cristiano Ronaldo, caminaría hasta el box para entregársela de recuerdo.
En el trayecto hacia el dogout, el cubano se llevó su guante negro a la cara, más bien a la boca, escondiendo el movimiento de sus labios, quizás solo para disimular un tanto el agradecimiento por la visita. Y es que a pesar de las estadísticas, tanto de imagen publicitaria como las de juego, es muy pronto para que Puig haya asumido ya la idea del estrellato.
muy buen articulo! gracias.