Enfrentando un plazo que vence en marzo, los gobiernos de China y Estados Unidos comenzaron este lunes las negociaciones para poner fin a su guerra comercial. Las dos economías más grandes del mundo expresaron su optimismo sobre el potencial de avances, pero ninguna de indicó que su postura haya cambiado.
El enfriamiento del crecimiento económico en ambos países está aumentando la presión para alcanzar un acuerdo.
Al comenzar las conversaciones el lunes en el ministerio de Comercio chino en Beijing, China se quejó por el avistamiento de un buque de guerra estadounidense en lo que dijo eran aguas chinas, pero no quedó claro si eso podría trastornar los procedimientos. Ambas partes han proporcionado escasa información sobre sus conversaciones.
Jefe de Comercio EEUU dice se logrará buen acuerdo con China en cuestiones inmediatas: CNBC https://t.co/A5yBUNF1gE pic.twitter.com/DyPb8Y5fNG
— Reuters Latam (@ReutersLatam) January 7, 2019
Las negociaciones siguieron adelante pese a la tensión por la detención de una ejecutiva china del gigante tecnológico chino Huawei en Canadá por cargos estadounidenses relacionados con posibles violaciones de las sanciones comerciales a Irán.
La delegación de Washington está encabezada por Jeffrey D. Gerrish, adjunto del representante comercial de Estados Unidos. El grupo norteamericano incluye también a funcionarios de Agricultura, Energía, Comercio, Tesoro y la secretaría de Estado.
El presidente Donald Trump impuso aumentos de aranceles de hasta el 25% sobre importaciones de bienes chinos por valor de 250,000 millones de dólares en represalia por las acusaciones estadounidenses de que Beijing roba o presiona a las compañías para que le revelen su tecnología.
El presidente chino, Xi Jinping, respondió con medidas punitorias por valor de 110,000 millones sobre bienes estadounidenses, ralentizó los permisos de aduanas para sus empresas y suspendió la emisión de licencias en finanzas y otros negocios.
Un acuerdo alcanzado el 1 de diciembre pospuso nuevos aumentos arancelarios. Los economistas dicen que el aplazamiento de 90 días de los incrementos arancelarios adicionales que debían entrar en vigor el 1 de enero podría ser demasiado corto para resolver las disputas que entorpecen las relaciones entre ambos países.
El crecimiento de China cayó a su nivel más bajo después de la crisis mundial, del 6,5%, en el trimestre que terminó en septiembre. Las ventas de automóviles cayeron un 16% en noviembre con respecto al mismo mes del año anterior. La debilidad de las ventas de bienes raíces está obligando a los promotores a reducir sus precios.
La economía de Estados Unidos creció a una tasa anual del 3,4% en el tercer trimestre y la tasa de desempleo está en su punto más bajo en cinco décadas. Sin embargo, las encuestas muestran que la confianza del consumidor se está debilitando debido a la inquietud de que el crecimiento se desacelere este año.
Washington, Europa y otros socios comerciales alegan que las tácticas de Beijing violan sus obligaciones de libre comercio.
El estancamiento también refleja la inquietud estadounidense por el ascenso de China como competidor potencial en el sector de las telecomunicaciones y otras tecnologías. Trump quiere que Beijing revierta sus iniciativas destinadas a crear empresas chinas que sean líderes en robótica e inteligencia artificial.
Los dirigentes chinos, sin embargo, ven esas estrategias como un camino hacia una mayor prosperidad e influencia mundial y han tratado de calmar las quejas haciendo hincapié en el potencial del país como un enorme mercado de consumo.
También han prometido permitir más acceso de los extranjeros a sus industrias automotriz, financiera y otras.