En estos tiempos que corren en el mundo, cuando nos llegan noticias de escándalos de corrupción, como el famoso caso Odebrecht, y de políticos que con tal de mantenerse en el poder violentan las leyes y escamotean la voluntad popular, es dable recordar un libro que fue muy comentado en su época, el titulado Manual del perfecto sinvergüenza.
Esta obra de 1922, de la autoría del periodista José M. Muzaurieta, tuvo sus antecedentes en La política en Cuba, manual del perfecto hombre público, de 1913, debida al también periodista, y además novelista, Manuel Villaverde. Se le consideró “el primer gran libro del costumbrismo político en la república”, según Ana Cairo, y abrió la senda por la cual transitó unos años después Muzaurieta.
Dígase que este último era redactor del diario La Noche y escribió este verdadero best seller, que tuvo tres ediciones ese mismo año, más la que he consultado, correspondiente a 1962. Muza, como le llamaban en el ambiente periodístico, incentiva el carácter satírico del texto al escribir un prólogo que atribuye a un famoso bandolero de esos tiempos, Ramón Arroyo, alias “Arroyito”.
Estructurado en varios capítulos, se inicia con unos Ejercicios Espirituales que no tienen desperdicio, especie de decálogo para el político sin escrúpulos, y de los cuales les daré una pequeña muestra. Agregaré también que “Muza” ejerció el periodismo por décadas, pues murió en 1953. Fue autor de la sección “Tinta Rápida”, que escribió para El Mundo, y se dice que tuvo que batirse en duelo muchas ocasiones, a causa de sus incisivos artículos.
Sin más dilaciones he aquí algunos de los ejercicios espirituales que “Muza” recomendaba a los aspirantes a politiqueros venales:
-Ámese a sí mismo sobre todas las cosas.
-Nunca diga lo que sienta ni sienta lo que diga.
-Ninguna idea es buena si no es suya.
-Cualquier procedimiento es bueno para triunfar.
-No combata las llamadas tiranías: póngase al lado de los tiranos y explote a los demás.
-Nunca nade contra la corriente.
-Las leyes no se han hecho para que usted las cumpla sino para burlarse de ellas.
-No se acueste sin haber hecho algo en beneficio propio.
-Piense que el Poder está a la misma distancia de usted que usted de él.
-No se meta en revoluciones: pero súmese a ellas si triunfan.
-Usted no está obligado a cumplir los pactos y compromisos que no le favorezcan.
-La República se fundó para agradar a usted y a los suyos y cada ciudadano vino al mundo para amar y servir sus deseos.
-Legal es todo aquello que le reporte a usted algún beneficio.
Y remataba con este último consejo: “Estos ejercicios no excluyen otros que dimanen del natural impudor que le sea a usted característico.” Más claro ni el agua.
Notas
-Ana Cairo: “Aproximaciones a once costumbristas de la neocolonia” en Letras. Cultura en Cuba. No. 5. Editorial Pueblo y Educación. La Habana, 1988.
-José M. Muzaurieta: Manual del perfecto sinvergüenza. Talleres Tipográficos de Vida Habanera. La Habana, 23 de febrero de 1962.
Excelente forma de tocar nuestro inconsciente colectivo. Me recuerda un escrito que leí hace años, creo que era de Cintio Vitier, donde me encuentro la siguiente frase; “El cubano es airoso”. Paré por un momento y me dije; airoso ……… airoso……. bueno, airoso viene de aire …….. el aire se mueve, se bambolea, va de un lado para otro, hoy esta aquí y mañana esta allá ……… Concluí diciéndome; “Coño, aunque se muevan con mucho garbo, que forma mas “diplomática” tiene este hombre de decirles a los cubanos que son una partida de arribistas”
Ñoooo!! Tocayo, apretaste!!
Ud. de querer agarrar tanto el rábano por las hojas le pasó una cuarta más arriba y se fue en blanco. Que bestial manera de hablar por hablar. Así que “airoso” para Ud. es sinónimo de “arribista”.
Por curiosidad, que tiempo hace que no te vienes por cuba y te enchumbas un tín de la jerga del cubano?
TM61, si estas curioso prácticamente acabo de llegar de Cuba después de estar 3 meses viajando por la isla. Aunque lo de arribistas no es nada nuevo, ya eso viene de atrás.