Sobrevuelan la ciudad despacito, como si el viento frenara intencionalmente su caída porque sólo desde donde ellos están, a más de mil metros de altura, se disfruta bien el paisaje costero de la ciudad más antigua de Cuba.
El tumulto de observadores, abajo, se reproduce día tras día, desde el viernes, en Playa Caribe, muy cerca del estadio deportivo, para verlos descender envueltos en el multicolor de sus paracaídas y salir victoriosos de entre las telas, casi como seres de otro mundo, usando gafas, cascos, guantes…y sonriendo tras el peligro. En ese punto exacto de la costa los especialistas de la Federación cubana de paracaidismo marcaron con tiza blanca sobre la arena negra el sitio de aterrizaje.
Para la gente de Baracoa, es una fiesta cada vez que llega el octavo mes del año y con la Copa Nacional 13 de Agosto se les llena el cielo de hombres. A ellos, que habitan en las montañas y por lo general no viven espectáculos como este, los 56 deportistas lazados desde los viejos AN-2 se les antojan arriesgados conquistadores.
Aeromodelismo, parapente y paramotor, son las modalidades de este deporte que se exhibirán durante cuatro días en el segundo municipio más importante de la provincia de Guantánamo.
El martes, concluye la Copa 13 de Agosto y el mismo trozo de cielo volverá a estar despejado, y a ser nítido, sólo azul, pero de un azul tristón, demasiado apacible, que es como debe ser, más o menos, el color de la nostalgia por la algarabía multicolor desprendida por los paracaidistas en la cabeza del caimán que simula este archipiélago.
Fotos: Radio Baracoa