Luis Suárez y Lionel Messi volvieron a marcar y decidieron el clásico de la liga española en favor del Barcelona, que venció el sábado 3-0 en cancha del Real Madrid y prácticamente descartó al acérrimo rival de la lucha por el título.
Los azulgranas cierran el año como líderes del campeonato con 45 puntos, 14 de ventaja sobre el cuarto clasificado Madrid, que tiene un partido pendiente contra el vecino Leganés correspondiente a la 16ta fecha, aplazado en su momento por la disputa del Mundial de Clubes que conquistó el pasado sábado.
El capitán Sergio Ramos recibió el trofeo ante la afición blanca en los prolegómenos del clásico, pero el ambiente festivo acabó en funeral para los seguidores blancos, que vieron como el uruguayo Suárez y el argentino Messi decantaron nuevamente la balanza con sus goles 15 y 10 en el campeonato, respectivamente, y el Madrid acababa con un jugador menos.
Suárez abrió el marcador a los 54 minutos gracias en parte al poder de atracción de Messi sobre la defensa rival, y el rosarino participó también de la acción que provocó el penal convertido por él mismo a los 64, y que derivó en la expulsión de Dani Carvajal. El tanto definitivo, obra de Aleix Vidal en los descuentos, también lo fabricó Messi con una escapada y asistencia de lujo para rubricar otra excelente actuación en el estadio Santiago Bernabéu.
La jornada se completa a continuación con dos clásicos regionales entre Valencia y Villarreal, y Deportivo La Coruña contra Celta de Vigo.
En caso de victoria, los valencianos, actuales terceros con 34 unidades, le quitarían la segunda plaza al Atlético de Madrid, que perdió el viernes por 1-0 en cancha del Espanyol y cuenta 36 puntos.
…y después de #ElClásico así está la clasificación de @LaLiga 17/18
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El técnico madridista, Zinedine Zidane, sorprendió al dejar en la banca al talentoso Isco Alarcón, decantándose por Mateo Kovacic en el once titular, pese a que el serbio no había jugado de arranque en este campeonato.
En el Barcelona no estuvieron ni el zaguero Samuel Umiti ni los delanteros Ousmane Dembélé y Paco Alcácer, todos lesionados, y al equipo de Ernesto Valverde le costó sintonizar el partido, proclive a caer en fases de desconexión ante la presión avanzada del Madrid, que generó varios sustos en el periodo inicial.
El primero fue un cabezazo a la red de Cristiano Ronaldo, aunque lo hizo en posición antirreglamentaria; el segundo fue un zarpazo sin ángulo y con la zurda del astro portugués, que sacó con idéntica pierna Marc-André ter Stegen.
Entre ambas ocasiones pasó casi media hora aparentemente inconsecuente, en que los locales parecieron meter más ganas que precisión ante un Barsa de lo más desconcertante, pero siempre con el as en la manga de Messi, quien cruzó una asistencia para que empalmara con dificultad Paulinho, frustrado en espectacular vuelo por el costarricense Keylor Navas.
Se animó considerablemente el último tramo del primer tiempo con un cruce de Cristiano para Karim Benzema que entorpeció Gerard Piqué y dos meritorios testarazos por banda: uno de Paulinho que sacó con apuros Navas, otro al poste de Benzema, ante la pétrea mitrada de Ter Stegen.
La sustancial mejora del Barsa pasó de apunte a evidencia tras el descanso, que arrancó con gol de Suárez en elaborada jugada colectiva reveladora del registro menos reconocido del infinito repertorio de Messi: la asistencia invisible.
Imán de atenciones, el astro argentino escoltó a Ivan Rakticic en su escapada por el centro y atrajo el marcaje de Kovacic, que prefirió seguirle a él que a la pelota, finalmente descargada en Sergi Roberto y rematada a las mallas por Suárez, con Navas pillado al contrapié.
El tanto desnortó al Madrid, excesivamente nervioso y reiterativo en imprecisiones de bulto, como la que generó el penal por mano de Carvajal en remate franco de Paulinho. La jugada, abrillantada por Messi con dos pases de lujo que Suárez disparó al cuerpo de Navas y luego al poste, empezó en arrancada por el medio de Piqué, que conectó sin problemas con el rosarino.
Messi ejecutó la pena máxima con decisión y potencia, y los madridistas emprendieron la ardua tarea de remontar con un hombre menos y el ingreso en cancha de Marco Asensio y Gareth Bale.
El segundo pudo recortar con una rosca y remate cercano, pero Ter Stegen repelió con firmeza, y Messi siguió a la suyo, repartiendo otro caramelo a Nelson Semedo, quien intentó la sotana ante Navas y por poco no lo logró.
La guinda llegó sin tiempo para más y la coronó Vidal tras pase atrás de “La Pulga”, incordio constante de un Madrid que se desvanece en la liga.
AP / OnCuba
Y nada, que ya a la altura de los cuartos de final de la Champion’s (asumiendo que el PSG no se los devore), apenas empuja algunas pelotas que le pasen de cara a la portería y ¡boom! France Football va y le da otro Balón de Oro. Así más menos anda el fútbol por estos días.