Donna Marie Factor se define como una estadounidense muy cubana. Profesora de Lengua Española en El Camino College, California, se siente unida a Cuba desde que hace dos décadas descubrió las virtudes de la música de la Isla.
Desde niña Dona se enamoró de la flauta y la guitarra, pero comprendió que vivir de la música en Estados Unidos podía resultarle difícil. Por eso, decidió dedicarse profesionalmente a la enseñanza del español en instituciones universitarias de su país.
Así encontraría el camino que la trajo hasta Cuba.
“En una ocasión un alumno mío de la Universidad Estatal de California me invitó a un club nocturno de Los Ángeles, llamado El Floridita, y allí vi a una orquesta tocar música cubana”, cuenta a OnCuba.
“Hasta ese momento mis conocimientos del arte cubano eran muy limitados; pero cuando escuché aquello quedé completamente fascinada”, confiesa.
“Hubo un detalle que me llamó mucho la atención: la directora de la orquesta no era cubana, sino norteamericana. Me di cuenta entonces de que yo no necesitaba ser cubana para tocar esa música, que me parecía muy buena. Me acerqué a ella y fui su alumna por varios años. Entonces la música clásica pasó a un segundo plano para mí.”
“Yo sé que el camino que he tomado es desafiante, porque la música cubana tiene algo que la diferencia de las demás y la hace fascinante”, asegura.
A finales de la década del noventa, Donna organizó un viaje a la Isla para conocer a Richard Egües, uno de los flautistas cubanos más completos de todos los tiempos. A partir de entonces, el músico de la popular Orquesta Aragón se convirtió en su mentor.
“Comencé a visitar Cuba dos veces al año, y me pasaba aquí dos semanas en cada viaje. Richard llegó a ser como mi segundo padre porque tuve una relación muy estrecha con él hasta que murió”, narra Donna.
“Creo que él fue un gran músico: las cosas que podía hacer eran increíbles y su improvisación era algo impresionante. Nunca había escuchado a nadie como él”, dice de su maestro.
Enseñar español con música cubana
Acercarse a la música y la cultura cubanas le ha dado a Donna la posibilidad de poner sus conocimientos en función de la enseñanza de la lengua española. La músico y profesora, ha creado estrategias didácticas para fomentar la lengua de Cervantes en las aulas estadounidenses.
“Comencé un proyecto interesante que propicia el aprendizaje del español a través de la música cubana y latinoamericana –explica–. Tengo un repertorio de canciones que uso para que los alumnos se diviertan y empleen la gramática correcta”.
“Las canciones me sirven para ensañar vocabulario y también los tiempos verbales, el pretérito, el presente… Para eso tengo varias técnicas: a veces los estudiantes tienen que escuchar un tema musical y llenar los espacios en blanco o encontrar ejemplos del uso del subjuntivo” contó Donna, quien además ha escrito reseñas biográficas de los ídolos más conocidos de la música cubana y latinoamericana.
Actualmente, la profesora universitaria sigue profundizando sus conocimientos sobre la música cubana con Joaquín Oliveros, quien fue flautista en la orquesta de Enrique Jorrín.
“He tenido suerte en Cuba. Aquí se me han abierto muchas puertas. ¡Es increíble! Quizás es un camino espiritual en el que me ha puesto la vida”, comenta a OnCuba.
Para conocernos mutuamente
Donna no esconde su entusiasmo por Cuba. Desde su experiencia, quienes nacen en esta Isla son muy inteligentes y creativos, y poseen una gran fuerza personal para enfrentar la vida.
“Me gusta mucho este país: su gente, su cultura, su música. Aquí hay una gran riqueza que muchos desconocen en Estados Unidos”, afirma.
En su criterio, buscar puntos de encuentro entre Cuba y Estados Unidos es imprescindible para avanzar en la normalización de las relaciones bilaterales.
“Entiendo que las relaciones han sido muy difíciles durante muchos años, pero eso puede ir cambiando. Y los intercambios culturales deben continuar y no limitarse por cuestiones políticas”, opina.
Con esta certeza, en octubre del 2017 Donna organizó un simposio en su universidad “para crear un puente cultural, algo que la política no hace”.
“Teníamos dinero y motivación para hacerlo. Por tanto, tomé la iniciativa”, dice con orgullo.
Aunque no consiguió llevar al poeta y etnólogo Miguel Barnet, como deseaba, el simposio contó con diferentes ponencias sobre Cuba: sobre la música, la salud, el deporte. Ahora está empeñada en organizar otro evento, pero en la Isla y ya comenzó las gestiones para hacerlo realidad.
Donna lamenta que los estadounidenses, especialmente los más jóvenes, no conozcan mucho sobre Cuba y tampoco tengan una idea clara sobre los vínculos históricos entre ambos países.
“Por eso hay que continuar acercando nuestras culturas y nuestros pueblos. Para tener buenas relaciones debemos conocernos mutuamente”, asegura convencida.
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