Lolo Lovina significa cerveza roja en lengua romaní y es una bebida concebida mediante una mezcla de culturas, cuya ingestión puede producir una fiebre danzaria. No tome precauciones porque este producto ya llegó a La Habana, y su efecto es inmediato. ¡Cuidado melómanos!… sus consecuencias son irrevocables.
Enclavados en Australia, pero con un movimiento constante por el mundo, Lolo Lovina refleja la identidad y tradición de sus integrantes. Ahora en la Isla, están dispuestos a encantar y apasionar al público con sus carismáticas presentaciones para hacer de ellas una experiencia inolvidable. Al frente de la banda Sarah Bedak, una australiana con ascendencia húngara romaní, cuya herencia gitana es notable no solo en su repertorio, sino también en su actuación y su vestuario. Una mujer orgullosa de sus raíces. El resto del grupo lo integran el batería y guitarrista romaní-serbio Nenad Radic, el especialista en fusión de músicas del mundo David Carr a la guitarra y el maestro del jazz Nathan Gatt al contrabajo.
Ahora, el Festival Havana World Music (HWM) arranca su quinta edición, y trae a La Habana este adictivo y diverso trago musical. Dos presentaciones serán la oportunidad para conocer esta música que se hace, literalmente, al otro lado del mundo. Lolo Lovina interpretará un repertorio que incluye canciones propias, así como otras con versiones muy personales dentro su estilo gitano que se fusiona con elementos del heavy metal, tango, pop británico, swing, y jazz.
Sarah Bedak conversó con OnCuba y definió que su producto es “una eterna fiesta gitana que nunca duerme, donde todo es posible, y donde el cinismo y la desconfianza son vencidos por el amor y la unidad”. En sus palabras está el enigma y la respuesta. Pero quisimos saber más, exponernos más, arriesgarnos más. En su música está el peligro y la salvación. Pero, ¿quién quiere salvarse?
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¿Cómo nace Lolo Lovina?
Casualmente con el nacimiento de mi hijo hace 12 años. En ese momento tuve como una parada en mi vida laboral y puse un pequeño aviso en una revista de rock donde decía que necesitaba músicos con diferentes influencias musicales: gitana, romaní, francesa, rusa, etc. Entonces los músicos que respondieron fueron fenomenales, muy buenos músicos y personas, que para mí era importante. Empezamos a trabajar perfectamente y creamos un grupo muy fuerte. Esos fueron los miembros originales de la banda, y hoy incluso algunos son colaboradores porque tienen otros compromisos, pero ese fue el origen del grupo.
Más allá de intentar sonar como alguien en particular, intentamos buscar las influencias dentro de la banda, con el sentido de que cada uno sienta valoradas sus preferencias musicales. Eso es lo que hace que Lolo Lovina tenga esa diversidad porque intenta respetar la pasión artística de cada uno. Intentamos respetar el concepto de cultura del pueblo gitano y sus diferencias. Un poco queremos funcionar de la manera del pueblo gitano, que venía con su cultura y absorbió parte de la cultura de los lugares por donde se movieron. Y Australia que es también un país de inmigrantes, pues tiene eso, todos tienen una tradición previa y una mezcla. Nosotros intentamos tomar ese espíritu.
¿Qué es Lolo the Gypsy Caravan Stage?
Eso viene de una tradición de los gitanos y los australianos. En Australia en los 70 se puso de moda comprar una caravana [trailer] para recorrer el país. Por eso quisimos seguir un poco esa tradición. Tenemos una y lo que hicimos fue cortar uno de los lados y cuando se abre el interior es como si fuera un escenario diseñado como una casa y con eso recorremos festivales y actuamos en él. Dependiendo del lugar, claro. Aquí el tema de traer la caravana en un barco era un poco más complicado.
¿Cómo surge el viaje a Cuba?
Estábamos invitados al Festival South by Southwest en Austin, Texas y venir a Cuba siempre había estado en mis planes. Y ya que estábamos tan cerca era algo que queríamos intentar. La música cubana es la preferida de mi padre, que le encanta bailar salsa, y eso es algo que siempre ha estado en mi familia, así que intentamos a través de algunos contactos conectarnos con el HWM.
¿A qué se enfrentará el público cubano en sus presentaciones?
Tendremos un show de 90 minutos en la Fábrica de Arte Cubano y otro de una hora en el Parque Metropolitano como parte del HWM, y pese a que la tradición musical nuestra y nuestra música ahora es algo que no es habitual aquí, sí creemos que podemos conectar con el público con el mensaje y el sentimiento de celebración que nuestro sonido produce. Así que eso es lo que queremos intentar. Además estaremos colaborando con dos trompetistas cubanos, uno de ellos es Albertico Lezcay. Esperamos también que se acoplen a la banda, pero estamos abiertos a que pongan su sabor propio en los conciertos.
¿Cómo cree que reaccionarán los que asistan a los conciertos?
Es verdad que son lenguajes musicales y lenguas muy distintas, pero creemos que nuestra pasión por trasmitir un mensaje y nuestra cultura es algo que va a llegar a la gente. Esa pasión en común que tiene el pueblo cubano que le gusta bailar y pasar un buen rato, sí que va a conectar con nosotros. Por eso espero que la gente entienda, más allá del mensaje, el sentimiento que trasmitimos.
Otro motivo por el que creemos que nuestra música va a ser bastante apreciada acá es porque sabemos que los cubanos tienen una cultura musical muy alta. Aunque nuestros arreglos y nuestras composiciones sean complicadas, estamos seguros que van a valorar la calidad musical de nuestra propuesta por el gran conocimiento musical que tienen en Cuba.
¿Algún proyecto con músicos cubanos luego de esta experiencia?
Estaba en nuestros planes originales intentar hacer una grabación con los músicos cubanos, usando nuestros temas y reinterpretarlos dándole algunos toques de acá. La realidad fue que con todo el trabajo previo que tuvimos que hacer para ir a Austin, la preparación de los conciertos, etcétera, era demasiado en tan poco tiempo para que quedara un buen producto. Pero sí está en nuestros planes volver aquí y grabar algo.
Primera vez en La Habana, ¿qué sensaciones le ha producido Cuba?
Me ha encantado lo amistosa y lo abierta que es la gente en Cuba. Me ha inspirado mucho la actitud tan fuerte de las mujeres y la arquitectura, el mar, la comida, el aire, los carros, muchas cosas. Pese a que venimos de un festival tan grande en los EE.UU., donde hemos podido ver tantas cosas diferentes, económica y culturalmente hablando, al llegar aquí nos hemos dado cuenta que la gente en Cuba se cuida más entre ellos.
Una cosa muy importante que siento es que la educación es muy alta, y sobre todo el nivel de educación musical, desde la gente que está tocando en la calle para los turistas o los músicos que se presentan en los bares. El nivel musical es impresionante, altísimo. El contraste con otros lugares es increíble.
Wao una oportunidad unica, tratare de ir al evento, espero que el precio de la entrada no sea muy caro , al menos para el bolsillo del cubano de apie.