Del 5 al 8 de abril, Jagüey Grande, en Matanzas, y más específicamente, la comunidad del Central Australia, será sede de la segunda edición de Zona Cero. Taller de Experimentación Escénica.
Concebido, coordinado y diseñado desde Osikán. Plataforma Escénica Experimental, bajo la dirección de José Ramón Hernández Suárez, el encuentro se ha consolidado como una práctica teatral que acompaña y complementa los procesos creativos del joven grupo. Su primera edición en 2015 tuvo como escenario la ciudad de Santiago de Cuba, urbe que fomentó el nacimiento de Osikán como núcleo artístico. Teatro de Otoño pauta el antecedente de Zona Cero que, según explicó Hernández Suárez en conferencia de prensa, se desarrolló como un encuentro nacional de directores teatrales jóvenes desde 2010 hasta 2014 junto a la Asociación Hermanos Saíz.
Para esta edición, sus organizadores han ejecutado una metodología de trabajo más relacionada a un teatro que interviene en la comunidad, el trueque y la construcción y montaje de sentido durante el proceso de investigación in situ. Desde enero una parte de su equipo creativo se trasladó a la cabecera del municipio matancero, y allí, en diálogo con instituciones y líderes naturales de la zona, fueron imprimiendo la naturaleza peculiar de un evento que se diferencia en su operación, expresión y relación con los públicos, de la estructura y composición de muchos de los eventos teatrales que tienen lugar en Cuba.
Aquí, además de la experiencia de ser acogidos por los habitantes de la comunidad en sus viviendas, en tres días se condensa el resultado de meses de intercambio profundo con la comunidad, donde se ponen en valor, como se enfatizó durante la cita con la prensa, las potencialidades del contexto, las historias de vida, los proyectos locales y los múltiples relatos (historiografía, biografías personales y colectivas) que conviven en el lugar.
Entre tres circuitos probables –la ruta del azúcar, la del cítrico y la ruta de la ciudad– se escogió la primera radicada en el Central Australia, por su valor histórico (base de operaciones ante la invasión de Playa Girón, pasaje de la Revolución que se explica y se muestra en el museo de la localidad, una de las atracciones turísticas más visitadas). Además concentra en su población una importante oleada de migración desde las provincias orientales, hecho que ha reconfigurado las identidades culturales y religiosas del lugar. Cuenta con proyectos socioculturales forjados por sus propios habitantes en un entorno vulnerable y deprimido luego del cierre del central; y ofrece la generosidad, interés y colaboración de los pobladores de su comunidad.
“En Jagüey están muy ansiosos esperando a Zona Cero. No se trata de un grupo de gente de La Habana que estará alojado en un hotel o moviéndose en guagua, sino de un grupo de gente que compartirá y vivirá mezclado con nosotros esos días. Cuando en el Central Australia vieron el logo les gustó mucho porque se fijaron que la chimenea está echando humo”, así habló Ernesto Díaz, subdirector de la Dirección Municipal de Cultura, y uno de los colaboradores más activos del encuentro en el territorio.
Entre las actividades que tendrán lugar en el Central Australia, se espera la celebración del Taller de Posibilidades, en el cual se intercambiarán proyectos en construcción, se compartirán experiencias e ideas sobre cómo desarrollarlos por parte de los pobladores y de los visitantes. También se celebrará I love Australia, una intervención performática que reconstruye el perfil e historia de la comunidad a partir de los archivos personales y testimonios de sus inmigrantes y de otros sujetos de la sociedad.
Por otra parte, Martha Luisa Hernández Cadenas (Martika Minipunto) pondrá en práctica su proyecto Castillos en el aire, asociado justamente a emprendimientos que ponen en relación cultura, sociedad, públicos y entornos. La comunidad compartirá muchas de sus acciones hacia el interior de sus espacios de vida y convivencia, como La Tendedera y el recorrido por el Huerto de Onildo, una estrategia de autogestión de profundo impacto social y económico.
Completan la nómina de participantes estudiantes, críticos, performeros, dramaturgos, directores, gestores y promotores. La naturaleza de la experiencia responde a un proceso orgánico de investigación y prácticas teatrales de una zona emergente del teatro cubano inclinado al teatro documental, al trabajo directo con archivos y memorias no ficcionales y a una creación colectiva que incluye expertos de vida y personas no entrenadas en el oficio teatral.
Este segmento del teatro cubano, cada vez más fuerte y visible de muchos modos en la escena nacional, ha encontrado un nido productivo y multiplicador en espacios creativos y transdisciplinarios como InServi, residencia de creación, talleres y proyectos del Laboratorio Escénico de Experimentación Social y Documenta Sur, entre otros.
Zona Cero es un evento que ha contado con los auspicios del Centro de Teatro de La Habana, el Consejo Nacional de las Artes Escénicas y las autoridades locales.