Las dos cajas negras recuperadas del avión siniestrado el 18 de mayo en La Habana están siendo analizadas en el laboratorio de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB), Washington DC, informa el Miami Herald.
Sin embargo, como han dicho más de una vez las autoridades, la causa del accidente que cobró la vida de 112 personas puede tardar meses en ser revelada.
Días atrás, el ministro de transporte cubano dio a conocer que las cajas estaban en EE.UU., sin ofrecer mucho más detalle.
“Allí están tres personas nuestras para saber los problemas que pudo tener el avión, y eso puede demorar meses”, dijo.
La caja negra que grabó las voces de la cabina se recuperó en buenas condiciones y poco después de la caída. La que registra los datos del vuelo fue encontrada una semana después.
Carlos Radamés Pérez Andino, vicepresidente del Instituto Cubano de Aeronáutica Civil (IACC), y dos investigadores cubanos acompañaron el traslado de los dos artefactos al laboratorio NTSB.
“Toda la información sobre la investigación será divulgada por el IACC, que lidera la investigación del accidente”, dijo la NTSB en un comunicado.
Funcionarios de aviación cubanos han reconocido que la causa del accidente puede no ser conocida durante un año. Según la NTSB hay ocasiones en que la causa de un accidente aéreo no se determina hasta 12 o 18 meses después.
Mientras la investigación continúa, la autoridad de aviación civil de México suspendió temporalmente las operaciones de Global Air, propietaria del Boeing 737 de 39 años de explotación que cayó en La Habana.
La NTSB con frecuencia toma parte en investigaciones de este tipo fuera de Estados Unidos, dependiendo de si una aerolínea estadounidense está involucrada o si la nave es de fabricación en los Estados Unidos, como es el caso.
El organismo opera bajo las disposiciones de la Organización de Aviación Civil Internacional de las Naciones Unidas, de la cual tanto Cuba como Estados Unidos son miembros. México participa en calidad de país que certificó tanto a los pilotos como a la empresa, con sede en esa nación.
Los representantes de Boeing, Pratt & Whitney, que fabricaron el motor, y la Administración Federal de Aviación están ayudando a la NTSB con la investigación, y un equipo de los EE.UU. Viajó a Cuba poco después del accidente.
Si bien las relaciones entre La Habana y Washington se han vuelto frías durante la administración de Trump, la cooperación técnica ha continuado en áreas como la aviación civil, la protección ambiental y la aplicación de la ley, menciona el Herald.
Es mejor asi, esperar un año para informar las causas del desastre porque ahora los animos estan calientes y hay muchas emociones negativas contra Cubana de Aviacion. Como sea ojala que haya una indemnizacion a todos los afectados.