El papa Francisco condenó el lunes las agresiones sexuales cometidas por sacerdotes y su encubrimiento, y pidió rendir cuentas al decir en una carta dirigida a todos los católicos del mundo que se trata de “un crimen que genera hondas heridas de dolor e impotencia”. La misiva responde a las recientes relevaciones sobre los abusos cometidos en Estados Unidos durante décadas.
El pontífice pidió perdón por el dolor que padecieron las víctimas y dijo que los católicos laicos deben implicarse en los esfuerzos para eliminar los abusos y su encubrimiento. Francisco criticó a la cultura clerical, por la que los líderes de la Iglesia estaban más preocupados por su reputación que por la seguridad de los menores, como causante de la crisis.
“Con vergüenza y arrepentimiento, como comunidad eclesial, asumimos que no supimos estar donde teníamos que estar, que no actuamos a tiempo reconociendo la magnitud y la gravedad del daño que se estaba causando en tantas vidas”, escribió el Papa en su carta.
“Hemos descuidado y abandonado a los pequeños”, agregó. “Mirando hacia el pasado nunca será suficiente lo que se haga para pedir perdón y buscar reparar el daño causado”.
El Vaticano difundió la carta días antes del viaje de este fin de semana del papa a Irlanda, que alguna vez fue un país férreamente católico donde la credibilidad en la Iglesia ha quedado devastada por años de revelaciones de que sacerdotes violaron y abusaron de niños con impunidad y sus superiores los encubrieron.
Pero para los sobrevivientes irlandeses, la carta sólo fueron palabras duras y una retórica reciclada que no reconoce el papel del mismo Vaticano por cerrar los ojos a los sacerdotes pederastas y fomentar la cultura de secrecía y encubrimiento que dejó impunes los crímenes.
“Esa cultura era supervisada por el #Vaticano y codificada en leyes”, dijo en Twitter Colm O’Gorman, un conocido sobreviviente de abusos irlandés quien organizó una manifestación de víctimas en Dublín durante la visita de Francisco.
Se prevé que el tema domine el viaje del papa a Irlanda, pero el asunto ha ganado más peso desde que se supo en Estados Unidos que uno de los cardenales de confianza del pontífice, Theodore McCarrick, el arzobispo retirado de Washington, supuestamente abusó y acosó a menores y seminaristas adultos.
Además, la semana pasada un reporte de un jurado investigador reveló que al menos 1,000 niños fueron víctimas de unos 300 sacerdotes en los últimos 70 años y que generaciones de obispos no tomaron medidas apropiadas para proteger a los feligreses o castigar a los violadores.
Por otra parte, se dio a conocer que un grupo internacional de investigación lanzó una base de datos de clérigos irlandeses condenados o acusados de abuso sexual con la esperanza de que el papa Francisco dé a conocer los nombres de todos los sacerdotes y hermanos considerados culpables por la iglesia.
El organismo BishopAccountability.org informó el lunes que la base de datos online muestra hasta qué grado de información permanece oculta en Irlanda.
El grupo con sede en Massachusetts busca compilar cada documento público que esté disponible y reportar sobre la crisis de pederastia en la iglesia para responsabilizar a los obispos por traer abusadores a la iglesia y protegerlos de castigos.
AP / OnCuba