Tras el paso devastador de Florence, el presidente Donald Trump emitió una declaración de desastre para Carolina del Norte y pondrá fondos federal a disposición de la gente en los condados de Beaufort, Brunswick, Carteret, Craven, New Hanover, Onslow, Pamlico y Pender, informó la Casa Blanca el sábado.
La ayuda del gobierno puede incluir subvenciones para viviendas temporales y reparaciones en los hogares, préstamos de bajo costo para cubrir pérdidas de propiedades no aseguradas y otros programas para ayudar a las personas y a los propietarios de empresas a recuperarse de los efectos del huracán, ahora debilitado y convertido en tormenta tropical.
También habrá fondos disponibles para el estado, algunos gobiernos locales y algunos grupos privados sin fines de lucro sobre una base de costo compartido para el trabajo de emergencia realizado en esos condados.
Las autoridades advirtieron que la amenaza de Florence, que ya ha demostrado ser letal con sus casi incesantes lluvias, sus marejadas ciclónicas y sus vientos fuertes, está lejos de acabar ya que los restos de lo que fue un gran huracán seguirán durante días sobre las Carolinas, en la costa sureste de Estados Unidos.
La tormenta descargó más de 60 centímetros (dos pies) de agua en algunas localidades y los meteorólogos advirtieron que las lluvias torrenciales podrían arrojar hasta un metro (tres pies y medio) y ocasionar fuertes inundaciones tierra adentro en los próximos días. Al menos cuatro personas fallecieron y las autoridades temen que la cifra pueda aumentar a medida que el meteoro se desplaza a Carolina del Sur el sábado.
El gobernador de Carolina del Norte, Roy Cooper, dijo que Florence es un “monstruo al que nadie invitó” que podría arrasar comunidades enteras mientras se mueve tierra adentro. “El hecho es que esta tormenta es letal y sabemos que quedan días hasta que termine”, agregó.
Florence, una masa de vientos con fuerza de tormenta tropical de 560 kilómetros (350 millas) de ancho, seguía empapando el sureste de Estados Unidos la madrugada del sábado tras elevar el nivel del mar. Los equipos de rescate usaron barcos para mover a más de 360 personas de una zona afectada por la crecida de un río en New Bern, Carolina del Norte, mientras muchos otros vecinos esperaban la llegada de ayuda. Docenas de personas tuvieron que ser sacadas de un motel que colapsó.
El meteoro derribó árboles, dañó edificios y carreteras y dejó sin electricidad a casi 930.000 viviendas y empresas, aunque el número de afectados podría seguir subiendo.
Una mujer y un bebé fallecieron cuando un árbol cayó sobre una casa, según un tuit de la policía de Wilmington. Además, un hombre de 77 años habría sido derribado por el viento y murió cuando salió a revisar a sus perros de caza, dijeron las autoridades del condado de Lenoir. Otro hombre falleció electrocutado mientras intentaba conectar extensiones bajo la lluvia, reportó la oficina del gobernador.
Las marejadas ciclónicas _ paredes de agua procedente del océano que el huracán empuja tierra adentro _ alcanzaron los 3 metros (10 pies) de altura.
El sábado por la mañana, el Centro Nacional de Huracanes dijo que Florence se desplazaba hacia el oeste a 3,2 km/h (2 mph), con su vórtice ubicado a unos 56 kilómetros (35 millas) al oeste de Myrtle Beach, Carolina del Sur. Los vientos máximos sostenidos se mantuvieron en 80 km/h (50 mph).
AP / OnCuba