Si el estado de Tennessee ejecuta a Edmund Zagorski el jueves, lo hará con una silla eléctrica construida por un autodidacta rechazado por el sistema penitenciario y quien teme que su artefacto podría fallar.
Fred Leuchter hizo carrera en el negocio de la ejecución hasta que echó a perder su reputación al declarar que no hubo cámaras de gas en Auschwitz.
La silla de Tennessee, que no se usa desde 2007, es uno de los muchos artefactos de ejecución creados por Leuchter entre 1979 y 1990, según un artículo de la profesora Deborah Denno en la revista legal de la Universidad William and Mary. Además de sillas eléctricas, Leuchter construyó, aparejó y fue consultor sobre cámaras de gas, máquinas de inyección letal y un patíbulo en al menos 27 estados.
Después de sus declaraciones sobre el Holocausto, salió a la luz que no tenía título de ingeniero ni licencia profesional, aunque se hacía pasar por ingeniero. Un documental en 2000 retrató su ascenso y caída.
No obstante, Leuchter defiende la silla eléctrica que reconstruyó en 1988 con conocimientos adquiridos al diseñar equipos de navegación y vigilancia y estudiar documentos que describían las primeras ejecuciones. Su temor es que la silla de Tennessee falle porque otros introdujeron modificaciones sin que él pudiera intervenir.
“Lo que me preocupa ahora es que Tennessee tiene una silla eléctrica que va a hacerle daño a alguien o causar problemas. Y lleva mi nombre”, dijo Leuchter. “No creo que sea humanitaria”.
El gobernador Bill Haslam dijo confiar en que la ejecución se realizará sin inconvenientes.
“Tengo mucha confianza en nuestra gente en el Departamento Penitenciario… Hemos hablado con ellos y nos han dado seguridad” de que la silla está preparada.