La batalla por las elecciones en Florida no termina. Este jueves se venció el plazo para el recuento a máquina y según los resultados preliminares publicados por AP el puesto al Senado irá a una vuelta de recuento manual exigido por la ley, pues a Rick Scott y a Bill Nelson los separan apenas unos miles de votos.
Mientras tanto, y a pesar de que el recuento efectuado con máquinas demostró que la ventaja del republicano Ron DeSantis sobre el demócrata Andrew Gillum es lo suficientemente amplia como para evitar tener que recurrir al recuento manual, el candidato demócrata no ha reconocido la derrota y publicó en Twitter la extensión que tienen los votantes de verificar que sus votos fueron contados. El plazo vence el próximo sábado.
The deadline has been extended — so make sure you check your Vote-By-Mail and Provisional Ballot by Saturday at 5 p.m. Check out more >>> https://t.co/FCMBydAKll pic.twitter.com/LiYb6lf0BR
— Andrew Gillum (@AndrewGillum) November 16, 2018
Gillum, quien reconoció brevemente su derrota el día de la elección y se retractó después, dijo en un comunicado que “no ha terminado hasta que cada voto legal sea contado”.
Luego de diversas polémicas por las demoras del condado Broward y Palm Beach, la semana pasada les ordenaron a todos los condados hacer un recuento mecánico en las contiendas del senado, gobernación y comisión de agricultura, todas a nivel estatal. El siguiente paso es contar manualmente las boletas de aquellas contiendas con un margen de diferencia inferior al 0.25%.
En estos últimos 10 días se han presentado múltiples demandas relacionadas con el recuento, así como han surgido acusaciones de fraude sin presentar pruebas por parte de los republicanos, incluido el presidente Trump. Los demócratas, por su parte, demandan que cada voto legal sea contado.
Según la AP, la batalla legal molestó al juez federal de distrito Mark Walker, quien criticó al estado el jueves por no prever reiteradamente problemas electorales. Agregó que la ley estatal sobre los recuentos parece violar el fallo de la Corte Suprema de Estados Unidos que decidió la presidencia en el 2000.
“Hemos sido el hazmerreír del mundo, elección tras elección, y elegimos no solucionar esto”, dijo Walker en la corte, reportó la AP.
Walker ventiló su enojo hacia los legisladores estatales y los funcionarios del condado Palm Beach, diciendo que debieron haberse asegurado de tener equipo suficiente listo para lidiar con este tipo de recuento. Sin embargo, dijo que no podía extender el plazo para el recuento porque no sabía cuándo terminaría el condado Palm Beach con su trabajo.
¿Por qué siempre la Florida?
Esta no es la primera vez que ocurren problemas con las elecciones en la Florida. En el año 2000, tras un recuento de votos en Florida y un fallo de la Corte Suprema, George W. Bush ganó la presidencia sobre el demócrata Al Gore por un margen de 537 votos electorales. Pero no era algo inédito en el Estado, pues en el año 1876 ocurrió algo parecido con el republicano Rutherford Hayes y el demócrata Samuel Tilden.
En la contienda del 2000, pasaron casi seis semanas para que el país entero conociera quién sería su nuevo presidente, tras librar una larga batalla que incluyó varios equipos de abogados y medios de comunicación envueltos en el proceso. La “culpa” le fue achacada al diseño de la boleta “mariposa” en el condado de Palm Beach, con un enrevesado sistema que confundió a muchos votantes.
Para Mark Seibel, editor del Miami Herald en aquel entonces, pocas cosas han cambiado. “Los republicanos siguen protestando por los recuentos de votos, tal como aquella vez, pero discuten por algo que incluso puede beneficiarlos”, dijo en el evento Prioridades de la Florida que reunió a personalidades influyentes de diversas esferas en Miami esta semana.
Seibel fue parte del grupo de periodistas que pidió un recuento manual de votos (ya que son documentos públicos a los cuales se puede acceder por una petición especial), y lideró a los reporteros en la tarea de recontar en los 67 condados del Estado. En la actualidad un juez puede ordenar el recuento cuando el margen es menor a 0.50% de diferencia.
“A pesar de que las máquinas se han cambiado,18 años después tenemos los mismos problemas. ¿Nadie revisa las máquinas y se percata de que se sobrecalientan?”, dijo, refiriéndose a los reportes del mal funcionamiento de algunas y agregó que “es necesario gastar dinero en esto”.
Otro asunto al que se refirió fue al diseño de las boletas, que en cada elección parece tener reclamos en varios condados. “¿Cómo puede ser? ¿No se miran las boletas? Hay estándares para seguir. Y la ineficiencia de los oficiales, ¿es algo intencional?”, dijo. “Alguien debería decir que esa no es la manera correcta de hacerlo”, agregó.
Ed Pozzuoli, en aquel año director del equipo legal de George Bush que “peleó” las elecciones comentó que existen muchas diferencias entre estas elecciones y las del 2000.
“Primero, las del 2000 eran elecciones presidenciales y estas de medio término. Las presidenciales tuvieron un margen de diferencia de apenas 537 votos, mientras que en las de ahora hay varios miles en los tres puestos que se discuten (Senado, Gobernación y Comisión de agricultura)”, dijo.
Además recalcó que el equipamiento ha cambiado y eso ayuda a que los votos no sean “contados dobles”.
No habían guías a seguir para votaciones con tan poco margen de diferencia ni leyes a seguir. Ahora eso ha cambiado y se puede recontar, primero a nivel de máquinas y luego manualmente, en dependencia del margen de diferencia, explicó a la audiencia.
Enfatizó en que “nunca puedes eliminar el factor del error humano, ya sea por el votante, el supervisor de elecciones o el equipo de supervisores”.
El abogado que lideró el grupo opositor demócrata de Al Gore, Kendall Coffey, dijo que “el recuento es un proceso legítimo. Y cuando existe un margen microscópico, todo el mundo tiene que estar bajo el microscopio”.
Coffey dijo que “no debería dejarse de contar ningún voto solo porque el supervisor de elecciones no sea el mejor para ese puesto”, dijo en referencia a las críticas que varios supervisores han tenido por las demoras en el proceso, especialmente en el condado de Broward.
Por último, respecto a “contrastar las firmas” de las boletas y los registros de electores, dijo que es un proceso que varía de condado en condado hasta el punto de que los votos que no cumplan con esos parámetro (distintos en cada condado) son muchas veces rechazados, a pesar de que “existan diferentes razones de índole humana para esas diferencias”.
El periodista Mark Seible, actualmente editor de Buzzfeed, dijo que en ambas contiendas (2000 y 2018) no había diferencia ninguna en cuanto a la respuestas de los candidatos. “El propósito en ambas elecciones era desacreditar el proceso de elecciones, de lanzar la idea de que de alguna manera contar cada voto es contar votos ilegales”, dijo.
“Pero es la ley recontar los votos, y va a seguir adelante no importa lo que digan, incluido el presidente”, concluyó.