El ex ministro brasileño de Salud Alexandre Padilha cree que el abandono de Cuba del programa Más Médicos, que implantó en 2013 durante la gestión de la ex presidenta Dilma Rousseff, será “trágico” para el país sudamericano y tendrá un impacto directo en la población.
En una entrevista a EFE, Padilha, quien fue ministro entre 2011 y 2014, durante los gobiernos del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), acusó a Bolsonaro de “destruir” una iniciativa que permitió la atención primaria en las regiones más pobres y remotas del país.
“Cuando un presidente electo destruye una iniciativa, sin alternativa en la atención, los socios internacionales pasan a desconfiar”, alertó el ex ministro.
Cuba comenzará hoy a repatriar a los 8,332 médicos con los que participa en Más Médicos después de las críticas realizadas por Bolsonaro, quien gobernará a partir del próximo 1 de enero en Brasil.
El ultraderechista declaró que los profesionales isleños estaban trabajando en el país en condiciones de “esclavitud”, por permanecer separados de sus familias y recibir solo el 30 por ciento de su sueldo, ya que el resto es destinado al Gobierno de ese país, el cual califica de “dictadura”.
Padilha afirmó que no es competencia del gobierno brasileño tratar el valor que deben recibir los médicos cubanos, pues son profesionales que forman parte de una misión internacional de la isla y, en ese sentido, deben de cumplir las reglas del empleador.
“Los médicos de misiones internacionales de Cuba tienen empleo permanente, seguridad social, el vínculo es diferente. La relación de remuneración es con la misión internacional de Cuba”, esclareció.
Según el ex ministro, la llegada de médicos cubanos a Brasil fue propuesta por la Organización Panamericana de Salud (OPS) como una alternativa ante la resistencia de los brasileños para trabajar en las regiones más alejadas y humildes del país sudamericano.
“Más de 1,700 municipios en Brasil solo tienen Más Médicos y el 75 por ciento de la atención de las poblaciones indígenas es a través los médicos cubanos”, resaltó.
Tras la decisión de La Habana de abandonar la iniciativa, el Gobierno brasileño abrió la víspera el plazo de inscripción para sustituir a los profesionales cubanos que ejercían activamente en el país sudamericano y que ya han empezado a hacer las maletas para regresar a la isla.
Padilha dijo esperar que, por el bien de los 30 millones de brasileños que dependen del Más Médicos, esas plazas puedan ser designadas rápidamente, aunque precisó que el “histórico” del país muestra una realidad distinta.
“La llegada de la misión internacional de Cuba fue la única alternativa para llenar 11,000 puestos que no fueron ocupados por médicos brasileños”, explicó.
El programa, creado en 2013 con el objetivo de garantizar la asistencia sanitaria en las regiones más apartadas y pobres, se ha situado en el centro de las críticas de la Asociación Médica Brasileña, que aseguró que la salida de Cuba tiene “cuño revanchista” y supone un boicot a Bolsonaro.
En medio de la retirada de los médicos cubanos, el presidente electo de Brasil anunció este semana al futuro ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta, quien afirmó que Más Médicos fue en realidad un “convenio entre Cuba y el PT”.
“Espero que cuando el ministro asuma se dedique más a otros problemas. El discurso anti PT no soluciona el problema de 30 millones de brasileños atendidos por el Más Médicos”, señaló Padilha, en referencia las declaraciones de Mandetta.
A su juicio, la salida de Cuba coloca a Brasil en el “escenario internacional de la incertidumbre” y amenaza con la “interrupción de otras políticas de éxito” en Brasil, que durante años fue un importante aliado de La Habana en Latinoamérica.