Una encuesta de Northwestern Mutual arroja que para el 44% de los estadounidenses el dinero es la mayor fuente de estrés. El 25% lo ubica en las relaciones personales, y solo el 18% en el trabajo. Así lo confirma la Asociación Estadounidense de Psicología: “Independientemente del clima económico, el dinero y las finanzas siguen siendo el principal factor de estrés de los estadounidenses desde que comenzamos nuestra encuesta en 2007”.
El estrés monetario es generalizado y se está filtrando en sus vidas laborales. Otra medición de la firma financiera John Hancock encontró que el 69% de los trabajadores estaban estresados por sus finanzas, con un 72% admitiendo que se preocupaban por sus finanzas personales en el trabajo.
De acuerdo con la Reserva Federal, en este año que ya casi termina las deudas por el uso de tarjetas de crédito alcanzaron un récord de más de 1 billón de dólares. Y las deudas por préstamos estudiantiles han aumentado un 150% durante el transcurso de una década.
Por otra parte, los estadounidenses no solo se están ahogando en deudas. Tampoco ahorran. Aproximadamente 1 de cada 4 no tienen un solo dólar ahorrado para una emergencia.
Según Market Watch, estas son algunas de las maneras en que el estrés financiero puede afectar la salud de los estadounidenses:
Depresión y ansiedad. De acuerdo con un estudio de 2013, publicado por la revista Anxiety, Coping and Stress, las personas con mayor estrés financiero tienen más síntomas de depresión y ansiedad que quienes no lo tienen.
Migrañas. Un estudio publicado en septiembre descubrió que para muchas personas el estrés financiero está relacionado con migrañas. De hecho, en muchas se está produciendo cierta variación genética en el llamado gen CLOCK, que ayuda a controlar la temperatura corporal y los niveles de cortisol (la hormona del estrés). Aproximadamente ⅓ de la población tiene esta variación y por tanto es más probable que contraigan migrañas en momentos de estrés financiero.
Úlceras y problemas digestivos. Una encuesta de Associated Press mostró que las personas que están bajo un alto estrés financiero son mucho más propensas a quejarse de úlceras y problemas digestivos (27% dijeron tener estos problemas) que quienes tienen un bajo estrés financiero (8%).
Presión arterial y ataques cardíacos. Según un estudio de 2013 de 8400 adultos jóvenes publicado por la revista Social Science Medicine, los altos niveles de deuda también pueden conducir a una mayor presión arterial. El tratamiento de la hipertensión puede costarles a los ciudadanos $ 700 o más por año. Los datos muestran que los gastos anuales de las personas tratadas por hipertensión promediaron $ 733.
Además, las personas con un alto nivel de estrés financiero tienen más probabilidades de tener un ataque al corazón o una arritmia.
Sueño interrumpido. Más de la mitad de las mujeres (68%) y los hombres (56%) dicen que pierden el sueño, al menos ocasionalmente, porque les preocupa el dinero, según una encuesta de 1,000 adultos lanzada en 2016 por CreditCards.com. Y puede ser muy costoso: los estadounidenses gastan más de 40 mil millones en pastillas para dormir.
Pensiones. Aproximadamente 10,000 estadounidenses cumplen 65 años todos los días y por consiguiente dependen de la pensión como su principal fuente de ingresos.
Por lo general, los planes públicos de pensiones requieren que los empleados contribuyan con una parte de sus salarios a un conjunto de fondos a nombre de los empleados para que se les pague en su jubilación. Los maestros, bomberos y otros trabajadores del sector público cuentan con diversos beneficios, incluido recibir después de jubilados un pago constante. Sin embargo, la mala gestión de los fondos a nivel estatal y local, así como la volatilidad del mercado, suelen afectar estos beneficios.
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