La compañía Havana Club presentó este jueves su más reciente ron icónico, Tributo 2019, cuarta entrega de una colección fruto del talento de sus maestros roneros. En el lanzamiento, su director general, Christian Barré, descartó que una reactivación del título III de la Ley Helms-Burton por parte de Estados Unidos pudiera perjudicar sus actividades.
“El desarrollo de la marca a nivel internacional es muy sólido y no pensamos que una potencial activación del título III pueda afectarnos”, aseguró Barré, quien no anticipa “riesgos mayores” debido a que “desde la creación de la empresa en 1993 todo se ha hecho de una forma perfectamente organizada y clara”.
La amenaza de la Helms-Burton, esgrimida por la administración Trump en su renovado enfrentamiento con Cuba, tampoco limita las perspectivas de la ronera de cara a un futuro más amigable, en el que las leyes de EE.UU. no impidan la comercialización de sus productos en suelo norteamericano.
“Desde hace varios años nos estamos preparando para el día en que los consumidores estadounidenses tengan la oportunidad de comprar Havana Club en los Estados Unidos. No sabemos cuándo será, pero esperamos que ese día llegue y estamos haciendo inversiones para tener una entrada a ese mercado a la altura de la calidad y el prestigio de nuestros productos”, aseguró Barré a OnCuba.
Hasta tanto, el director general invitó a los estadounidenses a comprar sus rones “cuando viajen a otros países, y si es a Cuba, mucho mejor, porque pueden vivir la experiencia completa, no solo comprar el producto y beberlo aquí o llevárselo a casa, sino entender la cultura que tiene detrás, la herencia que lo sustenta. Porque Havana Club no es solo una bebida, es creatividad, es pasión, es tradición”.
En ese sentido, recomendó la colección icónica para los consumidores de EE.UU. “más conocedores o amantes del ron de más alto nivel”, porque esta “ofrece propuestas muy interesantes y únicas por su calidad como el ron Tributo”.
A esta colección se une ahora Tributo 2019, resultado de un complejo proceso de mezclas y añejamiento natural en las naves y barriles de la compañía, en el que intervinieron tres generaciones de maestros roneros. Se trata, como en los casos anteriores, de una edición limitada de apenas 2,500 botellas que se comercializarán a 400 CUC –pesos convertibles equivalentes al dólar– en establecimientos selectos de Cuba y en una veintena de países.
En su presentación, el maestro Asbel Morales lo calificó como “el ron más aromático de Cuba”, resaltó el “toque femenino” que le otorga el trabajo de la maestra Salomé Alemán, y dijo que esta edición en particular rinde homenaje al arte y a la ciencia de la mezcla.
Por su parte, Alemán calificó a Tributo 2019 como un ron “único e irrepetible” y explicó que ofrece “un aroma y un sabor equilibrados, con notas dulces de frutas secas, roble evolucionado y sabores sutiles de vainillina y frutas secas, en especial almendra tostada”.
Formada por la francesa Pernod Ricard y la empresa estatal cubana Cuba Ron, Havana Club Internacional es líder mundial en rones de categoría Súper Premium y exporta alrededor del 75 % de su producción anual a más de un centenar de países.
En enero pasado Estados Unidos anunció que evalúa activar el título III de la ley Helms-Burton, que permitiría a los cubano-estadounidenses reclamar ante cortes de ese país propiedades que les fueron expropiadas tras la Revolución Cubana liderada por Fidel Castro.
Esa normativa legal ha sido suspendido periódicamente desde su creación en 1996 por todos los gobiernos de EE.UU., desde el encabezado por el presidente demócrata Bill Clinton (1993-2001) hasta el actual, liderado por el republicano Donald Trump.
La decisión generó alarma en el Consejo Comercial y Económico EE.UU.-Cuba, que reúne a compañías estadounidenses interesadas en aumentar el comercio con la isla, puesto que la activación del título III podría afectar al intercambio comercial.
También provocó el rechazo del gobierno cubano, cuyo presidente, Miguel Díaz-Canel, acusó al secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, de haber lanzado una “provocación injerencista, amenazadora, prepotente y violatoria del derecho internacional”.
EFE / OnCuba