Tras el derrumbe de los Cachorros de Chicago el año pasado, el piloto Joe Maddon trató de comprender las razones del desmoronamiento.
Y la lectura del libro “Cómo dirigir a los millennials para bobitos” (“Managing Millennials for Dummies”) no hizo sino refrendar las impresiones que ya tenía.
“La conclusión principal es que no se diferencian de los demás”, expresó Maddon. “Cuando lo analizas a fondo y te remontas a su propia infancia, todos tuvimos deficiencias de jóvenes. Creo que hay dos factores importantes: La tendencia a usar la tecnología, que es maravilloso y que yo mismo he usado, y su deseo de saber el por qué de todo”.
La gran mayoría de los peloteros de hoy son de la generación de los millennials y hacen sentir su influencia en todos los ámbitos.
Fueron los primeros en adoptar las estadísticas avanzadas e indican cómo se manejan en el montículo o en el plato. Quieren saber las razones por las que los técnicos les piden que hagan cada cosa.
“Esta generación no tiene nada que ver con la mía”, dijo el piloto de los Reales Ned Yost. “Nada que ver. Hay que adaptarse y tener una mente abierta para descifrar que es lo que motiva a estos chicos, cómo se formaron. Son muy distintos y su forma de comunicarse es muy diferente en el sur de California, los chicos del sur, los del este. Toma tiempo conocerlos y poder comunicarse con ellos”.
Las características de la generación de los millennials estuvieron en el candelero cuando los Cachorros despidieron al instructor de bateo Chili Davis, porque a los jugadores les costaba anotar en la recta final de la campaña pasada, que terminó con una derrota 2-1 en 13 innings ante Colorado en el partido de wild cards de la Liga Nacional.
Davis declaró al Chicago Sun-Times que tenía que aprender cómo comunicarse con los millennials y que se informará a fondo acerca de los peloteros con los que trabajará antes de aceptar otro puesto. En diciembre fue contratado como instructor de bateo por los Mets.
“Aprendes en todos los sitios donde vas”, declaró Davis. “Hay distintas personalidades con las que tienes que comunicarte. A veces te conectas con la mayoría y esperas poder hacerlo con todos, pero eso es poco común. De todos modos, debo decir que tuve muy buenos chicos en Boston, pensé que tenía algunos muchachos muy buenos en Chicago el año pasado y ahora estoy disfrutando mucho de los chicos que tengo a mi alrededor.”
Definir una generación “es un arte y una ciencia”, sostuvo Kate Turkcan, especialista en las tendencias de la juventud de la Kantar Consulting. Turkcan dijo que los millennials nacieron entre 1979 y 1996 y que los centennials –la próxima generación del béisbol– nacieron entre 1997 y el 2015.
Opinó que la impresión prevalente de que los millennials quieren todo servido en bandeja no es correcta.
“No piden que las cosas no sean difíciles. Preguntan los por qué; son parte de una generación, o de un mundo, en el que hay que ofrecer pruebas para todo”, manifestó.
“Se les enseña a cuestionar… a no aceptar todo lo que les dicen. No creo que duden de los mánagers o de los instructores, pero esa es su formación. Quieren llegar a la raíz de las cosas”, agregó.
Maddon, quien acaba de cumplir 65 años, es el piloto de mayor edad en el béisbol, seguido por Yost, de 64, y por el mentor de San Francisco, Bruce Bochy, de 63. Maddon es casi 30 años mayor que Rocco Baldelli, mentor de Minnesota desde octubre.
A pesar de su edad, Maddon tiene fama de saber relacionarse con sus jugadores. Los Cachorros desistieron de prorrogar su contrato tras el decepcionante final de la temporada pasada.
Maddon está convencido de que sabe manejar a los peloteros de la nueva generación.
“La verdad, cuando empecé en esto a mediados de los 80, pensé que era importante decirles a mis jugadores por qué hago cada cosa”, expresó Maddon. “Quieren saber los por qué y eso no me ofende. Cuando me preguntan algo, tengo que tener una respuesta lista.”