Tras siete años sin actuar en Cuba, Moneda Dura vuelve a un escenario de La Habana. La banda que sacudiera la escena del pop rock cubano de finales de los 90 y la primera década de este siglo, se presentará esta noche en el centro cultural El Sauce, en un concierto que avivará el reencuentro de su director y voz líder, Nassiry Lugo, con el público cubano.
El músico nacido en el barrio habanero de Romerillo y radicado actualmente en Estados Unidos, llevaba mucho tiempo acariciando este regreso. Una vuelta a la raíz que, sin embargo, no le resultó fácil materializar. “Calma y persistencia fueron las claves para poder lograrlo”, asegura a OnCuba sin esconder su emoción.
“El concierto de este 8 de marzo va a ser el reencuentro con el público de La Habana que es mi ciudad; con ese público que se quedó, que nos ha seguido esperando de alguna manera, que me ha escrito por las redes sociales y ha mantenido viva mi ilusión de tocar otra vez acá. Y también con muchachos que oyeron a Moneda Dura pero nunca nos vieron en vivo.
“Hay quien me ha pedido los temas viejos como ‘Lola’, como ‘Callejero’, pero hay una generación de veintitantos años que me pide ‘Pedazos de mí’, ‘Cantando en los pasillos’, que son temas de Nunca me fui, el disco más reciente. Entonces, creo que va a ser una mezcla de temas viejos con temas nuevos, y estoy vaticinando que será un concierto bastante largo”.
¿Será un concierto solo de Moneda Dura o tendrás invitados?
Habrá invitados como Jorgito Robaina, el director de Karamba, David Blanco, Adrián Berazaín, que son artistas con los que comparto una afinidad musical y con los que tengo otros proyectos.
En cuanto a la banda, no será exactamente la misma con la que me presento en Miami. Los procesos burocráticos funcionan acá de otra manera: hay que tener una empresa, una plantilla, etcétera… Por eso ya tengo una banda para tocar en Cuba y otra banda en Miami, aunque algún músico sí repita. No es un fenómeno que me pase solo a mí, sino a mucha gente que está viajando y utiliza a los músicos que están en cada lugar.
Algunos de estos músicos con los que tocaré en El Sauce tienen un vínculo previo conmigo; otros son nuevos, pero lo principal es que siguen siendo Moneda Dura, que la banda mantiene su identidad. La única novedad es que por primera vez incluyo una corista, algo que nunca había hecho y que está resultando muy bien.
Después de 21 años de trabajo, ¿cuánto conserva esta Moneda Dura de su versión original y cuánto se ha renovado?
Creo que la esencia es la misma. La sonoridad que tuvo la banda cuando se consolidó es lo que van a oír este viernes. Así suena esta banda y también la que me acompaña fuera de Cuba. Lo distinto de la etapa actual es que estoy experimentando con otros sonidos, con otros timbres para algunos temas, algo que enriquece de alguna manera el perfil tradicional de Moneda Dura.
Para todas las generaciones que siguen nuestra música, va a ser una mezcla interesante. Los que seguían la sonoridad vieja la van a sentir en el concierto de este viernes y a los que le gusta lo más moderno pues también van a tenerlo ahí.
Algunos temas tuyos tienen un fuerte contenido social, un perfil crítico a la sociedad cubana de aquellos años. ¿Ha habido algún reparo en este sentido para el concierto de este viernes?
Nadie me ha dicho nada. Yo estoy haciendo mi repertorio para el concierto, escogiendo las canciones sin ningún condicionamiento o autocensura. Y en honor a la verdad, la censura que alguna vez sufrí en Cuba fue ajena, no la de alguien que me dijera directamente que no podía hacer o cantar un tema específico, sino de gente que sencillamente no ponía mis canciones. Y espero poder seguir diciendo lo que quiero, lo que pienso y seguir haciendo música.
¿Cómo crees que tu nuevo disco pudiera ser recibido en Cuba?
Creo que la gente se va a identificar de alguna manera. Yo sé que la realidad del que vive fuera y canta a la distancia no es la misma del cubano que vive en Cuba, pero hay muchos puntos de conexión. Y estoy seguro que el público los va a encontrar porque hay un porciento muy grande de los cubanos que tiene a alguien cercano que vive afuera y ha recibido ese nivel de añoranza.
Además, aunque todavía existan personas reacias a la llegada de quienes vivimos fuera, creo que en general la gente de la calle tiene una perspectiva diferente. Te ven como alguien que, aunque venga y se vaya, es familia, es parte de su entorno, y eso es enriquecedor para Cuba como país y también para la cultura cubana, que tiene las mismas bases dondequiera que se haga.
Y, por otro lado, el disco tiene un tema como “La calle está muy dura”, que tiene que ver con esas idas y regresos, porque es la historia de alguien que vuelve y ve cómo está La Habana después de algunos años, cómo se han mantenido las cosas, que los huecos están en el lugar que los dejó. Y eso es algo que el cubano de aquí puede entender porque se relaciona cotidianamente con ello.
¿Aceptarías licenciarlo con una disquera cubana?
El disco ya está online, en plataformas como Spotify, como Pandora, la gente lo descarga y lo consume por esa vía, que es hoy la dinámica del mundo, y no sé en qué medida pueda interesarle a una disquera cubana desde el punto de vista comercial, pero para nada estoy cerrado a una propuesta. Si alguna quisiera hacer una tirada del disco físico, me encantaría.
Te marchaste de Cuba en un momento en que Moneda Dura tenía un camino recorrido en la música cubana, ¿Qué motivo que te llevó a EE.UU.?
Mis razones fueron personales. Me fui a los EE.UU. de gira y, de pronto, mi niña llegó allá con su madre y decidieron vivir allá. Y si ellas decidieron eso pues decidí hacerlo yo también porque quería estar donde estuviera mi hija. Ese fue el motivo. A partir de ahí me dije: “Bueno, aquí se tira el ancla y vamos a crecer”.
Desde entonces han pasado siete años, pero Cuba sigue siendo mi país y el cubano sigue siendo mi público. Ese fue entonces el motivo para este regreso: reconectar con ese público que se quedó en mi memoria y en el que también quedó el recuerdo, la música de Moneda Dura.
¿Cuán difícil fue el cambio de escenario cuando te fuiste y cómo has logrado mantener la conexión con lo que eras y hacías en Cuba?
El cambiar así de pronto es una lección de humildad. Todas las cosas que tú creías que habías logrado se vienen abajo y tienes que volverlas a construir. El principio siempre es duro, porque tú tienes una realidad a la cual le cantas y te conectas con ella, y cuando llegas a otro país entonces tienes otra, y eso te desubica. No sabes cuál es tu realidad, a qué lugar realmente perteneces. Hasta que empiezas a conocer a la gente que vive fuera como tú y está buscando una identidad.
En los conciertos que hago en EE.UU. el público mayoritario es un público que extraña Cuba y que, al mismo tiempo, no perdió el arraigo, el vínculo. Es un público como el de Cuba, simplemente que vive allá, pero conserva y transmite la misma intensidad, el mismo sentimiento.
Creo que vivir fuera y arraigarme a lo que en verdad soy me sirvió de mucho. Eso está plasmado en mi producción más reciente, que no por gusto se llama Nunca me fui. Ese álbum tiene la mirada de alguien que, aunque está fuera, se mantiene siempre al tanto de Cuba. Esa es mi realidad también.
Hay quien dice que Miami es el cementerio de los artistas cubanos…
No lo creo. En algún momento Miami fue una ciudad con una vida artística limitada, pero en los últimos años ha crecido mucho culturalmente y no hablo solo de lo relacionado con la comunidad cubana, sino de la ciudad en sentido general, de zonas donde antes lo que había eran almacenes y hoy tienen galerías, negocios para la música y el entrenamiento, zonas donde se realizan muchos eventos, de todo tipo, y creo que hay espacio para todo el mundo.
Lo más complicado para los artistas cubanos que llegan a Miami es poder encontrar su espacio, el no perderse entre las diferentes posibilidades y concentrarse en una dirección, en hacer lo que realmente quieren. Y también el hecho de que, aunque haya una comunidad y un público cubano, no es nuestro medio natural. No es como era en Cuba, que más allá de cualquier dificultad es nuestro país, nuestro entorno, conoces a las personas.
https://www.youtube.com/watch?v=Xr1k_y9IYuE
Trabajar en Miami, y en Estados Unidos en sentido general, lleva una curva de aprendizaje, un proceso en el que hay que chocar una y otra vez y aprender cómo son las cosas allá, cuáles son las reglas del juego. Y no es sencillo, incluso para los artistas de más talento.
Además, en Miami no existe una infraestructura para los músicos alternativos. Incluso para un género como el reguetón tampoco existía algo así; fue hace poco que surgió el Cubatón, porque los dueños de una emisora de radio organizaron un evento y nuclearon a los reguetoneros. Eso demuestra que sí hay espacio, pero que es necesario organizarse y trabajar.
En su momento, Moneda Dura fue como la punta de lanza del movimiento del pop rock cubano, pero tras su partida el panorama musical de Cuba ha cambiado. ¿Qué piensas del contexto en el que ustedes buscan reinsertarse?
Siempre pienso que hay espacio y que el público está ahí. Que no hay nada en la cabeza del público que sea sectario, mayoritariamente digo, siempre hay quien sí, pero en general creo que a la gente le gusta un género y también le pueden gustar otros. Por eso creo que a la gente hay que darle opciones, que tengan variedad para escoger.
Personalmente, me interesa darle al público canciones que inviten a pensar, para que las personas se muevan también, pero para que piensen. Y creo que sí hay un espacio para Moneda Dura, que hay un público, no ya el que nos conoció y con el que tenemos un vínculo afectivo anterior, sino otro más joven al que le interesa el tipo de música que hacemos, que busca más allá de la música bailable.
Y creo que nuestro regreso podría servir para empujar un poquito el movimiento de la música alternativa, y no solo con los conciertos de Moneda Dura, sino con otros proyectos en los que estamos pensando, como retomar el proyecto Habana Alternativa, que hicimos hace unos años y ahora queremos rescatar, sumando otros artistas que tienen un trabajo reconocido y podrían aportar mucho.
Creo que la juventud necesita otros referentes y este proyecto podría ser una plataforma para el tipo de música que defendemos, con la suma de David Blanco, de Karamba, de Jorgito Kamankola, de artistas que ya están en el terreno y otros que vienen con la energía de lo nuevo.
Ahora mismo siento que el panorama está nuevamente como en los momentos iniciales de Moneda Dura, cuando había una música que lo copaba todo –en aquel momento, la salsa– y no se ponía prácticamente otra cosa en ningún lugar; ahora pasa lo mismo con el reguetón y la música urbana, y creo que es un buen momento para provocar cambios, para lanzar cosas nuevas y que sea el público quien decida si le gusta o no. Con ello también iremos nosotros probando, creciendo, como parte de nuestro propio aprendizaje.
Después de más de dos décadas de carrera, ¿cómo te ves hoy en comparación con aquel Nassiry que empezaba en la música y que desde entonces ha hecho hasta cine?
Soy un aprendiz todavía, así me siento. No pienso en lo que ya hice, aunque pueda estar más o menos satisfecho, ni creo que he dejado una obra y pueda alimentarme de esa vanidad. Yo soy este tipo ahora, el que viene a presentarse en Cuba sin las ínfulas del pasado y después de siete años viviendo fuera, y los temas que van a salir de esta etapa son los de las experiencias con esta realidad, la de aquí y la de allá.
El haber chocado con realidades anteriores puede haberme dado un nivel de madurez, pero hay que estar expuesto a cosas nuevas, hay que seguir dándose cabezazos, hay que estar inquieto porque cuando uno se acomoda se enquista y se muere. Al final, no tengo un punto al que quiero llegar: para mí lo importante es el camino, subir la escalera todo el tiempo. Yo me voy a morir en la escalera.
Entonces, ¿es este el regreso de Nassiry Lugo?
Yo creo que sí porque este es mi país. Yo nací aquí y no hay nadie que pueda decirte que tú eres extranjero en tu tierra. Por eso quiero actuar para Cuba, reconectar con quienes nos seguían acá y mostrarle a los más jóvenes la música de Moneda Dura.
Ya tenemos planificado presentarnos el día 15 de marzo en la Casa de la Música de Varadero, y después vamos a actuar en el Festival “Un puente hacia La Habana”, que organiza Jorge Robaina y este año tiene entre sus invitados a los españoles Andy y Lucas.
Mi intención es llevar Moneda Dura ahora a todas las provincias de Cuba y seguir haciendo música para ese público con el que yo crecí y que creció también conmigo. Y espero hacerlo con frecuencia. Al final, Miami está ahí mismo, a 45 minutos.
como tienes que embarajar para que,en un final,te dejen cantar en tu pais !!!!! No te olvides que para “ellos” sigues siendo uno “que se fue”……….
definitivamente,son ustedes muy selectivos a la hora de publicar comentarios…no se donde cancio ha aprendido a ser tan alergico a la libertad de expression !!!!!
Es difícil claro, porque cuando uno emigra desde Cuba uno no sabe que hacer con tanta libertad, uno tiene que acostumbrarse a que uno mismo tiene que llevar adelante sus sueños, al potencial del país al que llegas. Es salir de la tierra del “no se puede” para llegar al país de “todo se puede si te empeñas”.
ME ALEGRA MUCHÍSIMO QUE EL TALENTO SIGA REGRESANDO AUNQUE SEA ESPORÁDICAMENTE. SIENTO PERDERME EL CONCIERTO DE HOY PERO DISFRUTARÉ DE OTRO. VIVA EL TALENTO CUBANO.