Los Rojos de Cincinnati tienen marcado en su calendario como una fecha especial el 12 de marzo, pues justo ese día de 1960 firmaron a un joven de 17 años que forma parte de la historia dorada de la franquicia: el cubano Tany Pérez.
Atanasio Pérez, natural del Central Violeta, llegó como un chico sin experiencia, un agente libre amateur sin nada que perder y mucho, muchísimo por ganar. La oportunidad no la desperdició, y cuatro años más tarde, el 26 de julio de 1964, debutó con Cincinnati.
A partir de ahí comenzó su leyenda en el Riverfront Stadium, la casa de la Gran Maquinaria Roja, aquella espectacular versión del conjunto que triunfó en dos Series Mundiales consecutivas (1975 y 76).
Pérez, único cubano miembro del Salón de la Fama de Cooperstown por sus méritos en las Mayores, se ganó el respeto y la admiración de Cincinnati, donde es recordado por su don de la oportunidad.
El antillano lideró las Grandes Ligas en impulsadas desde 1964 hasta 1983, y fue el segundo de dicho departamento en toda la década del 70, superado únicamente por el estelar receptor Johnny Bench, su compañero de equipo.
Tany participó en siete Juegos de Estrellas, cuatro veces terminó entre los diez primeros de la votación por el Jugador Más Valioso, y contribuyó de manera decisiva a los cinco títulos divisionales, cuatro campeonatos de la Liga Nacional y dos Series Mundiales de Cincinnati entre 1970 y 1976.
Tanta fue su incidencia que los Rojos retiraron su dorsal 24, lo exaltaron al Salón de la Fama del equipo y le levantaron una enorme estatua de bronce en el Crosley Terrace del Great American Ball Park, feudo del conjunto en la actualidad.
Pérez conectó 287 jonrones con la camiseta de los Rojos, impulsó 1 192 carreras y anotó 936 en más de 1 900 partidos. En total, terminó su trayectoria de 23 años en las Mayores (jugó también con Montreal, Boston y Filadelfia) con 379 vuelacercas, 2 732 jits, 1 652 remolques, 1 272 anotadas y línea ofensiva de .279/.341/.463.
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Tany Pérez es el jugador cubano con más jonrones e impulsadas en las Grandes Ligas, si descartamos de la lista a Rafael Palmeiro y José Canseco, ambos vinculados a escándalos de dopaje y consumo de esteroides que empañan todos sus logros en el béisbol.
En Cincinnati recordarán por toda la vida el desempeño de Tany Pérez junto al torpedero venezolano David Concepción y los dominicanos César Gerónimo y Pedro Borbón, la columna vertebral latina que complementó el aporte del intermedista Joe Morgan, el máscara Johnny Bench, y el sensacional y polémico Pete Rose.
Aquellos Rojos ganaron más de 100 partidos en tres ocasiones, consiguieron al menos 95 sonrisas en seis de las siete campañas entre 1970 y 1976, lapso en el que promediaron 98 triunfos por temporada.