El presidente de Brasil Jair Bolsonaro firmó el martes un decreto que facilita a los brasileños la compra de armas y municiones, cumpliendo con una promesa de campaña en medio de crecientes temores por los índices delictivos.
El mandatario derechista firmó el decreto presidencial, que modifica la ley de posesión de armas de 2003, en una ceremonia en la que estuvo rodeado por legisladores simpatizantes que aplaudieron y fingieron disparar pistolas con sus manos.
El decreto “reduce la burocracia” en el mercado de armas y abre la puerta de Brasil a las armas de fuego y municiones fabricadas en el extranjero, decía un sumario del decreto publicado por la oficina del presidente. Aún no se publica el texto completo del documento.
El sumario indica que los propietarios de armas ahora podrán comprar entre 1,000 y 1,500 rondas de municiones al año, dependiendo de su licencia, un incremento respecto a las 50 que se permiten en la actualidad. Los miembros militares de menor rango podrán portar armas después de 10 años en servicio.
“La seguridad pública empieza al interior de tu casa”, dijo Bolsonaro, un ex capitán del ejército que basó buena parte de su campaña presidencial en una postura más estricta contra los criminales en un país que es líder mundial en total de homicidios.
Para poseer un arma en Brasil, los ciudadanos deberán aprobar una serie de requisitos, incluida una revisión psicológica y un curso de seguridad.
Después de tan sólo dos semanas en el poder, Bolsonaro firmó un decreto que eliminaba el requisito de que los interesados debían justificar ante la Policía Federal sus motivos para adquirir un arma, una medida que impedía que muchas personas obtuvieran armas de forma legal.