El escritor cubano Leonardo Padura presentó hoy en Tokio la traducción al japonés de su novela El hombre que amaba a los perros, que adentra a los lectores nipones a la historia del asesinato de León Trotski a manos de Ramón Mercader.
“Es una historia que la persona medianamente informada conoce”, explicó Padura en un coloquio en el Instituto Cervantes de Tokio del núcleo de sobre el que gira la novela, publicada en 2009, que destaca por su juego con los tiempos narrativos.
Alternando dos líneas de tiempo reales, las de la vida de Trotski y la de su asesino, con una ficticia, la del escritor fracasado cubano que conoce a Mercader en Cuba, el autor genera una “tensión” que lleva a los lectores a “devorar” la novela.
El desconocimiento que existía en Cuba sobre la figura de Trotski, así como su visita a la casa donde murió en México, desataron su deseo de relatar la historia de “uno de los asesinatos más escandalosos del siglo XX”.
También le motivó a escribir el libro la cercanía de Ramón Mercader a su ciudad natal, La Habana, donde el catalán convertido en agente secreto para la Unión Soviética residió entre 1974 y 1978.
En su libro Agua por todas partes, recientemente publicado en España por la editorial Tusquets, Padura incluyó un pequeño ensayo titulado “La novela que no se escribió. Apostillas a El hombre que amaba a los perros” donde narra algunas intimidades de la escritura de esta novela, y de su proceso de investigación.
Escribir El hombre que amaba a los perros, fue un desafío en el que invertí cinco años de mi vida. Una parte importante de ese tiempo la dediqué a redactar con el mayor esmero posible cada página del libro. Otra parte esencial de ese período se lo llevó la investigación documental y la búsqueda de certezas en una historia donde, como me dijera un día mi colega español José Manuel Fajardo: “el problema es que en esa historia todos mienten”.
En la presentación del libro estaba presente el traductor de la obra, Ryukichi Terao, quien aseguró que su labor de traducir al japonés la novela, de 760 páginas, fue “un trabajo placentero” que sirvió para “por fin” traer a Padura a su país.
El éxito que ha tenido Padura con sus obras le ha valido reconocimientos literarios tan importantes como el Premio Nacional de Literatura de Cuba (2012) y el Premio Princesa de Asturias (2015).
El escritor instó a Terao a que El hombre que amaba a los perros no sea la última obra suya que traduzca al japonés, mencionando trabajos posteriores como La transparencia del tiempo (2018).
EFE / OnCuba