Un puñado de voleibolistas cubanos ha alcanzado la elite en el extranjero. Se han mezclados entre clubes profesionales foráneos para romper la cadencia pausada del deporte cubano amateur. Pura miscelánea que sugiere una impronta inquebrantable, que no debe esconderse entre las mazmorras del olvido y que brota abruptamente sobre los rezagos tratando de alimentar esperanzas sosegadas.
Los cubanos ya son una marca registrada, jugadores sumamente apreciados por los principales clubes, profesan ser enjundia de lujo, sensación de triunfo y presagio de espectáculo de altos quilates. La furia desmedida de bandazos en el aire, el furor arropado tras la armazón cruda del puro portento físico y la picardía nativa caribeña ha cautivado con un talento innato las principales ligas del Voleibol mundial.
En particular, han tomado Italia como suya. Desde la avalancha de jugadores cubanos que cayeron en 2001 en tierras bambinas, está nación se ha tornado destino predilecto de muchos de los voleibolistas antillanos que han decidido continuar sus carreras como profesionales.
Ahora mismo, en este pedazo de tiempo que transcurre, la cara icónica de la Liga Italiana es la de un cubano: Osmany Juantorena. Jugador estrella del Trentino, club forrado de títulos ligueros y continentales. Desde su arribo a Italia, el club le echaría el ojo y no lo dejaría escapar.
Después de abrirle la boca a más de uno con sus potencialidades sobre la cancha, al debutar, Osmany se dio el lujo de en un par de años solamente, guiar a su club hacia la primacía del orbe. El Trentino, con Juantorena encaramado en la proa, ganó la liga de su país y la Champions europea en dos ocasiones consecutivas. Pero todo no queda ahí, se convertiría en el líder indiscutible del conjunto monarca universal al coronarse campeón del Mundial de Clubes en 2010.
Despegando desde la zaga y atacando en penetración, el cubano se ha convertido para muchos en el mejor voleibolista de la actualidad. Su consistencia en cada juego por ocasiones se traduce en un alarde de guarismos de vértigos, bastos para encabezar los principales renglones estadísticos ofensivos.
El santiaguero se burla de los bloqueos lo mismo con furia que con disimulados ademanes que hacen descender la esférica en territorio de todos pero en espacio de nadie. Se eleva desde la raya final para tronar el balón y enviar servicios a la velocidad de la luz en busca de los triángulos esquinados, bloquea sin pudor y defiende como gato bocarriba. Osmany Juantorena ha venido a apuntalar una ya consagrada generación de jugadores cubanos que han pasado por los tabloncillos italianos.
Mayor que Osmany en edad, el zurdo de Parraga, Ángel Dennos, era el Juantorena de hace unos años. Con una aureola distinta a la del santiaguero, el capitalino tuvo la suerte de poder militar en el IVECO Palermo de 1998 a 2000 y pertenecer a la selección nacional. Estuvo en el plantel que ganó la única Liga Mundial de Voleibol para Cuba, pero en el 2001 decidió aislarse del plantel antillano para radicar de por vida en Italia.
Después de un período de inactividad probó fortuna en Qatar antes de recalar en la península Itálica con el Volley Latina. Su formidable rendimiento hizo que durara poco en este club y comenzara a jugar con Lube Banca Marche Macerata. En este plantel Dennis descolló, se canso de ganar títulos convirtiéndose en el mejor jugador de la Liga.
Cuando en la cuna de la moda mundial todos hablaban del portentoso mestizo caribeño, el cubano se caso con la también voleibolista italiana Simona Rinieri. A pesar de la repercusión del matrimonio, siguió sumando titulares a los diarios deportivos por sus propios méritos en los tabloncillos. Su peculiar estilo en el servicio se ha vuelto icónico y vino a redondear un arquetipo del zurdo de La Habana.
De derecha a izquierda, escurre la esférica entre sus alargadas manos al mismo tiempo que se balancea con sus pies al compás de un buen son, antes de poner el balón en órbita y hacerlo viajar con un salto felino, acompañado de un pujante zarpazo de izquierda que dispara la mikasa a una velocidad espeluznante en busca de un espacio vacío en el taraflex enemigo.
La imagen de los 7 access consecutivos marcados en un partido después del acostumbrado ritual fue descargada en Youtube cientos de veces. La secuencia recorrió el mundo y con ella el tatuaje de la bandera cubana que exhibe Dennis en su hombro cada vez que remanga su chamarreta. En 2007 fue transferido al Módena en donde se mantiene actualmente. Ángel Dennis ya es un veterano, aunque siga con el rigor de un joven.
Semanas atrás se enfrentaban el Trentino vs Módena por el calendario de la Liga Italiana. Se presumía un duelo entre dos de los mejores jugadores del mundo, dos cubanos, uno zurdo y otro derecho, un santiaguero y un habanero, la experiencia y la juventud.
Pero, una chapucería del destino, una metedura de pata de algún azar o simplemente la casualidad, no quiso que se produjera el encuentro. Según el sitio web del certamen, una lesión muscular de Juantorena impidió que los antillanos se vieran net por medio.
Cuba en el mundo, sin detenerse, sin pausas, mostrando nuestra valia, la de los cubanos de aqui y de alla, pero sobre todo, nuestra cubania a pesar de los pesares. Hoy mismo veia La Voz Kids, programa adonde se descubren los talentos desde edades tempranas, mostrando sus dotes y habilidades en un mundo tan bello y complicado como es el mundo de la cancion. Y que regocijo ver que una cubanita de unos 11 años es una de las aspirantes a ganar el premio, a golpe de maestria y mucha dedicacion. Y es que asi somos,luchadores, consagrados, ambiciosos en el mejor sentido de la palabra. En todas las esferas somos capaces de demostrar nuestra calidad,lo que realmente valemos. Dennis, Juantorena, Simon, William Levy, Gattorno, Cesar Evora…..cubanos todos, que han sido capaces de poner en alto cuanto y hasta donde podemos llegar.