El respetado actor cubano Mijail Mulkay ha consolidado una notable carrera artística por la que ha sido reconocido tanto en Cuba, como en Colombia, país en el que comenzó a trabajar en el año 2004.
Mulkay, que actualmente se encuentra residiendo en la ciudad de Miami, donde ya ha obtenido éxitos en varias propuestas teatrales, conversó con OnCuba.
Usted salió de Cuba hace diez años para iniciar una carrera profesional en Colombia. ¿Cuáles son los momentos más significativos de esa etapa?
En octubre del 2004 salí rumbo a Colombia porque el canal de televisión RCN había ido a Cuba a buscar actores para una producción y yo fui uno de los escogidos para ese proyecto. Por esos días en la Isla no había muchas opciones de trabajo, entonces la posibilidad de poder actuar en otro lugar del mundo era muy tentadora, no solo económicamente, sino también desde el punto de vista artístico.
En Cuba yo había alcanzado ya reconocimiento como actor en el cine, la televisión y el teatro, a pesar de ser un actor joven en ese momento,- jajajajaja, ya no tanto-; comenzar sin precedentes en otro país no fue nada fácil pero sí muy provechoso.
Trabajé mucho en la televisión colombiana en esos nueve años. Con Caracol Televisión hice La ex, Montecristo, Las profesionales del servicio, La quiero a morir, La primera dama y Los caballeros las prefieren brutas. Con RCN Mujeres Asesinas, Amor sincero, El capo 2, A corazón abierto 2 y Casa de reinas, y con Telemundo RTI Sin senos no hay paraíso, Los victorinos y El clon; además, en cine participé en los filmes El escritor de telenovelas y El control.
¿Cómo lo complementó como actor la experiencia colombiana?
Colombia me dio mucha madurez como actor y como ser humano; cuando empiezas de cero en otro lugar debes regirte por las reglas de ese sitio y exactamente eso fue lo que hice. Los retos te obligan a estudiar, a superar metas, a ser mejor, y eso se lo agradezco y agradeceré siempre a Colombia. Descubrí que más allá de tener la oportunidad de trabajar con ellos, tenía la posibilidad de vivir de otra manera.
Colombia siempre será una opción de trabajo para mí, porque así lo quiero conservar; estoy muy agradecido por todo lo que recibí, y siento que soy mejor actor después de haber pasado esa escuela.
En enero del pasado año usted se radicó en Miami. ¿Qué perspectivas profesionales le llevaron a tomar esa decisión?
Llegué a Miami por un nuevo proyecto, Cosita Linda, telenovela que acabo de terminar con Venevisión Studios y Univisión Studios, y que ya está al aire en Venezuela y Ecuador; pronto estará acá en los Estados Unidos por Univisión. Esta ha sido una experiencia maravillosa y que me ha abierto nuevos horizontes laborales.
En Miami estoy trabajando mucho en teatro, cosa que no abandono nunca. A todos los países que voy me llevo el teatro a cuestas, mi formación es básicamente teatral y trato por todos los medios de que asi siga siempre.
¿Cuál fue la primera pieza teatral que presentó en Miami?
Azul; en septiembre del año pasado hice una temporada de esta versión de la pieza Perla Marina, del trascendental dramaturgo Abilio Estévez; yo la había estrenado con éxito hacía muchos años en Cuba, pero aquí tuvo la particularidad de contar con música en vivo y eso inevitablemente la convirtió en otra obra, para bien; la inclusión de Olga Lidia Thomas en la voz e Isaac Rodríguez al piano, fueron elementos que reforzaron la puesta no solo musicalmente, sino también a nivel dramático y escénico.
¿Por qué recurre siempre a la música cubana en sus piezas?
Siempre mezclo mis espectáculos con mucha música, para mí son cosas que van de la mano, no logro ver uno sin la otra. La música cubana es algo que amo profundamente y que de manera inevitable me transporta hasta los lugares más insospechados de mi pasado en la Isla. Es una manera que encuentro de llevar algo de Cuba conmigo siempre, eso es para mí la música cubana en mis obras; quizás suene repetitivo o medio cursi, pero es mi manera de querer y recordar ciertas cosas que perdí.
En otras entrevistas ha declarado que Mulkay invita, pero ustedes pagan, que está presentando en The Place of Miami, no es solo un homenaje a su padre. ¿A quién más?
Mulkay invita, pero ustedes pagan, es una comedia también con música que escribí para hacerle un humilde homenaje a mi padre, Iván Mulkay, y al teatro bufo cubano, a los grandes exponentes del género, que durante tantos años lo llevaron a las tablas del Teatro Alhambra y luego del Martí: Francisco Covarrubias, Arquímedes y Carlos Pous, Ramón Spigul, Enrique Arredondo y tantos otros.
Es una pequeña muestra de aquel teatro con crítica social y política, que divertía y hacía reflexionar a través de la risa en la esquina de Consulado y Virtudes.
¿Cuál es su apreciación del actual movimiento teatral cubano en Miami?
Hacer teatro es difícil; vivir del teatro es casi imposible en cualquier país del mundo, pero la satisfacción que produce estar en el escenario no la encuentras en ninguna otra parte. En Miami ahora se ha comenzado a mover con mucha más fuerza el teatro y eso es algo positivo no solo para los actores sino para todos.
Que sobren las opciones, pero las buenas opciones, que no sepas a dónde vas porque todas las obras son buenas, esa es la idea. La única manera de crecer es esa, que los otros también hagan cosas muy buenas, de esa manera te obligarán a ser más exigente y serio con tu trabajo, si quieres estar a ese nivel claro, sino, no pasará nada contigo y mucho menos con tu teatro.
¿En qué proyecto se encuentra en este momento, y cuáles son sus planes futuros? ¿Está Cuba en esos planes?
Ahora mismo estoy ensayando una obra escrita y dirigida por Alexis Valdés para el teatro Trail: Oficialmente gay; es una muy divertida comedia que subirá a escena el 21 de marzo.
En planes futuros tengo dos propuestas de televisión, una aquí en Miami y otra en Colombia, para mediados de año, que es la vida de Celia Cruz, donde supuestamente me toca interpretar a Tito Puentes, el famoso timbalero boricua; todavía no se cual haré.
Quiero también hacer un espectáculo nuevo en el teatro, es una obra mía en la que actúo con la cantante y actriz Olga Lidia Thomas, es una tragicomedia bilingüe; ella es americana y él cubano; la pieza se desarrolla a través de los conflictos de esta pareja donde la comunicación, más allá del idioma, es a través del amor, son situaciones muy dramáticas para los personajes, pero a la vez muy cómicas para el espectador.
Me preguntabas si estaba Cuba incluida en mis planes futuros, y mi respuesta es sencilla y clara, ¡sí! Tengo la idea de hacer estos espectáculos en Cuba y me encantaría volver al cine cubano, es quizás una deuda pendiente que tengo conmigo mismo y que no quiero dejar de saldar.
Soy cubano, de La Habana, y Cuba siempre estará en mis planes y en mi corazón.
Foto: Cortesía del entrevistado
Así como habla Mulkay son los buenos artistas. ël conoce de su calidad, y nosotros aquí también. No se aprovecha del desprestigio de nuestra socierdad para granjearse posiciones fuera de Cuba. Por eso lo respetamos y lo queremos. ¡Bienvenido sea a Cuba cada vez que quiera!