Las autoridades de inmigración de Estados unidos deportaron la semana pasada por vía aérea a 120 cubanos en un único vuelo a la Isla, según se anunció este jueves. Se trata del “mayor” grupo expulsado de territorio estadounidense en virtud de los acuerdos migratorios entre los dos países.
En el vuelo se encontraban 39 cubanos que nunca obedecieron órdenes de deportación, en particular, “un individuo atroz que es un criminal con un largo prontuario y condenado por secuestro con un arma, asalto sexual con un arma y trafico de drogas, por lo cual fue sentenciado a 15 y 25 años y 12 meses de cárcel respectivamente”, indica el comunicado del departamento de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés).
Las autoridades estadounidenses dijero que la deportación fue hecha en el marco del acuerdo firmado con sus pares de Cuba el 12 de enero del 2017, el los últimos días de la administración de Barack Obama, el mismo día en que el mandatario puso fin a la política de “pies secos/pies mojados“.
“Esta deportación en masa es significativa dado el hecho de que Cuba ha tenido por largo tiempo una postura (de no recibir) de vuelta a sus ciudadanos desde Estados Unidos o acatar el acuerdo. Cuba tiene una larga historia de país que no coopera” con las deportaciones, asegura la información.
Los deportados viajaron directamente de New Orleans a La Habana en un vuelo chárter, precisa ICE, en lo que se considera una de las mayores deportaciones de cubanos a su país.
Las deportaciones estuvieron congeladas por décadas, con casos muy raros que acostumbraban a llevar años en ser negociados con las autoridades cubanas. En el primer acuerdo migratorio firmado el año 1984 los dos gobiernos acordaron el envío a la Isla de los llamados ‘excluibles’, un grupo de refugiados del puente marítimo de El Mariel que estaban presos por cometer delitos graves en Estados Unidos. Pero esas deportaciones se procesaron siempre a cuentagotas en grupos muy pequeños y distanciados.
Sin embargo, con la administración de Donald Trump se incrementaron las deportaciones en sentido general y los cubanos no han quedado fuera de ellas.
Según las últimas cifras disponibles de ICE durante el año fiscal 2017 fueron deportados 160 cubanos y en 2018 la cifra ascendió a 463, lo que supone un incremento del 189%. A fines de julio Los Angeles Times indicó que ICE tiene un plan para llegar a los 560 cubanos deportados antes de fin de año.
“Los cubanos no se escapan de esta. Pero hay dos detalles que la facilitaron. Primero la decisión de Obama de acabar con la política pies secos/pies mojados y el acuerdo que firmó con los cubanos para que aceptaran a los deportados. Con esto le hicieron un tremendo favor al presidente Trump, que ahora solo tiene que decir que está cumpliendo lo pactado”, dijo a OnCuba el profesor de relaciones internacional de la Universidad Internacional de Florida, Eduardo Gamarra.
La administración Trump goza de cierto apoyo dentro de la comunidad exiliada cubana que, en otros tiempos, siempre ha visto el regreso de compatriotas suyos a la Isla como una afrenta. Pero ahora los tiempos han cambiado y el académico cree que estas últimas deportaciones no tendrán un impacto electoral, porque “el liderazgo exiliado está satisfecho con esto porque considera que es gente mala. El problema es sacar a un líder”, puntualizó.
En julio las autoridades estadounidenses negaron el permiso de residencia a Ramón Saúl Sánchez por su pasado de actividades violentas y manifestaron su intención de deportarlo a otro país, todavía no definido, porque el asunto fue sometido a apelación.
Las deportaciones de cubanos, estima Gamarra es un indicio de que “ya no hay excepción con ellos, lo mismo sucede con los que llegan a la frontera, son miles pidiendo asilo político y los rechazan, los deportan”.
Correcto que deporten a todos esos cubanos que pretenden entrar ilegalmente a los EEUU y de paso que incluyan al polizón que violó las medidas de seguridad de una aeronave estadounidense. Ahora falta la otra parte que consiste en facilitarle la visa permanente a los cubanos que esperan largos años para salir legalmente y reunificarse con sus familiares. Los llamados “paroles” están congelados y el convenio entre Cuba y los EEUU de facilitar la salida legal de 20 mil cubanos anuales no se está cumpliendo.
No se cumple lo pactado porque Trump está apostando todo a producir una debacle en Cuba y en Venezuela. Hace falta que ahora los EEUU sean reciprocos con Cuba que recibió a esos deportables y faciliten las salidas legales.