Del 6 al 9 de marzo, el Festival Love and Peace retomará los escenarios cubanos. El cambio será visible. Un paisaje sueco por una fábrica cubana. La Habana por Borlänge. Y aunque su antecedente viene de un movimiento que proliferó a finales de los años 90, este de La Habana, también tiene lo suyo, como proyecto autónomo y multicultural.
Durante cuatros días, la Fábrica de Arte Cubano, una plataforma recién inaugurada para el arte contemporáneo que está lidereada por el ángel creativo del músico y realizador X Alfonso, será sede de la cuarta edición del evento, que en esta ocasión reunirá a representantes de las corrientes más innovadoras del hip hop, el rock, el pop y el punk, no como géneros aislados sino a partir de la interconexión.
Desde Suecia llegarán las bandas Luna Green, Atomic Swing e Invasión, mientras que la música de Noruega estará representada por los proyectos Honnigbarna y Razika. Las agrupaciones invitadas tienen un reconocimiento importante en sus países, pero son apenas conocidas en Cuba y será una oportunidad para acercarse a la obra de estos músicos que están dejando su huella en el contexto del arte europeo. De la escena cubana llegarán los raperos de Obsesión, el músico David Blanco y por supuesto, X Alfonso con su proyecto artístico.
Para el jueves 6, se anuncia una jam session, donde se podrá intercambiar de un modo más informal con los artistas invitados. Esto será dentro de la nave de la Fábrica y será un encuentro para disfrutar de sonoridades más acústicas. Mientras que durante viernes y sábado, los conciertos se efectuarán en el patio de ese proyecto, ubicado en la calle 26 entre 11 y 13, en el Vedado.
Y aunque el Festival Love and Peace, se afirma como un sitio para seguir corriendo los límites ortodoxos del arte, desde la música; también habrá una muestra de audiovisuales, conformada por cortometrajes y documentales, que reflejarán aspectos importantes de la producción espiritual de los países invitados, en este caso Noruega y Suecia.
Desde el 6 de marzo y durante cuatro días, el Festival Love and Peace, regresa a La Habana, y aunque el paisaje de aquellos encuentros -que surgieron en 1999, del otro lado del mundo- ha cambiado, quien se acerque al festival cubano será testigo del trabajo de una fábrica de arte, en pleno proceso creativo.
Por: Yenys Laura Prieto Velazco