La 15ta edición del Concurso Adolfo Guzmán llega 41 años después de su primera edición en el lejano 1978. Mucho ha llovido desde entonces y en este 2019 los cambios se apreciaron desde la primera emisión del programa.
El concepto de espectáculo televisivo presentado por Manolo Ortega y RTV Comercial repite aspectos de propuestas anteriores como Sonando y Bailando en Cuba: escenarios fastuosos, luminotécnica llamativa sin excesos y una apuesta por una visualidad moderna en la estética de los participantes, son modelos incorporados por Ortega al Guzmán.
En estos aspectos gana el concurso en cuanto a visualidad, donde se mantiene la elegancia de antaño, dándole un toque de vitalidad respecto a las últimas emisiones del concurso en los años 2000, algo que agradece el espectador de estos tiempos.
La canción cubana no vive los momentos de gloria de los inicios del Guzmán (década de los 80 del pasado siglo), cuando buena parte de los más prestigiosos cantantes y compositores del país competían por los premios a teatro lleno en el Karl Marx.
Ver a Silvio Rodríguez cantando “Para Bárbara” de Santiago Feliú, o a Pablo Milanés defender “Tú eres la música que tengo que cantar” de Tony Pinelli, escuchar a Donato Poveda interpretar “Álex” de Pepe Ordaz, son lujos de épocas pasadas, pues en esta edición la idea es ponderar a noveles intérpretes, si bien compiten algún que otro rostro conocido.
Sin embargo, el Guzmán mantiene la característica de premiar la composición por encima de todo. Así lo ha resaltado el jurado compuesto por los Premios Nacionales de Música Adalberto Álvarez y Beatriz Márquez, ganadora en cinco ocasiones del Guzmán; el compositor, productor musical y y miembro de la Academia de Artes y Ciencias cinematográficas de Hollywood, Edesio Alejandro; el cantante y compositor Israel Rojas del dúo Buena Fe y la Máster en Ciencias y Musicóloga Yianela Pérez. Los cinco integrantes tendrán que escoger entre las 15 canciones que quedarán en competencia en esta segunda etapa.
La hora de la verdad
Un repaso a los que quedan en competencia evidencia la difícil tarea que tiene el jurado, pues existe paridad en cuanto intérpretes y compositores, con melodías que incluyen la clásica balada pop, la canción tradicional cubana y otros ritmos más bailables.
Hasta el momento, 12 canciones están a salvo en la competencia, mientras otras ocho están a expensas de la votación del público que escogerá a solo tres que se mantendrán en concurso.
Dentro de los competidores en la zona de peligro destacan algunos nombres como Karel García, una de las voces más destacadas del panorama trovadoresco cubano en la década de los 90, quien llega con la canción Sin aire ni bolero, bajo la voz de la estudiante de 4to año del Instituto Superior de Arte Camila Inclán Sebastia, un tema que debió merecer mayor suerte de contar con una interpretación más adecuada, aspecto que pudiera mejorar más adelante en la competencia, de pasar el filtro del público.
Si se apela a la memoria algunos podrán recordar la canción “La araña”, interpretada por El Nene en la última edición del Guzmán en el 2007, ganadora del Gran Premio de música bailable.
Su autor Franklin Reytor repite ahora en el concurso con “No juegues con el destino”, una letra más romántica que “La araña”, en la voz del joven Pedro Luis Barrizonte León, composición en zona de peligro por competir en una de las jornadas más difíciles de las cuatro iniciales. El tema se ubica en el 9no lugar entre las mejores puntuaciones del concurso, superando incluso a otros asegurados como “Ojalá”, “Lo que tú me faltas” y “Como una canción la vida”, entre otras piezas.
El dúo Saudade con su tema Pretexto fue otra de las interpretaciones que pudo clasificar de haber participado en otra de las noches del concurso (se estrenó igual en la segunda gala), una melodía con tiempo de danzón que cautivó al público y al jurado, aunque deben repasar aspectos interpretativos de clasificar para la segunda fase pues si bien ambos cantantes tienen buenas voces, les falta acoplar como dúo.
Respecto al sistema de eliminación sería más justo una competencia de todos contra todos, donde clasifiquen aquellos que merezcan la mayor puntuación sin ser separados por grupos eliminatorios cada programa, para lograr una mayor paridad en el certamen, un sistema que se puede aplicar en próximas emisiones del concurso en caso de que sobreviva esta prueba de fuego.
Dentro de los clasificados directos a la segunda etapa existe una mayor paridad, con composiciones e interpretaciones destacadas dentro del grupo de 12, a las cuales se sumarán las rescatadas por el público que competirán por el premio de composición, interpretación y el Gran Premio, además del premio de la popularidad, escogido por el público.
De momento cinco canciones se presentan como las más completas en competencia, en cuanto al binomio interpretación-composición. “Giselle”, de la autoría de Abel Geronés quien supo defender bien su tema, con una letra sencilla y conmovedora, unido a un arreglo convencional de balada clásica contemporánea para llegar de una manera directa al público; fácil de aprender, con un estribillo pegajoso sin muchas complicaciones en cuanto a la letra, apunta como una de las favoritas.
Otro de los cantautores jóvenes que impactó en el escenario fue Frank Luis Travieso con “En abril” que, a diferencia de “Giselle”, presenta una letra más cargada de metáforas sin caer en sinsentidos o en palabras forzadas. El arreglo es otro de los aciertos de “En abril“, con la guitarra como guía y un acompañamiento sencillo, suficiente para acompañar la letra en la voz de su autor, cuya interpretación puede crecer en el transcurso del programa.
La dupla de Arelis Rivero (compositora) y Tania Rivero (cantante) es otra aspirante de fuerza de cara a los finalistas del concurso a través de Espera, tema bailable con una letra directa y sencilla, típico del género, aunque la composición puede sostener un arreglo más cadencioso y mantiene su esencia como canción romántica, ahí radica su fortaleza, además de la poderosa voz de Tania Varona. Veremos si la autora logra un mejor resultado que en su anterior incursión en el Guzmán, cuando mereció mención por el tema “Comenzar de nuevo“, allá por el 2007.
En la línea de lo bailable llega Deja que te ame así, pieza que impactó desde el primer momento por su sonoridad apegada al merengue, gracias al arreglo acertado de Pedrito Camacho, quien supo darle vitalidad a una composición hecha para este género: un canto alegre y sincero de amor universal, de la mano de Marcos Prawl y en la voz de Yemán Arias. Si la canción logra sostenerse sin caer en el facilismo del género, pudiera dar una grata sorpresa en el concurso.
Roly Rivero y Annys Batista parten como otros de los favoritos. ¿Será?, así se titula la canción del autor de la popular “Alcé mi voz“, aunque en esta ocasión llega con una letra más sencilla que recuerda composiciones del filin, aunque se presentó al concurso con una melodía más actual a modo de canción, defendida cabalmente por Annys, quien acumula un recorrido por otros concursos similares al Guzmán, como el Sindo Garay (Gran Premio en el 2010 y 2012), y el Boleros de Oro en el 2016. Un arreglo más acústico beneficiaría a esta letra que no por corta dice poco.
En materia de composición sobresalen otros temas como Haciendo fe (Dúo Iris), que llega como canción de autor, una propuesta diferente pero con una letra demasiado cargada que a la larga no cala en el espectador y se pierde entre sus enrevesadas metáforas; la ya mencionada Sin aire ni bolero de Karel García y Tentaciones de Roberto Novo, ganador de dos Gran Premio en las ediciones del 1989 y de 2007. Una mejor interpretación ayudaría a los dos últimos compositores de sobrada experiencia y calidad.
La apuesta por noveles voces en el concurso no es del todo desacertado en esta reedición del evento, aspecto también considerado en ediciones anteriores con resultados positivos cuando Waldo Mendoza, Diana Fuentes, Arnaldo Rodríguez (aun sin El Talismán) y Vania Borges, decidieron apostar por participar como cantantes en las ediciones del concurso durante los 2000, en los inicios de sus carreras.
Más allá de críticas positivas o no que tanto abundan en la Internet por estos días respecto a la 15ta edición del Concurso Adolfo Guzmán, queda camino por vereda hasta el 20 de octubre, fecha en la que está previsto el último programa, donde se sabrá quien logró convertirse en canción, como reza el slogan de certamen.