Hasta su selección por la Academia Latina de la Grabación como artista oficial de los Latin Grammy, a Alberto Lago jamás le pasó por la cabeza involucrarse con el mundo de la música.
“Fue algo que no busqué, sino que me encontró, y estoy muy agradecido con la Academia por creer en mi arte y en lo que proyecta”, dice a OnCuba este artista visual cubano cuya celebridad se multiplicó de la noche a la mañana gracias a la institución musical radicada en Miami.
Natural de Manzanillo, en la oriental provincia de Granma, y asentado luego en La Habana, Lago recibió la noticia “con mucha alegría” mientras realiza una residencia artística en Monthey, Suiza.
“No tengo la menor idea de su repercusión en mi carrera o en mi vida personal, pero creo que todo artista necesita un poco de publicidad”, asegura el pintor, quien comenzó su formación artística en la Academia de Artes Plásticas de Holguín y luego la perfeccionó en el Instituto Superior de Arte de la capital cubana.
“Mi camino en el mundo del arte no ha sido muy relevante –valora con sinceridad–, pero tampoco me ha ido mal del todo. He tenido la suerte de estudiar en buenas escuelas, conocer maestros excelentes y, sobre todo, he tenido libertad de creación para realizar mi obra”.
Dueño, según la crítica Laura Daranas, de “un sello estilístico absolutamente personal”, Lago explora en su obra “conceptos relacionados con la experiencia subjetiva de la felicidad humana y todos los estados que a ella se asocian”.
Esta línea conceptual, trabajada a partir de “la pintura fluorescente y cierto gusto por la visualidad psicodélica” –de acuerdo con el propio artista–, parece haber sido la clave para su elección por la Academia Latina.
“El arte de Alberto está lleno de colores radiantes, símbolos de felicidad y mensajes de esperanza”, explicó Gabriel Abaroa Jr., presidente y director ejecutivo de la Academia, sobre su apuesta por el cubano. “Estos elementos convergen creando una pieza única y vibrante que representa la música que celebraremos en la 20a. entrega anual del Latin Grammy”.
“Esa obra la pinté especialmente para este evento y se va utilizar como imagen del 20 aniversario de los Latin Grammy”, adelanta Lago sobre su creación, en la que refleja, desde sus códigos artísticos, el conocido gramófono que identifica a los premios.
El emblemático trofeo, hecho con puntos de color, decorará carteles, programas, libros, boletos y otros materiales relacionados con los Latin Grammy y su gala de premiación, prevista para el 14 de noviembre en Las Vegas, Estados Unidos.
Y aunque el artista no estará en la gala, sino que verá la ceremonia desde Europa, la imagen multiplicada de su obra resulta un espaldarazo indiscutible para su todavía joven carrera. No obstante, Lago afirma que ello no supone cambio alguno en sus proyectos artísticos.
“Es solo un nuevo peldaño en mi carrera y un refuerzo de mis convicciones y metas para con el arte”, asevera el creador, quien se confiesa seguidor de “la obra de Vincent Van Gogh, la música de Coldplay y su proyección hacia la audiencia, lo cual ha influido en mi manera de comprender el mundo y la vida”.
Preguntado por OnCuba sobre el hecho de que en la Isla muchas personas estén conociendo su obra a raíz de su selección por los Latin Grammy, responde sin envanecimientos.
“Lo asumo como lo que es: como la oportunidad de que muchas personas puedan conocer mis obras y me alegro de ese impacto fuera de los círculos del arte. Ese es un acercamiento que siempre he disfrutado”, asegura el artista, quien es consciente de que los jóvenes creadores deben proyectarse “para trascender localismos y conectarse con el mundo”.
Para ello, apela a un trabajo que, en opinión de Daranas, evidencia su “vocación escapista” frente a “una realidad que considera agresiva y cínica” y que “alcanza su paroxismo” en “la creación de una atmósfera casi fantástica que invita al espectador a participar de su irrealidad”.
Y para ello, también, aprovecha por estos días al máximo su residencia artística en Suiza, donde ha podido conectarse con la naturaleza y la cultura del país helvético y desarrollarse artística y personalmente.
“Estoy desarrollando un proyecto personal de tres grandes pinturas y, al mismo tiempo, he tenido la oportunidad de intercambiar e interconectar con pacientes del hospital psiquiátrico de la localidad, mediante talleres que imparto cada semana –explica–, lo que me ha permitido obtener una intensa experiencia de crecimiento y de interacción psicosocial”.
“El futuro es incierto, aunque lleno de luz”, cierra sus declaraciones Lago, cuya luminosa obra desde ahora también estará ligada para siempre a los Latin Grammy.