Roger Stone, amigo y aliado de larga data del presidente Donald Trump, fue declarado culpable este viernes de manipulación de testigos, y mentirle al Congreso sobre su búsqueda de emails hackeados por Rusia para perjudicar la campaña presidencial de Hillary Clinton en 2016.
Stone fue declarado culpable de los siete cargos en su contra, que incluyen obstrucción de la investigación del poder legislativo para determinar si el equipo de campaña de Trump se coordinó con Rusia para tratar de ganar la elección. Es el sexto colaborador o asesor de Trump condenado por cargos derivados de la investigación realizada por el fiscal especial Robert Mueller sobre la injerencia rusa.
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La jueza Amy Berman Jackson rechazó el pedido de los fiscales de encarcelar inmediatamente a Stone, quien puede permanecer en libertad hasta que se le dicte sentencia el 6 de febrero. La condena podría ser de hasta 20 años de prisión.
Añadió que regirán las mismas condiciones que se le impusieron a Stone tras su arresto, que incluyen la prohibición de hablar con la prensa.
Stone se ha declarado inocente y ha dicho que el caso obedece a motivos políticos. No declaró durante el juicio y sus abogados no convocaron a testigos.
En el juicio que duró una semana, los testigos de cargo declararon que aliados de la campaña de Trump buscaban información sobre correos hackeados por Rusia y filtrados al sitio WikiLeaks.
Steve Bannon, quien presidió la campaña, declaró en el juicio que Stone se había jactado de sus vínculos con WikiLeaks y su fundador Julian Assange, a quien había alertado sobre los correos perjudiciales. Los jefes de la campaña consideraban a Stone el “punto de acceso” a WikiLeaks, aseguró.
En el juicio, los fiscales utilizaron mensajes de texto y correos del propio Stone para demostrar que mintió al Congreso y amenazó a un testigo.