Italia, por su magnífica historia y el desarrollo de su cultura ha sido siempre muy atractiva para muchos artistas cubanos contemporáneos que han visto en la península el lugar ideal para ampliar sus horizontes. Allí residen y trabajan un buen número de ellos. Muchos son jóvenes. Ninguno podía imaginar hace apenas unas semanas cuánto cambiarían sus vidas con la llegada del COVID-19.
Con cerca de 60.000 contagiados y 5.000 fallecidos, los italianos ponen sus esperanzas en la cuarentena para frenar la propagación del nuevo coronavirus. Tras varios días de confinamiento, el realizador y director escénico cubano Luis Ernesto Doñas, radicado actualmente en Roma, comparte sus impresiones y vivencias.
La pandemia sorprendió a Doñas tras la culminación del programa de talentos Fabbrica, del Teatro de la Ópera de Roma, que comenzó en 2018. En estos momentos se encuentra desarrollando su versión de La Fille Du Règiment de Donizetti, que se estrenará en noviembre próximo en Bérgamo, ciudad natal del compositor… si el coronavirus lo permite.
Mientras tanto, Doñas y todos los habitantes de Italia solo pueden mantenerse en casa y ver desde la ventana cómo va cambiando la ciudad a su alrededor.
“El silencio ha invadido el vecindario. Los sonidos habituales de tráfico, ambulancias (cada vez más durante la propagación de los primeros casos) y las campanadas de las iglesias, han cesado totalmente”, explica a Sputnik.
Las pocas escapadas permitidas son a la farmacia o el supermercado más cercano, si es muy necesario. “En la primera semana salí dos veces.”
La soprano Mónica Marziota nació en La Habana pero es casi italiana. “Mi familia paterna proviene de la Región Calabria. Italia siempre ha sido mi otra patria y siempre ha sido parte de quien soy”. Después de haber estudiado por varios años en los conservatorios cubanos, y también en Toronto, Canadá, escogió desde 2004 la Ciudad Eterna para continuar estudios y se graduó de la Musical Theatre Academy y en Canto Lírico en el Conservatorio Santa Cecilia, ambos en Roma. Ahora se queda en casa.
“Antes salía corriendo hacia algún sitio por ensayos o búsquedas en bibliotecas, citas en la universidad o encuentros de trabajo. También para tomar un tren con destino a mi próximo concierto o preparación para el concierto. Ahora salgo corriendo de la incertidumbre, de la psicosis, de la zozobra, al menos lo intento”.
La joven teatróloga Karina Pino apenas tuvo tiempo de conocer la Fontana de Trevi o el Coliseo. “Llegué a Roma el 18 de febrero desde La Habana, para estudiar un Máster en Artes Performativas y Espacios Comunitarios. Es un programa muy abierto e interesante con personas de diversos países y backgrounds profesionales. Desafortunadamente, solo pudimos asistir a un par de workshops y seminarios, por la situación de emergencia que está viviendo el país y el mundo”, cuenta.
En la Academia Teatro alla Scala de Milán, el non plus ultra de la ópera, estudia el joven barítono Jorge Nelson Martínez desde 2018. Pero esta hermosa ciudad lombarda, de capital de la música ha pasado a capital del infierno, con miles de infectados y cientos de muertos diariamente.
“Sin dudas esta enfermedad afecta a todos de una manera u otra; me considero afortunado en el sentido de que me encuentro en buen estado de salud, pero en mi caso en estos momentos la academia está cerrada y en consecuencia no estoy recibiendo las clases correspondientes.”
En medio de la tragedia, es fundamental buscar la parte positiva y algo a lo que asirse. Doñas confiesa no tener tiempo para aburrirse: “Aprovecho el tiempo entre adelantar el desarrollo de la puesta en escena de La Fille Du Règiment y mi ópera prima cinematográfica Esencia Habana” y debo aceptar que le dedico mucho tiempo a seguir las noticias por la TV y por las redes sociales.”
Para Mónica, lo peor es la distancia física.
“Afecta mucho, creo que sobre todo psicológicamente. Es horrible pensar que un abrazo o un beso a una persona querida pudiera ser peligroso, cuando ese mismo abrazo y beso siempre han sido la cura diaria de nuestras almas. Ahora tenemos que ser fuertes para que esta pesadilla termine lo antes posible, esperando que no deje secuelas en nuestros comportamientos con el prójimo.”
Karina, por su parte, intenta reinventarse. “La cuarentena es un desafío. Para mí ha sido una ruptura total, pasarla en un contexto nuevo, con una lengua distinta, con pocas personas conocidas cerca, aunque creo que tiene un costado que se puede aprovechar. Es una situación radical donde debemos reinventar nuestra cotidianidad, biorritmo y prioridades, es una posibilidad muy especial para hacer lo que pocas veces podemos: estar tranquilamente solos o en poca compañía, escribir, leer, pensar, descansar, vivir en otra dinámica. Pero sí, es difícil”, reconoce.
“Algo que se ha convertido ya casi en ritual es salir al balcón a las 18.00, cuando todos los vecinos cantamos una canción emblemática del cancionero italiano, a modo de sentirnos juntos en la distancia y luego escuchar el parte diario televisado con la esperanza de que disminuya el número de nuevos contagios y fallecidos”, relata Luis Ernesto.
Hasta ahora, tristemente, no ocurre así, a pesar de los esfuerzos de las autoridades italianas, que desde el 9 de marzo declararon el país como “zona roja” con el respectivo cierre de todos los teatros, cines, escuelas, actividades deportivas, centros recreativos, restaurantes y cafeterías, además de la confinación domiciliaria.
Para Karina “la situación es tan crítica, tan sin precedentes, tan insólita, tan delirante, que la gente se siente unida en un sentido extraño. Se idean iniciativas para compartir la soledad del encierro, esta situación límite te une inevitablemente incluso a todos los desconocidos que pasan por ella”.
“Lo que para todos parecía una exageración digna del país donde nació el drama lírico, ahora resulta ejemplo de conducta para los demás países de Europa. Son medidas duras pero necesarias para que no colapse el sistema sanitario”, considera Doñas.
En general hay mucho respeto y agradecimiento por los trabajadores de la salud que, “mientras a nosotros se nos pide justamente aislarnos en casa, brindan su tiempo y energía para enfrentar esta situación triste e inédita. Al mediodía, se ha vuelto habitual y viral que los que vivimos en Italia salgamos a regalar un minuto de aplausos para ellos”, cuenta.
Jorge, por su parte, alerta sobre el exceso de confianza. “Al inicio cuando se informó de la existencia de este virus en la provincia, todos estuvieron muy confiados y esa ligereza es para mí la principal causa de su crecimiento; esta enfermedad no es un virus cualquiera y ya se ha llevado la vida de muchos en este país.
Doñas coincide en la necesidad de “ser responsables y consecuentes” en todo el mundo y no solo en las áreas más afectadas. “Los sistemas sanitarios, en la mayoría de los países, no están preparados para recibir un tumulto de afectados tan grande y la probabilidad de un colapso es alta. Así que los lemas debe ser #arecogerse y #yomequedoencasa.”
La situación es alarmante, precisa. “Sobre todo en Bérgamo, donde debo estrenar próximamente, me decían los organizadores del Festival que en esa ciudad prácticamente toda familia ha tenido que lamentar una o más pérdidas”, cuenta.
Hacia el futuro, Doñas cree que es importante “enfocar la situación no tanto desde el combatir sino desde el convivir”, pues no solo será el período de la pandemia en sí, sino el post-pandemia, que traerá muchos desequilibrios y fracturas económicas, financieras y políticas.
“En lo personal, que me sustento como libre profesional en el ambiente del espectáculo, tengo más incertidumbres que certezas sobre los próximos proyectos que debo asumir”, refiere.
En eso coincide Mónica: “Muchas familias están pasando por un momento crítico con el cierre de todas las actividades, también quienes nos dedicamos al arte en modo freelance”, apunta e intenta mirar más allá. “Circunstancias como estas te obligan a hacer una lista de prioridades. Personalmente espero crecer y hacerme un mejor ser humano”.
Luis Ernesto también trata de ver aspectos positivos “como son la limpieza de las aguas en Venecia, la disminución de gases contaminantes en los centros industrializados y en general que nos ha hecho valorar más las relaciones humanas. Ahora más que nunca nos estamos comunicando, nos estamos informando. Uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde. Es una herida que marcará con certeza a toda una generación, a toda la humanidad.”
Cuidense!!