Los gobiernos de los 19 países que utilizan el euro zanjaron enormes diferencias para acordar el jueves medidas que pudieran proporcionar más de medio billón de euros (550.000 millones de dólares) a compañías, trabajadores y sistemas de salud a fin de amortiguar el impacto económico causado por la pandemia de coronavirus.
El portugués Mario Centeno, quien encabeza el grupo de ministros de finanzas de los países del euro, dijo que el paquete de medidas acordadas es “totalmente sin precedentes. Hoy Europa ha demostrado que puede cumplir cuando existe voluntad”.
Sin embargo, el pacto no incluye una mayor cooperación en la forma de créditos compartidos garantizados por todos los países miembro.
Las autoridades dejaron el tema abierto, dejándole el asunto para que sus líderes nacionales lo resuelvan más adelante como parte de discusiones adicionales sobre un fondo para respaldar la recuperación económica a un mayor plazo. De cualquier forma, el ministro de Finanzas de Italia Robert Gualtieri tuiteó que se “puso en la mesa” el tema los créditos compartidos a través de “eurobonos”.
Los préstamos compartidos para cubrir los costos de la crisis eran una de las exigencias principales de Italia, España, Francia y otras seis naciones. Se prevé que la deuda de Italia y de otros miembros se incremente debido a la recesión causada por la pandemia. Pero Alemania, Austria y Holanda rechazaron la deuda compartida. El ministro de finanzas de Holanda Wopke Hoekstra tuiteó que “no oponemos y nos seguiremos oponiendo a los eurobonos”.
El asunto ahora es determinar si el paquete será percibido como suficiente para impresionar a los mercados y permitir a los gobiernos de la eurozona lidiar con las nuevas acumulaciones de deuda gubernamental creadas por la recesión. La preocupación es que el incremento de préstamos pueda desencadenar a largo plazo una nueva crisis financiera en la eurozona, similar a la que amenazó a la unión monetaria entre 2010 y 2015.
Por ahora, el Banco Central Europeo mantiene bajo control los costos de préstamos en el mercado bonos de países endeudados, como Italia, a través de un programa de compra de bonos por 870.000 millones de euros. Pero hasta el momento ese programa está limitado en su tamaño o duración.
Los ministros acordaron que los gobiernos que enfrentan una enorme presión, como España e Italia, puedan aprovechar rápidamente el fondo de rescate de la eurozona por hasta 240.000 millones de euros (260.000 millones de dólares), con la condición de que ese dinero se invierta en sus sistemas de salud y la línea de crédito expira después de concluir el brote. Un desacuerdo sobre la decisión evitó que se tomara una decisión durante una conferencia el martes.
El acuerdo también proporciona hasta 200.000 millones de euros en garantías crediticias a través del Banco Europeo de Inversiones para mantener a las compañías a flote, y 100.000 millones de euros para compensar las pérdidas salariales de los empleados que trabajaron menos horas.
Centeno dijo que los países trabajarían en un fondo de recuperación a mayor plazo, y que como parte de eso discutirían “herramientas financieras innovadoras que se apeguen a los tratados de la UE”. Señaló que algunos países están a favor de los préstamos compartidos, y otros se oponen.