La posposición de los Juegos Olímpicos de Tokio para el verano del 2021 ha calmado un poco los ánimos de quienes pedían a gritos retrasar la cita estival por las afectaciones de la pandemia del coronavirus y, además, les ha dado un bono de tiempo a los organizadores para definir los siguientes pasos en el rediseño de tamaño evento.
Pero en la vida real no hay ninguna certeza de que, en efecto, los Juegos puedan llevarse a cabo el próximo año, teniendo en cuenta que el coronavirus sigue afectando a cientos de países, con un aumento gradual de casos y fallecidos, incluso en países como Japón, donde aparentemente estaba todo controlado.
El gobierno nipón, luego de defender a capa y espada su idea de efectuar la cita en el verano de este mismo año, ahora se ha visto en la necesidad de decretar el estado de emergencia por el repunte de positivos, peligro marcado en una nación con un enorme por ciento de la población envejecida.
La pandemia podría retrasar lo Juegos Olímpicos más allá de 2021
Esto es una clara muestra de que el coronavirus está muy lejos de ser controlado, con posibilidades reales de que su incidencia llegue hasta el 2021 en diversas regiones del planeta, lo cual volvería a poner en jaque la puesta en escena del magno evento olímpico.
Recibir a decenas de miles de atletas, entrenadores, personal médico, periodistas y aficionados de todos los rincones del mundo sería un riesgo tremendo, uno que bajo ninguna circunstancia la humanidad está dispuesta a correr luego de sufrir la pérdida de tantas vidas.
Thomas Bach, presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), señaló hace unos días que si los Juegos no se celebran en el 2021 quedaría totalmente descartada la opción de aplazarlos otro año, teniendo en cuenta las dificultades que ello supondría para los organizadores y el gobierno japonés.
De cualquier manera, el COI mantiene su apoyo incondicional a las autoridades niponas y respalda por completo la idea de trabajar sin descanso para llevar a cabo los Juegos en el 2021 y no pensar ahora en la suspensión.
“Tomamos la decisión de posponer los Juegos por un año, así que todo lo que podemos hacer es trabajar duro para prepararnos. Esperamos, sinceramente, que para el próximo año la humanidad haya podido superar la crisis”, señaló Toshiro Muto, director ejecutivo de Tokio 2020.
A todas luces, Tokio 2020 lucha por no convertirse en uno de esos Juegos Olímpicos que nunca fueron, lo cual sería un mazazo para el país asiático, para el movimiento olímpico y para toda la humanidad, privada del mayor espectáculo deportivo y golpeada por las tensiones y el encierro que ha supuesto la pandemia del coronavirus.
Si los Juegos finalmente no se efectúan, Tokio viviría un decepcionante deja vu y se convertiría en la primera ciudad del mundo que ve suspendidos sus Juegos Olímpicos en dos ocasiones. Pero recordemos todos las citas olímpicas que nunca se celebraron.
1916: Berlín quedó en espera por 20 años
Berlín estaba contemplada como sede de los Juegos Olímpicos de verano en 1916, luego de superar en la puja a Alejandría, Ámsterdam, Bruselas, Budapest y Cleveland. El Imperio Alemán construyó incluso una deslumbrante instalación como obra central de la lid. Conocido como el Deutsches Stadion, el inmueble abrió sus puertas mucho antes de los Juegos, en 1913.
La Primera Guerra Mundial estalló en 1914, pero los preparativos continuaron por un tiempo, dado que nadie esperaba que las hostilidades duraran otro par de años. Pero la horrenda conflagración duró hasta 1918 y obligó a cancelar los Juegos Olímpicos.
El estadio berlinés fue demolido unas dos décadas después, y se le reemplazó por una estructura que serviría como la sede principal de los Juegos Olímpicos de 1936, cuando la capital alemana tuvo al fin otra oportunidad de organizar la celebración deportiva.
Para entonces, desde luego, Adolf Hitler había ascendido al poder, y esos Juegos quedaron manchados como un acto de propaganda del régimen nazi que, eventualmente, hundió al mundo en una guerra incluso más catastrófica.
1940: la primera decepción de Japón
En una era en que la nación elegida tenía la opción de organizar tanto los Juegos de verano como los invernales (surgieron en 1924), Japón fue designado sorpresivamente como el primer país no occidental que realizaría los Juegos Olímpicos. Tokio albergaría la cita veraniega, mientras que Sapporo sería el escenario de los Juegos de Invierno.
Pero otra vez, la guerra se interpuso en el camino.
Japón invadió China en 1937, y terminó renunciando a la organización de los Juegos del año siguiente, luego que algunos líderes militares exigieron supuestamente que las sedes deportivas se construyeran con madera, dado que el metal era necesario para la confrontación bélica.
A toda prisa, el Comité Olímpico Internacional nombró a Helsinki, segunda ciudad con más votos en la elección original, como la sede veraniega. Los Juegos invernales se otorgaron a St. Moritz, Suiza, que los había albergado en 1928.
Una disputa con los organizadores suizos llevó a un cambio más. Los Olímpicos de Invierno debían trasladarse entonces a Garmisch-Partenkirchen, sede en 1936 junto con Berlín.
Desde luego, todo eso se canceló. La Segunda Guerra Mundial explotó en septiembre de 1939, con la invasión de Alemania a Polonia.
Tokio tuvo finalmente una oportunidad de albergar los Juegos de Verano en 1964 (primer país asiático en recibir ese honor), mientras que Sapporo organizó la edición invernal de 1972.
1944: los tentáculos de la guerra llegan a Londres
Poco antes del inicio de la Segunda Guerra Mundial, y después de todas las complicaciones para encontrar sedes alternas en 1940, el COI otorgó a Londres los Juegos veraniegos de 1944, mediante una votación en que participaron también como candidatas Atenas, Budapest, Detroit, Helsinki, Lausana, Montreal y Roma.
Dado que Inglaterra no era una sede factible para los Olímpicos de Invierno, éstos fueron otorgados a Cortina d’Ampezzo, Italia.
Sin embargo, nunca hubo siquiera oportunidad de realizar los Juegos de 1944. La Segunda Guerra Mundial no concluiría sino hasta el año siguiente.
Londres recibió entonces la sede de los Juegos de verano de 1948, los primeros en 12 años, y los realizó en condiciones de austeridad extrema, dado que la ciudad no se recuperaba aún de la guerra.
En 2012, la capital británica se convirtió en la primera ciudad en realizar tres veces los Juegos Olímpicos.
St. Moritz llevó a cabo por segunda vez los Juegos invernales en 1948. Cortina d’Ampezzo tuvo eventualmente otra oportunidad de ser sede, en 1956.
Con información de The Associated Press