El Morro, La Habana y Cuba debutaron por todo lo alto en la Serie Mundial Red Bull Cliff Diving. Habrá quien hable del viento, fuerte e insoportable por momentos, habrá quien hablé del sol, abusivo de punta a cabo, pero la pura realidad es que la capital del Caribe ejecutó su gran salto extremo con ribetes dorados en la primera oportunidad histórica.
Para estar a tono, el vencedor de la espectacular lid también alzó el trofeo de monarca por primera vez en su carrera, quebrando la totalidad de los vaticinios precompetencia, gracias a un desempeño ascendente que sacó de circulación uno a uno a los grandes favoritos.
Blake Aldridge, a quien conocen como Blakey Boy, por lo general no recibía tanta atención mediática, al menos hasta ahora, porque la flamante corona centrará los focos en este británico de 31 años, que protagonizó una legendaria remontada luego de saltar desde la plataforma con un resultado por debajo de la media (74.1 puntos) en la ronda de clasificación.
Ocupó el puesto 11 entre 14 clavadistas, y nadie, absolutamente nadie, ni siquiera el más fiel de sus fanáticos, firmaba la posibilidad de verlo con el trofeo de campeón, por delante de luminarias como su compatriota Gary Hunt, tercero, o los laureados Orlando Duque y Artem Silchenko, quienes quedaron fuera del podio.
“Sí, estoy sorprendido”, espetó minutos después de su brinco a la gloria. Y no es para menos, luego de atravesar un calvario la anterior temporada, con tres lesiones severas en la espalda, el regreso a la competencia exigió un esfuerzo mayor al habitual, pero los frutos pudieron verse tras la última inmersión, que lo dejó con puntaje de 447.40.
“No tenía muchas expectativas, pero vine a pelear, y se demostró que todo es posible”, explicó el británico, que se llevó los honores en la ronda final luego de un complicado salto, cuya ejecución demandó incluso una parada de manos, bien difícil de sostener por el incómodo viento que molestó durante toda la tarde.
“El aire sopló fuerte, pero fue igual para todo el mundo, y no se puede poner como una excusa. El viento va a seguir siempre, en mayor o menor medida, por lo que somos nosotros quienes debemos adaptarnos, enfocarnos y tratar de hacer el mejor salto posible”, añadió Aldridge, que escaló al podio nuevamente luego de su tercer escaño en la primera parada de la anterior Serie Mundial en La Rochelle, Francia.
“Creo que lo más importante ahora es pensar en el próximo evento. Ya cuento con una victoria que otorga una buena cantidad de puntos en la clasificación. Solo tengo que preparar mejor los saltos y superarme, tal vez así logre incluirme de nuevo en el podio”, aseguró el ex clavadista olímpico.
Solo dos unidades por detrás de Aldridge se ubicó el joven mexicano Jonathan Paredes, quien dominó la competencia casi todo el tiempo y al final tuvo el triunfo en sus manos, pero no ejecutó a la perfección un clavado con bajo nivel de complejidad.
“Mi idea era terminar entre los cinco primeros, porque mi grado de dificultad no es lo suficientemente alto como para aspirar a la cima, pero todo salió bien y quedé a un paso bien corto del título”, reseñó el novato más prominente de la anterior edición de la Serie Mundial, quien es consciente de que necesita experimentar un ascenso cualitativo de cara al futuro inmediato.
“Tenemos seis competencias por delante y desde ya la pelea ha pasado al siguiente nivel, porque todos andan realizando saltos cada vez más complejos. Ya Gary Hunt probó un nuevo ejercicio bien difícil, y también Steven Lobue presentó un programa de extrema dificultad”, aclaró el azteca, muy satisfecho con la ubicación.
“Este segundo lugar va más allá de mis expectativas. Me sentía nervioso, porque no había saltado desde la final de Tailandia, hace medio año, y tampoco había realizado sesión alguna de entrenamiento desde 27 metros”, dijo Paredes, quien se mostró muy contento por la victoria de Aldridge, un clavadista que, según su criterio, posee muchas herramientas para ejecutar el salto que quiera.
“La meta siguiente es mejorar los saltos, la ejecución, la coordinación, la concentración y tratar de elevar un poquito el nivel de dificultad, porque me haría mucho más competitivo”, expresó el mexicano, siempre optimista.
El podio lo completó el tres veces campeón de la Serie Mundial, el británico Gary Hunt, quien no anduvo fino en los saltos de mayor complejidad, esos que ha dominado en los momentos cumbre para marcar la diferencia con sus rivales.
“Yo disfruto y prefiero los saltos más complejos, por eso he subido de categoría con tanta efectividad”, enunció Hunt, quien suele además apostar mucho a sus dos últimas piruetas, las de mayor dificultad.
“Mis primeros saltos no son los más fuertes, por lo que no pensaba estar ni cerca de los puestos de cabecera. Mi mayor fortaleza viene después, con las dos últimas ejecuciones. En esta competencia hasta probé uno nuevo, pero no me salió tan bien como quisiera, pulirlo lleva su tiempo”, declaró Hunt, que igualmente pasó mucho trabajo para tomarle el punto exacto al viento. “El aire viene y va, hay que escoger muy bien el momento para saltar”, concluyó el británico, monarca del 2010 al 2012.
De esta forma, se despide el Cliff Diving de La Habana, donde ha dejado rostros de pasión en múltiples espacios, como en la Punta, al otro lado de la bahía, donde miles de aficionados se reunieron para ver, en pantallas gigantes, los sucesos del Morro, un escenario colonial que ha encantado a los mejores saltadores extremos del planeta.
Fotos: Adriana Rodríguez Vives
Fotos: Roberto Ruiz
Fotos: Yailín Alfaro