La trova ya no es lo que era. Y no solo porque han cambiado los tiempos, sino también porque ha cambiado la forma de entender los géneros; y se amplían, se rehacen. Pero, ni siquiera se trata de algo demasiado consciente, sino de un punto en la trayectoria en que aparecen otros deseos, otras intenciones, y lo que fue trova se derrama al terreno de la música alternativa o adquiere unas formas más experimentales o, como lo dice Joaquín Borges Triana, es preferible hablar de canción cubana contemporánea.
Algo así pasó con el dúo Jade. Un día las encuentro para hablar de su música. Bajo un cuadro naif, que me recuerda su incursión en el universo infantil, se sientan a mi lado. Yanaysa Prieto, quien le ha dado vida a este proyecto, junto a Maygred Bourricaudy. Vamos conversando, sin un orden, de sus etapas musicales.
Ha pasado el festival Cuerda Viva del año. Bis Music les dio la oportunidad de hacer un disco. Caminando es el primer registro oficial que dejan como banda. Entrelíneas, sin ser la intención de ellas, aparecen las razones de por qué esta producción estuvo a la altura de un premio.
“El álbum es como el testimonio de esa etapa que tuvimos con la banda. Fue un formato que se mantuvo estable durante unos cuantos años. Estaba Josué Borges Maresma de director musical, trabajando mucho los arreglos, con su impronta jazzística. Este disco recoge los temas que se hicieran en esa etapa. Tiene ese concepto experimental”, dice Yanaysa.
La vocalista añade: “Este primer disco nuestro va orientado hacia todo tipo de público. Nosotras trabajamos con muchos géneros. Nunca hemos trabajado para un público específico. Hacemos una música muy libre. Cuando empiezas a decantar puedes ver que nuestra propuesta la consume el público que sigue la fusión, la música alternativa, la trova. Por ese mundo nos hemos movido, donde hay mucho… Joaquín Borges Triana le dice a ese tipo de música que hacemos canción cubana contemporánea. Es un disco abierto a todo tipo de público. No solo al de la trova…
¿Alcanzaron el resultado que esperaban con el disco?
Yanaysa: “Los textos del disco tienen arreglos bien trabajados. El estilo es muy abierto en cuanto a los ritmos, al formato, al estilo en que cantamos. De base tenemos la música cubana, que está presente en todo el disco. No sé si la disquera tenga alguna intención o estrategia. Me imagino que para el año próximo lo presenten para el Cubadisco. Ellos quedaron muy contentos con el resultado. Ha sido nuestra puerta de entrada a una disquera oficial. Se quedaron muchos temas por grabar. No quisimos hacerlo muy largo. Nosotras estábamos más cerca de la idea de un disco con pocos temas, pero que estén más cercanos a un concepto muy cuidado.
Como dúo siempre hemos sido muy valientes. Con una guitarra y nuestras voces armamos el guateque. Nos adaptamos mucho. De pronto el dúo se convierte en tres y sigue el mismo ritmo, el mismo ambiente. Incluso cuando teníamos la banda se nos acercaban para decirnos que les gustábamos más cuando éramos menos. Nos gusta mucho trabajar con los géneros tradicionales. Con el changüí, nengón”.
¿No temen que el público no las reconozca en ninguna escena específica?
Yanaysa :”Nosotras somos muy variadas, muy libres. Lo que realmente hemos escogido es estar en un ámbito que nos queda cómodo, la gente lo percibe. La gente ha percibido que lo que hacemos es sincero, aunque no encaje en un molde específico.
De ahí que las personas conecten con nuestra música…Si hay que cantar un funk, lo vamos a interpretar a nuestra manera, si hay que hacer una rumba o un tema cercano a la música latinoamericana, o un bolero o un son, lo vamos a hacer desde nuestra perspectiva. Y el público lo percibe. Este disco tiene una rumba con timba, un funk, una guajira, temas mezclados con pop. Todo responde a nuestro propio quehacer. Hemos logrado expresarnos siendo nosotras mismas”.
En ocasiones se percibe que están cercanas a Pedro Luis Ferrer e Interactivo…
Maygred: “ En nuestro primer disco hay temas que tienen que ver con la música Interactivo y el otro que haremos con la de Pedro Luis Ferrer. Nosotras tocamos hace unos meses en Guantánamo con grupos tradicionales. Tocamos nuestra música con ellos y todo fluyó muy bien. También hemos hablado con Robertico Carcassés para sumarnos a las descargas de Interactivo. Estoy segura que cuando eso suceda todo va a fluir muy bien, con naturalidad.
Yanaysa: “Maygred no puede bailar salsa. Y si yo me pongo a bailar salsa, voy a ser del montón. Teníamos que buscar una música que se amoldara a nuestra personalidad. El rap no se me da mucho y te imaginas que el rock tampoco. Nosotras no elegimos la música, esta música nos eligió a nosotras”.
Yo hacía cancioncitas y un amigo, el poeta Sinecio Verdecia, me insistía para que mostrara mis canciones en público. Él tenía una peña y quería invitarme. Yo tenía tremendo miedo y cuando me decido a coger la guitarra voy y toco. Las manos me temblaban. Estaba Heidi Igualada y después se me acercó para preguntarme por mi música. “Te me pareces a Yusa”, me dijo. Yo no sabía quién era Yusa y luego me invita a un espacio en el Centro Pablo donde se reunían los trovadores. Allí tocamos junto a otros músicos y fue nuestro debut. Ya después Maygred y yo nos conocimos y decidimos armar el grupo.
Maygred: “Yo venía de Holguín. Recuerdo que en la escuela de música donde estudiaba estaba cerca del local de ensayo del Guayabero. Entonces nos escapábamos y nos poníamos a escuchar al grupo del ”Guayabero” para aprender a tocar son. El programa de la escuela era de música clásica y todos queríamos aprender los ritmos cubanos. Conocí el son, la guajira. Le preguntábamos al tresero del “Guayabero” cómo tocar el son y fuimos aprendiendo. De ahí nació mi forma de tocar la guitarra. Cuando vine para La Habana conocí a Yanaysa estando ambas en un grupo de música tradicional. Un grupo que duró muy poco. Creo que apenas hubo una presentación. Después Yanaysa y yo decidimos armar un dúo aparte. En un principio hacíamos voz y guitarra. Me gustaría llegar al nivel guitarrístico de Yusa. Es una artista que tengo como un referente muy cercano”.
¿Les pasa como a otros músicos de la escena contemporánea que lamentan no tener lugar donde tocar?
Yanaysa: “No hemos sido muy afortunadas en Cuba. Nosotras hemos trabajado mucho fuera de la isla. Quiso el destino que un día nos invitaran al País Vasco en 2009. Luego empezamos a ir cada cierto tiempo, una o dos veces al año. Cuando llegamos allí trabajamos en tres meses el triple de lo que hemos trabajado en Cuba en un año.
De verdad que tuvimos mucha acogida allá. Sin embargo, en Cuba es muy difícil. Es cierto que aquí hay muchos músicos. No sé si los espacios no son suficientes para la cantidad de músicos que existen o es que la promoción está mal coordinada. Ha habido espacios como el Barbarán donde nos han permitido tocar, así como en La Bombilla Verde, una instalación privada que ha hecho un trabajo muy bueno a favor de la trova. En Fábrica también nos han llamado una o dos veces al año. Nosotras estamos dispuestas a tocar, pareciera que es lo contrario si tomamos en cuenta la poca presencia que tenemos en los escenarios.
Nosotras vivimos para tocar, es lo que más placer en la vida nos da. Pero nos llaman muy poco. La empresa no nos busca trabajo, tenemos que hacerlo por nuestra cuenta y encima tenemos que pagarle un por ciento a la empresa. A veces una quiere colgar los guantes. Los que rigen los espacios ya tienen en su mente a los artistas que van a programar, los que halan público, los que les van a llenar el lugar, que consumen y son rentables. No se arriesgan con grupos como el nuestro. Pero nuestra música puede disfrutarlo todo tipo de público”
Yanaysa: “Una vez tocamos en Suiza invitados por la Universidad de Lausana. A ese viaje fuimos con Joaquín Borges Triana. Uno de las presentaciones fue en el centro recreativo de la universidad. Cuando llegamos allí, aquel club estaba que ardía. Parecía que estaban los Rolling Stones. Había humo por todos lados. No se le veía la cara a la gente. Punks, rockers. Nos preguntamos qué íbamos a hacer allí en ese ambiente con nuestros sones. El ambiente nos fue absorbiendo y estábamos muertas de miedo. Llegó la hora de tocar y decidimos cantar lo mismo, pero con la energía del lugar. Y en el segundo tema nos sentíamos dueñas de lo que estábamos haciendo y la gente estaba muy conectada. Nos aplaudieron, cantaron las canciones, sonrieron. Eso nos demostró que podemos tocar en cualquier espacio. No tiene nada que ver con la diferencia entre los públicos, sino que le pongamos bomba.
Del último trabajo que conseguimos nosotras tuvimos que dar un gran por ciento a nuestra empresa. La empresa no intervino para nada. Fue un trabajo que hicimos gracias a una invitación desde Guantánamo. No somos de las artistas subvencionadas. Cobramos por lo que hagamos. Si no trabajamos no cobramos. Durante la COVID-19 si hemos recibido junto a otros músicos una ayuda económica. Lo cierto es que hemos tratado de participar en festivales de jazz, de son, de cine, pero nada. Nosotras cabemos lo mismo en un festival de son, de jazz, que de trova.
¿Cómo llegó Yusa al disco?
Yanaysa: “En Caminando participó Yusa como productora. Ya nosotras habíamos avanzado en la grabación de los temas. Ella llegó para calzar todo aquello. Le gustó mucho el proyecto. Nosotras nos acercamos a Yusa para que fuera la productora del disco y ella aceptó. Todo fluyó como si nos conociéramos de toda la vida. Actualmente somos amigas, hermanas y espero que sigamos colaborando en nuevos proyectos que muestren nuestra obra a todo el que quiera acercarse al universo musical de Jade. En las nuevas cosas que estamos planificando tiene que volver a estar”.