El primer ministro de Mauricio, Pravind Jugnauth, confirmó este miércoles que “casi todo el petróleo” del carguero varado en un arrecife ante la costa sureste de la isla ha sido bombeado, salvo “166 toneladas métricas” que siguen en la bodega.
“Casi todo el crudo ha sido bombeado de los tanques”, anunció Jugnauth en una rueda de prensa en Blue Bay (sureste), en la que especificó que de las 4.180 toneladas métricas de petróleo que transportaba el MV Wakashio, buque japonés con bandera panameña, ya 3.184 habían sido extraídas mientras que unas 800 se habían esparcido por el mar debido a una grieta en el casco.
“Ha sido una verdadera carrera contrarreloj y saludo el tremendo trabajo realizado para evitar otro derrame de petróleo”, agregó el primer ministro, quien este lunes advirtió de la posibilidad de que el buque se partiera en dos provocando un mayor daño ecológico.
“Ya no queda crudo en los tanques”, confirmó a Efe por teléfono Mokshanand Sunil Dowarkasing, asesor ambiental en esta pequeña isla del océano Índico situada al este de Madagascar.
“Ahora, el siguiente paso será retirar esas 166 toneladas métricas de crudo”, añadió Dowarkasing.
Para terminar de vaciar el barco, se contará con la ayuda de “buceadores”, adelantó Jugnauth, quien detalló que el combustible restante será almacenado en una barca de apoyo.
Este vertido está considerado ya una de las peores crisis de la historia de la isla, famosa por sus aguas cristalinas, albuferas y playas paradisiacas. La zona afectada es una región de arrecifes de coral, que llevaban unos quince años rehabilitándose, y también de gran diversidad marina y terrestre, con importantes reservas naturales a pocos kilómetros.
El oceanógrafo y experto medioambiental mauriciano Vassen Kauppaymuthoo estimó este lunes que se necesitarán “unos diez años para que el ecosistema marino se parezca a lo que era”.
Desde el fin de semana ha habido una afluencia masiva de personas –muchos de ellos voluntarios– para colaborar en las tareas de limpieza en las playas y de construcción de barreras de contención.
Pero el desastre no es solo natural, sino también económico, en una zona en la que cientos de familias viven de la pesca y el turismo, un sector que este año ya estaba sufriendo por el fuerte impacto de la pandemia de coronavirus.
Que horror!