La crisis provocada por la pandemia del nuevo coronavirus ha dejado sin liquidez a la economía boliviana. El gobierno ha solicitado fondos al Banco Central de Bolivia y está ajustando los indicadores macroeconómicos.
El ministro de Economía, Óscar Ortiz, explicó hoy martes que el país sufrirá una contracción económica de 6,2% y una inflación de 1,7% este año debido a una caída en los ingresos y un aumento en los gastos a causa de la pandemia.
Ante esa situación, el gobierno y el Banco Central de Bolivia (BCB) anunciaron ajustes al programa económico “para garantizar la estabilidad económica”, dijo Ortiz. El gobierno recurrió a la entidad rectora para que le otorgue en lo inmediato un crédito de un poco más de 1.000 millones de dólares y otro en diciembre por menos de la mitad de ese monto.
Antes de la pandemia el gobierno había previsto un crecimiento de 3,5% del Producto Interno Bruto (PIB), pero la crisis modificó las expectativas. “Nuestro país tenía una tasa de crecimiento de 3,9%… y el BCB ya ha estimado 6,2% negativo, que es un golpe muy fuerte. El golpe en Latinoamérica es más fuerte aún y el mundo habla también de un decrecimiento cercano al 5%”, dijo Ortiz.
El analista económico y profesor de la estatal Universidad Mayor de San Andrés, Alberto Bonadona, dijo a AP que el país está “en plena crisis, en una recesión” y que las medidas que se están implementando no son las mejores.
“Se ha generado una falta de plata (dinero) por la reprogramación de créditos y esto está afectando a la banca. A ello se suman los bajos ingresos de nuestros productos de exportación”, explicó. Bolivia exporta principalmente gas a Brasil y Argentina.
Agregó que el déficit fiscal está en el 12%.
La crisis se produce a poco más de un mes de las elecciones presidenciales en las que los bolivianos esperan zanjar la crisis política que estalló a fines del año pasado con la renuncia del entonces presidente, Evo Morales.