Así como a Xóchitl y a Fito les son necesarias la música y la creación, les son naturales hacer el bien, enternecer, irradiar alegría y más de todos esos pequeños grandes motivos, apremiantes para nuestra existencia.
Lo anterior ya está demostrado (y se renueva constantemente) con la emoción visible y los aplausos de miles y miles de personas de todas las edades que en muchas latitudes a estas horas escuchan las canciones del Dúo Karma, que la pareja conforma desde hace más de 20 años.
Asistir a sus conciertos, rayar sus discos de tanto ponerlos a lo largo de los años, lanzarse en caída libre para salvarnos en el mundo que recrean en sus libros o vivir durante unos minutos en sus videos clips son experiencias inusitadas.
Hace un par de días, el Dúo Karma volvió a hacer la magia: lanzaron un nuevo video clip, realizado enteramente por ellos durante cinco meses de arduo trabajo y con el apoyo del sello Colibrí, el Instituto Cubano de la Música y el Ministerio de Cultura de Cuba.
Se trata de “Abre la ventana”, ese son con sabrosa música molida a lo órgano oriental, con el que hasta los esquimales bailan. Así dice el pegajoso estribillo:
“Apaga la compu, la tele y abre la ventana./ Que no hay pantalla más verdadera y más sana”.
La canción es parte de Firmamento, el disco-libro publicado en 2018 y ganador del Premio Cubadisco a mejor música para niños y mejor en diseño. También fue nominado a los Premios Gardel 2019, el más importante certamen de la industria discográfica argentina, como mejor álbum de música para niños.
Si “Abre la ventana” es en sí goce absoluto, el audiovisual destaca por su impresionante calidad técnica, formal, conceptual y estética. Pero, sobre todo, es un pasaje de ida para viajar bailando. Nos llega en estos tiempos raros y duros, en los que el confinamiento para salvaguardarnos de un virus letal que nos acecha parece ser, hasta ahora, la única vacuna.
“Hace tiempo que teníamos la ilusión de hacerle un clip a ‘Abre la ventana’”, cuentan Xóchitl y Fito desde su ventana en Buenos Aires, a donde llegaron hace una década y donde viven desde entonces, en un puente que va de Argentina a Cuba y viceversa.
“Es un tema muy visual, que toca uno de los aspectos sensibles de la modernidad y del desarrollo humano como lo es el uso de las pantallas. Por distintas razones, siempre se posponía la idea, ya fuera por otros compromisos de trabajo en los que estábamos, o por no llegar a convencernos de los bocetos para la estética del clip. Este año felizmente se dio la posibilidad de hacerlo.
¿Cómo surgió la idea del clip y la determinación de usar la plastilina para el modelado de las piezas y personajes?
Xóchitl: Volví a la ilustración en plastilina después de más de 10 años, y ha sido un redescubrimiento muy placentero. Con la plastilina hice mis primeras ilustraciones para “En Guarandinga por toda Cuba”, un disco que amamos y que compartimos con nuestra querida Rita del Prado. Muchas de esas piezas de plastilina fueron utilizadas en aquel momento por el genio de Alfredo Ureta para el clip “Mambo congrí”.
Fito: En “Abre la ventana” hay un universo de lenguajes que fuimos descubriendo a medida que decidíamos el guion. ¿Por qué ese viaje por distintas latitudes, por qué ese cambio constante de locaciones? Este clip es un video sobre la comunicación, sobre el respeto y la mirada hacia el otro. Es una canción que hace preguntas para buscar las respuestas, abriendo la ventana y dejándonos sorprender por las diferencias del otro y también por la belleza de lo propio. Es una celebración a la diversidad, al amor por la cultura.
Xóchitl: Vivimos hoy en un tiempo donde la virtualidad y las pantallas ya son parte indispensable del desarrollo humano. Nos parece muy válido y hasta enriquecedor tener la posibilidad de acceder a tanto caudal de información. Sin embargo, lo real sigue sucediendo más allá de nuestras pantallas. El clip está inspirado en ese gesto ancestral y que tenemos en común todos los seres humanos, seamos de la latitud que seamos, de abrir ventanas, de contemplar e interactuar con la belleza de este mundo multicultural del que somos parte.
La diversidad de paisajes y culturas de regiones distantes entre sí que aborda el clip fue algo que nos hizo adentrarnos en un estudio de vestuarios, arquitectura, geografía y flora y fauna de las regiones que menciona, y luego trasladar toda esa información a reinterpretaciones estéticas propias.
Llevar todo ese universo de plastilinas al movimiento fue un deleite. Hay buena parte del clip animada en stop motion y mucha posproducción en animación digital, todo a cargo de Fito.
Salta a la vista el arduo trabajo de realización, más admirable cuando leemos en los créditos que todos los pasos fueron realizados por ambos. Cuéntennos cómo fue el proceso de trabajo y el proceso de creación.
Fito: Estuvimos trabajando durante cinco meses, dedicándole casi exclusivamente todo el tiempo. La realización de las piezas llevó buena parte del tiempo y el proceso de animación fue muy minucioso, de muchos detalles. Lo que sucede en menos de cuatro minutos lleva tantísimo tiempo de realización.
Emocionalmente, fue una tabla salvadora hacer este clip en los meses de confinamiento. El hecho de estar desarrollando un proyecto creativo nos hizo más feliz este tiempo angustiante para todos. A la vez, el hecho de que todo estuviese paralizado y pospuesto nos hizo adentrarnos y dedicarle todo el tiempo posible.
Ella pinta e ilustra tan candorosamente como su voz. Él edita y anima los videos con tanta destreza y talento como toca la guitarra.
¿Cuáles pudieran ser las diferencias en las sensaciones a la hora de componer y escribir canciones y cuando crean un libro o, en este caso, un video clip?
Xóchitl: Como viene sucediendo naturalmente desde hace algunos años, hemos ido agregando estas otras manifestaciones a la canción, a la música. Esto apareció fluidamente y, más allá de ser un complemento, creo que ya hoy lo vemos como un todo. Hay imágenes, que tienen música y palabras, y esas imágenes tienen movimiento o pueden ser parte del mundo editorial. Todo nace de la misma fuente y lo disfrutamos mucho, nos mantiene activos y en constante movimiento, estudiando, intentando y experimentando.
“Abre la ventana” es un video para todas las edades. Vuelven a insistir, como en casi toda la obra del Dúo Karma, en crear para el disfrute de grandes y chicos, borrando las fronteras etarias.
Fito: Seguimos creyendo que las etiquetas son dañinas para el arte. Creemos profundamente que la música que está destinada “a las infancias” tiene que estar hecha con los mejores ingredientes que se pueda, con los rigores, desvelos, disfrute y pasión con que se aborda cualquier obra artística. Las etiquetas le han hecho mucho mal al arte en general, y más al mundo del arte para niños. Nos gusta pensar que nuestro trabajo será disfrutado por todas las edades y que ese disfrute será compartido.
Hace 10 años llegaron a Argentina. ¿Cómo ha repercutido este país y este tiempo en sus vidas y su carrera?
Xóchitl: Argentina nos proporcionó un segundo hogar, con su maravilloso y potente caudal cultural. Estos años han sido fundamentales para el desarrollo de nuestra carrera. Creo que estar aquí ayudó y definió la manera en que hoy el dúo se ha convertido en un proyecto multifacético.
Fito: También afianzó y fortaleció nuestra apuesta como artistas independientes, y nos mantiene en constante movimiento. El amor por la cultura y por el pueblo cubano que profesan los argentinos nos ha hecho un cálido espacio para habitar y desarrollarnos. Y debo decir que es mutuo.
¿En este tiempo de pandemia y confinamiento, qué observan Xóchitl y Fito cuando abren sus ventanas?
Cuando abrimos la ventana, vemos que aún hay que ponerle mucha fortaleza a este presente, para transitarlo con humanidad. Hay que seguir esperanzados y no detener los proyectos. Este tiempo nos muestra el estado crítico en que está el mundo entero. Estamos en un momento de reinvención, de cuestionamiento sobre tantas temáticas, desde la manera de abordar la educación hasta cómo estamos organizados socialmente. Es un momento crucial, bisagra, una transición, que ojalá sirva para modificar positivamente y por el bienestar de las mayorías. Se ha tenido tiempo de reflexionar sobre lo que en realidad es valioso para el ser humano, pero el panorama está muy dañado. Aun así, la esperanza prevalece y nos mueve.