Cuatro de cada cinco personas que experimentaron pérdida de olfato y/o gusto dieron positivo en anticuerpos a la COVID-19 y de estos el 40% no tuvo ni tos ni fiebre, según un estudio en el que los autores piden reconocer urgentemente a nivel mundial la pérdida de olfato como síntoma clave de la enfermedad.
La investigación está liderada por Rachel Batterham del University College London y los resultados se publican este jueves en la revista Plos Medicine.
La COVID-19 puede causar pérdida del gusto y/o del olfato, pero se desconoce la prevalencia de anticuerpos en las personas que reportan estos síntomas, señala la revista en una nota de prensa, en la que además recuerda que aún no se comprende bien la importancia de la pérdida de estos sentidos a la hora de predecir la enfermedad.
Para estimar la seroprevalencia de los anticuerpos en personas con pérdida aguda del sentido del olfato y/o del gusto, los investigadores reclutaron a 590 participantes que habían informado de una falta de estos en el mes anterior; en total, la prueba de anticuerpos se realizó a 567.
Según los resultados, el 78% tenía anticuerpos contra el SARS-CoV-2 y aquellos con pérdida del olfato tenían casi tres veces más probabilidades de tener anticuerpos contra este coronavirus que los que padecían pérdida del gusto.
Para Batterham y su equipo, esto sugiere que la pérdida del olfato es un síntoma muy específico de la COVID-19. Por eso, dicen, debe ser tenido más en cuenta a la hora de realizar pruebas para detectar el virus, aislar casos y en estrategias de tratamientos.
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Aunque el estudio tuvo algunas limitaciones, como la falta de un grupo de control, los investigadores opinan que los hallazgos tienen “implicaciones significativas” para los responsables de las políticas a nivel mundial, ya que la mayoría de los países no recomiendan el autoaislamiento y la realización de pruebas diagnósticas a partir de la pérdida aguda del olfato y/o gusto.
“Este estudio sugiere que una dependencia excesiva de la tos y la fiebre como síntomas principales puede ser defectuosa y que es necesario reconocer urgentemente la pérdida del olfato a nivel mundial como un síntoma clave de esta enfermedad”.
Según Rachel Batterham, “el reconocimiento temprano de los síntomas de la COVID por parte del público, junto con el autoaislamiento rápido y las pruebas PCR, son vitales para limitar la propagación de la enfermedad”.
Sin embargo, actualmente la mayoría de los países no reconocen la pérdida repentina del olfato como un síntoma, recuerda esta investigadora.
“Nuestros hallazgos sugieren que las personas que notan una pérdida en su capacidad de percibir los olores del hogar como el ajo, el café y los perfumes deben auto-aislarse y hacerse pruebas PCR. La pérdida del sentido del olfato debe ser reconocida globalmente por los legisladores como un síntoma clave de COVID”, resume.