La Organización No Gubernamental (ONG) MediCuba Europa y su filial en Suiza, con cerca de 30 años de experiencia en la cooperación con el sector médico y científico cubano, se han mantenido apoyando a la Isla durante su enfrentamiento a la pandemia, y ahora evalúan aportar nuevos fondos para el desarrollo de las vacunas cubanas contra la COVID-19.
Así lo confirmó este viernes en una rueda de prensa el Dr. Franco Cavalli, presidente de MediCuba Europa y vicepresidente de MediCuba Suiza, quien aseguró que la ONG europea ha invertido alrededor de 600.000 euros en el país caribeño durante la primera fase de la pandemia, en distintos proyectos relacionados con el combate a la enfermedad.
El también reconocido especialista en oncología, profesor universitario y Director del Instituto de Oncología del Sur de Suiza, explicó que este dinero se ha empleado principalmente en la compra de test de PCR y de insumos para la elaboración de estas pruebas por el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK) de La Habana, así como para traer a la Isla una veintena de respiradores artificiales que ya están instalados en diferentes provincias, y de componentes para la elaboración de estos equipos en Cuba.
De visita en la Isla esta semana, Cavalli dijo sentirse “extremadamente satisfecho” con la marcha de estos y otros proyectos de su ONG con instituciones cubanas, y confirmó la firma de un acuerdo marco de cooperación con el grupo estatal BioCubaFarma para la implementación de nuevos proyectos.
Intensa semana de trabajo mantuvo el presidente de la ONG @mediCubaE durante su estancia en #Cuba. La DrC. Mayda Mauri, Vicepresidente de @BioCubaFarma oficializó hoy acuerdo de cooperación. El Dr. Cavalli, visitó esta semana varios centros del sector biofarmacético. https://t.co/5hUAfsUw4M pic.twitter.com/8L93DYcNNV
— Instituto Finlay de Vacunas (@FinlayInstituto) November 13, 2020
También adelantó que MediCuba Europa valora nuevas contribuciones para apoyar las investigaciones y ensayos de candidatos vacunales cubanos del Instituto Finlay de La Habana. Esta ayuda, de la que dijo estaría en un entorno similiar a lo ya aportado hasta ahora para el enfrentamiento a la COVID-19 en Cuba, debe destinarse a la compra de equipamiento científico que el país no puede adquirir por el embargo estadounidense y sus actuales dificultades financieras, acrecentadas por el impacto de la pandemia.
El médico suizo, quien se mostró “muy optimista sobre las posibilidades reales de las vacunas cubanas de ser un arma eficaz para el enfrentamiento global a la COVID-19”, detalló que los equipos que se comprarían se utilizan para medir la efectividad de la vacuna. Denominados citofluorímetros, los mismos permitirían determinar cómo se distribuyen las diferentes familias de linfocitos en el organismo tras el suministro del candidato vacunal cubano
Cavalli destacó que hasta ahora los ensayos clínicos de las vacunas del Instituto Finlay contra el Sars-CoV-2 han sido “positivos” y con “muy buena base científica”, por lo que justifican el entusiasmo de los investigadores y autoridades cubanas, aunque dijo que aún faltan pruebas y estudios por realizar.
No obstante, consideró que por sus características, los candidatos vacunales cubanos podrían ser una alternativa para los países con menos posibilidades de adaptarse a los requerimientos logísticos de otras vacunas en desarrollo, como el mantenimiento de la cadena de frío a temperaturas extremadamente bajas.
A diferencia de otros proyectos internacionales más avanzados, creados a partir de vectores adenovirales o virus inactivados, el mecanismo de la cubana Soberana 01, basado en una proteína recombinante, podría hacerla más resistente a la hora de ser manipuladas para su transporte y suministro.
El presidente de MediCuba Europa destacó también que durante su estancia en La Habana se reunió con representantes de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en el país, quienes se mostraron esperanzados con los candidatos vacunales cubanos y le confirmaron la veracidad de los datos oficiales de las autoridades de la Isla respecto al desarrollo de la pandemia.
La Isla, que acumula desde mediados de marzo 7.541 contagios de coronavirus y 131 fallecimientos a causa de la COVID-19, ha basado su estrategia epidemiológica en una política estricta de aislamiento obligatorio y tratamiento temprano de todos los casos confirmados de Sars-CoV-2 y de sus contactos, una metodología que elogió Cavalli. Además, también han tenido éxito sus protocolos de atención a los enfermos, con el protagonismo de varios fármacos producidos en la Isla, y sus investigaciones para el desarrollo de medicamentos contra la enfermedad.
Según datos oficiales, el país tiene adelantados al menos cuatro proyectos de vacuna contra el coronavirus, de los que el más avanzado es Soberana 01, en fase II de ensayos clínicos, aunque este mes inició también la fase I para Soberana 02, igualmente desarrollada por el Instituto Finlay. En las pruebas de Soberana 01 participan más de 700 voluntarios, y el proceso avanza por el momento sin incidentes y con resultados “alentadores”, según sus responsables.
Creadas en los años 90, momento en que Cuba transitaba por la crisis económica del llamado Período Especial, MediCuba Suiza y MediCuba Europa han desarrollado una extensa lista de proyectos de cooperación con Cuba, los que, de acuerdo con Cavalli, estarían entre los 20 y los 25 millones de euros en su conjunto. Entre las acciones desarrolladas se cuentan la compra de equipos, insumos y componentes para la fabricación de medicamentos en la Isla, y el montaje de laboratorios de biología molecular.
EFE / OnCuba