Un grupo de republicanos de la Cámara de Representantes se reunió la semana pasada con Donald Trump y el vicepresidente Mike Pence para discutir estrategias a fin de impugnar los resultados del Colegio Electoral cuando sean certificados en una sesión conjunta del Congreso el próximo 6 de enero.
Entre los asistentes a la reunión estaban los representantes Mo Brooks. (R-Ala.), Jody Hice (R-Ga.), Jim Jordan (R-Ohio) y Marjorie Taylor Greene (R-Ga.).
Jody Hice tuiteó después: “Los tribunales se niegan a escuchar el caso legal del presidente. ¡Nos aseguraremos de que la gente pueda!”.
Hablando hoy domingo por la mañana en el programa Estado de la Unión de CNN, el representante republicano Adam Kinzinger dijo: “La realidad es que no hay ímpetu para derrocar una elección”. Y agregó que incluso si hubiera razones para hacerlo, no existe un mecanismo constitucional para derrocar una elección presidencial después de que los estados certificaron formalmente sus resultados.
Sin mencionarlos por su nombre, Kinzinger afirmó que esos colegas suyos tienen un motivo oculto: recaudar dinero.
“Es una estafa y decepcionará a la gente que cree que esta elección fue robada, que piensa que esta es una oportunidad para cambiarla”, dijo Kinzinger.
Kinzinger le dijo la presentadora de CCN Dana Bash: “Hablamos de la Constitución y tenemos que seguirla. Lamento si el resultado no fue el que querías”.
Dijo que le preocupaba adónde podría conducir todo esto. “Si convences a la gente de que el Congreso puede cambiar una elección legítima y de que todo fue robado, hay un estado / teoría profunda impulsando [la idea] de que Satanás dirige el gobierno. Puedes ver gente conducida a la violencia, de manera que eso me preocupa”, dijo Kinzinger.
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