Hay muchas maneras de tener coraje. Como hay muchas maneras de ser pobre. Tarecos para Irina, monólogo que presenta teatro El Pálpito, dice pobre cuando quiere decir víctima; y coraje cuando quiere decir lucha.
La gente que ha sido en algún sentido víctima, necesita rebelarse contra ello. Rebelarse contra la injusticia, contra los que tienen el poder, sea el poder que sea. Basta de poner la otra mejilla, de bajar la cabeza, de “no importa, a mal tiempo buena cara”. ¡No! Incluso, basta de resucitar de nuestras desgracias; y basta de –maravilla exótica de nuestra cultura- hacerlo a paso de conga y tumbadora.
Hay que llorar, lamentarse, para luego luchar. La risa es un escudo que conlleva a la inercia. Y hay –también- que reconocerse. Una víctima no es necesariamente alguien sin culpas: el coraje del pobre suele tener límites. Porque el pobre suele echarle la culpa a los demás de sus miserias, y con ello les otorga a los otros una condición omnipotente, que quizás ni sueñen tener.
Tarecos para Irina cuestiona como pocas obras contemporáneas las partes negligentes –totalmente escurridizas- de la sociedad cubana. Hay conflictos filosóficos en el guión de Maikel Chávez y reflexiones contundentes –subterráneas- sobre términos complejos, como el libre albedrío y la libertad. Pero no una libertad que otros nos han robado, sino una que dejamos caer aquí, dentro de la cotidianidad de una Cuba que vivimos hace más de medio siglo. Porque también dentro de la Isla somos seres humanos y sucumbimos debajo de las miserias antropológicamente intrínsecas, ya saben, la envidia, el egoísmo, la desidia. También dentro de la silueta de nuestras costas somos víctimas… y victimarios.
En la obra que presenta Teatro El Pálpito el mundo teatral vuelve a exponerse como un reflejo del contexto social. Pero lo corajudo de la propuesta es que el guión de Chávez transita por líneas muy poco tratadas. No quiere repetir cánones ni esquemas; no quiere reírse de nuestras desgracias, sino –algo más coherente- lamentarse. Porque existen. Porque duelen.
Norah Hamze (la hemos visto en su personaje de la Nana de Tío Vania, obra de Chéjov que adaptó Carlos Celdrán para su Argos Teatro), sube con sus penurias –las propias, y las del personaje que interpreta ¿hasta qué punto serán las mismas?- y cala hondo con su soledad y su condición de víctima. Quienes tenían el poder han decidido sobre ella. Han decidido sobre su carrera como actriz; sobre su vida. De alguna manera la han bajado del escenario para colocarla entre cuatro plantas secas, y la han destinado ya para siempre a regarlas. Metáfora desmenuzada, ¿quién no se siente identificado con eso? ¿Quién no ha sido alguna vez víctima? ¿Quién no lo es, en algún sentido, ahora mismo?
Y también los pobres son injustos. También ellos cometen errores. Y cuando los pobres cometen errores, ¿qué sentido tiene la vida? La obra está plagada de intertextualidades. Como al Sergio –oda a Corrieri, de paso- de Memorias del Subdesarrollo, como a los intelectuales cubanos que vivieron entre el 71 y el 75, Irina sufrió la suerte –más bien desgracia- de que otros decidieran por ella su destino. Esos otros tenían el poder, podían hacerlo, y lo hicieron, y los personajes que fueron sus víctimas se quedaron sin sentido en sus vidas. Excepto que a veces no son personajes, sino personas.
Hasta cierto punto, está arraigado entre los cubanos reírnos de nuestras desgracias; es cultura. Pero ninguna persona quiere ser un tareco. Nadie quiere que, como a un objeto inanimado, lo muevan a voluntad. Por eso el pobre necesita el coraje para salirse incluso de su idiosincrasia. Necesita coraje para no reírse, (¡porque no es gracioso!); coraje para levantarse por encima de la desidia y la negligencia. Aunque sea la propia.
Parece una buena obra, pero no he escuchado que le hayan dado promoción por la televisión, pero después que he leído este comentario me han dados ganas de asistir. Por favor, solicito fraternalmente el horario de esta obra
Se desempeña con valentía aquel que vence las trabas para realizar esta obra. Saludos desde Miramar…
Una visión muy interesante de esta obra, la lectura de este texto, es muy importante para la compresión de esta obra. He disfrutado el texto y la obra, gracias a las críticas inteligentes.
Maravillosa critica. Aprender a pensar para luego ser libre. Todo aquello me haga reflexionar sobre mi realidad hace que crezca como ser humano. Y esta critica me ha hecho pensar y crecer junto a esa genial obra. Gracias.
Me encanta que cada vez más se utilice el teatro como medio para la queja social. Todo aquello que nos prohíben decir abiertamente, directamente a nuestros opresores, podemos transmitirlo a través del teatro con total libertad y sin represión ninguna.
Me parece muy interesante que quede constancia de una situación de opresión que se da a diario, porque ¿quien no ha sentido alguna vez que le cortaban las alas?
Genial critica!!! tendre que ver la obra si o si. Gracias Diana.
Dónde se puede tener más información de la obra? muy buena la reseña!
Excelente comentario! Muy buen estilo! Tiene un no sé qué que hace que uno quiera seguir leyendo…
Artículos como estos deberían poder leerse en el periódico. Una magnifica critica que impulsa a ver la obra y reflexionar sobre nuestra realidad cubana.
Gracias por tu publicación. Criticas como estas son muy necesarias. He visto la obra y comparto tu criterio. Ojalá se hagan mas cosas así. Un saludo
Me encantaría ver la obra después de leer tan buena crítica. Lamentablemente estoy un poco lejos pero esperemos k esté mucho tiempo en cartelera y en mi próximo viaje poder disftutarla.
Interesante! Los humanos y el poder, la microfísica del poder….
Qué bueno haber dado con este enlace y qué pena no poder ver la obra en España.
Un saludo!
Muy buena crítica; muy clara. Despierta el interés por ver la obra y ver más de cerca la realidad cubana descrita en ella.
Tras leer esta crítica no me cabe la menor duda de que “Tarecos para Irina” es una obra que hay que ver y sobre la cual hay que reflexionar, solos o acompañados, sobre muchas actitudes e inercias sociales en Cuba.
Que ganas de verla!! Muy buena crítica
Iría sin duda si estuviera cerca! Suerrrrte!
Muy buena pinta. …