El 7 de septiembre, dentro de la sección llamada Contemporary World Cinema, dedicada a “las voces más provocadoras e importantes del cine mundial”, tuvo su premier mundial la película cubana Venecia en el festival de Toronto, que por estos días deviene la vitrina más abarcadora y completa del cine hecho en cualquier latitud geográfica y longitud estética. Y aunque los medios en Cuba apenas hayan dicho una palabra al respecto, estamos en presencia de todo un acontecimiento para nuestro cine, en tanto el festival canadiense suele ser plataforma consagratoria para muchas películas, y sus organizadores han elegido últimamente solo un par de títulos cubanos en sus selectivas nóminas: La edad de la peseta y Juan de los muertos.
Al acontecimiento que representa per se, la inclusión de una película cubana en el festival de Toronto, se suma la considerable atención que le dispensaron los medios consagrados a cubrir el festival, incluso antes de que la película fuera exhibida. Por ejemplo, el importante sitio web Torontolife.com, que contiene una suerte de cartelera donde se relaciona lo más seductor del panorama cultural en la urbe, incluyó Venecia entre las cincuenta películas indispensables del Festival. Debe tenerse en cuenta que se exhiben en diez días centenares de títulos de todos los continentes, y el evento privilegia ciertos filmes y traza la pauta de lo que será relevante a todo lo largo del año en curso, y el siguiente, desde las películas ganadoras de Oscar, hasta las producciones más modestas de América Latina, el Medio Oriente, África norsahariana o Europa Oriental, por solo mencionar cuatro zonas geográficas muy dispares.
El texto del Toronto Nightlife apuntaba que “el cine independiente cubano es una rareza de un tamaño tal que este filme merece ser visto, y destacado, entre el habitual desembarco de filmes latinoamericanos en Toronto. En Venecia, una comedia dirigida por Kiki Álvarez, sobre lazos amistosos entre mujeres, hay tres empleadas de un salón de belleza que se van de juerga en una aventura que las sumerge en los rincones más oscuros de la vida nocturna habanera. Pero pasarla bien no es algo que esté al alcance de todos.”
Habría que aclararle a los lectores que no han visto la película, respecto a una pequeña inexactitud del periodista sobre la porción de morbo que le añade a Venecia: No se trata del descenso a sitios oscuros, marginales, o de dudosa reputación, pues la mayoría de los lugares donde se ambientan las experiencias liberadoras de estas tres mujeres están bien establecidos y perfectamente a la moda, son legales y mayormente pertenecen al Estado. Incentivar el morbo del espectador, que tampoco tiene nada de ilegal o reprochable, debiera provenir de cuán rompedoras de tabúes resultan las experiencias nocturnas de estas mujeres vagando, en estado de supuesta libertad, por la noche habanera.
Sin embargo, no solo las publicaciones canadienses anunciaron la presencia del cine cubano con bombo y platillo. La norteamericana Hollywood Reporter, que cubre día a día el festival y sus muchos lanzamientos exitosos, también le dedicó una crónica a Venecia. En uno de sus párrafos asegura que se trata de “un singular filme cubano, independiente, que retrata con ternura y gracia la amistad femenina a partir de tres empleadas de un salón de belleza que buscan placer y excitación en aquellos lugares de La Habana raramente visitados por turistas. Del entorno cotidiano del salón de belleza a los clubes nocturnos de La Habana, el cineasta Kiki Álvarez explora un mundo intrínsecamente femenino; es día de pago para Mónica, Violeta y Mayelin, y las tres deciden tener una aventura juntas y gastar el salario en darse gusto”.
Más adelante el Hollywood Reporter continúa con ese tipo de reseña que apela sobre todo al argumento, porque quienes promocionan películas con actores o directores que no son muy conocidos en aquellos contextos, solo les queda la coartada seductora del cuento, la anécdota y sus peripecias: “Las tres muchachas van de una tienda de ropas a un restaurante, mientras tanto comparten detalles de sus vidas y sus problemas, mientras se forja una especie de nueva intimidad entre ellas, luego de que dos de las muchachas intenten ayudar a la tercera en cuanto a la solución que debe darle a una inesperada disyuntiva. Anochece y van aflorando los deseos más oscuros. El momento más revelador tiene lugar en un nightclub de intensa música electrónica. Aquí las tres mujeres se separan, cada una en busca de una realización imposible de compartir con las otras”.
Al final de la crónica, el Hollywood Reporter se decide a emitir opiniones menos vinculadas con el argumento: “Rodada en términos independientes, un fenómeno todavía extraño en el contexto del cine cubano, Venecia presenta una dureza descarnada inhabitual en las películas procedentes de la Isla. El elenco femenino improvisó la mayor parte de los diálogos y le suministraron al filme un apreciable realismo. Pero más importante que todo ello resulta el espesor y profundidad de la atmósfera femenina construida por el director, quien se aproximó a estos temas desde una tierna comprensión capaz de trascender cualquier límite o prejuicio”.
En una entrevista reciente para OnCuba, la guionista y actriz Claudia Muñiz, quien interpreta el papel de Violeta en Venecia, aseguraba que la premisa inicial de la película fue el surgimiento de una amistad entre estas tres mujeres: “Luego escribí el argumento que fue básicamente lo único que hubo. No te puedo hablar de un guion en su sentido más clásico, porque con lo que se trabajó fue con el argumento y algunas escenas dialogadas, punto. Lo que interesaba era la improvisación. Fue muy rica la interacción que conseguimos las tres actrices y el director. Como el 95 por ciento de la película fue improvisada, la comunicación entre nosotros, el escucharnos, fue todo. De eso dependía el éxito de este propósito y se logró. Porque la historia de Mónica, Violeta y Mayelín transita los caminos del mundo femenino, de la belleza, del surgimiento de la amistad y de cómo por mucho que queramos hay algunas cosas que simplemente no cambian”.
Al fin y al cabo, tal vez no es tan importante que los medios cubanos ignoren o no la presentación de una película nuestra en Toronto. Quiero suponer que estarán avisados sobre el surgimiento de una nueva manera de entender y realizar el cine que representa, en Cuba, Venecia. Y las razones abundan pero son largas de explicar, aunque algunas se apuntan en este artículo. Cuando se exhiba en La Habana, dentro de tres o cuatro meses, tendremos ocasión de volver sobre nuestros pasos.
Sinopsis
Mónica, Violeta y Mayelín trabajan en un salón de belleza. El día del pago deciden salir a comprar un vestido para una de ellas, iniciando un viaje inesperado hacia las profundidades de la noche habanera. Al amanecer, agotadas y sin dinero, comienzan a tener el sueño común de abrir un salón propio al que llamarán Venecia.
Ficha técnica
Idioma original: español
Director: Kiki Álvarez
Argumento: Claudia Muñiz
Guión: Claudia Muñiz
Con la colaboración de: Marianela Pupo, Maribel García Garzón, Nicolás Ordóñez y Kiki Álvarez
Director de Fotografía: Nicolás Ordóñez (AFG)
Producción Ejecutiva: Ivette Liang, Ivonne Cotorruelo, Kiki Álvarez, Nicolás Ordóñez
Productores: Ivette Liang, Ivonne Cotorruelo, Kiki Álvarez, Nicolás Ordóñez, Rubén Valdés
Elenco principal: Claudia Muñiz, Marianela Pupo, Maribel García Garzón, Jorge Molina, Jazz Vilá
Edición: Joanna Montero
Sonido: Rubén Valdés
Música: DJ Joyvan
Diseño de Producción: Roberto Ramos
Empresas productoras: KA Producciones, Galaxia 311, Producciones LargasLuces
Trailer de Venecia
https://www.youtube.com/watch?v=mcvh-8dPXWI?rel=0
Y en Cuba, en los cines, ya la han puesto???No recuerdo, aclarenme esto por favor….