La sociedad haitiana sigue cada vez más sometida por las pandillas, que han logrado el control de prácticamente todo el país. El caso de la distribución de los combustibles es el más emblemático.
Este sábado, el líder de una poderosa pandilla, que tiene en su poder a 17 religiosos – 16 estadounidenses y un canadiense – dijo que levantará el bloqueo a la distribución de combustible, lo cual ha provocado una crisis en hospitales, gasolineras, e incluso en el suministro de agua en la capital.
El líder de la pandilla G9, Jimmy “Barbecue” Chérizier, ofreció una rueda de prensa pública para anunciar que durante siete días permitirá que hospitales, escuelas y gasolineras envíen camiones a la estación de recarga de combustibles en el puerto.
Sin embargo, enfatizó que la suspensión es sólo temporal y volvió a pedir la renuncia del primer ministro Ariel Henry, a quien acusa de estar involucrado en el asesinato del presidente Jovenel Moïse, perpetrado el 7 de julio. Chérizier agregó que volverá a cerrar el puerto en una semana y lo mantendrá indefinidamente así hasta que Henry renuncie.
La capital y gran parte del país han estado paralizados desde el mes pasado, cuando G9 cerró la entrada al puerto en donde se almacena y distribuye el combustible.
Los hospitales informaron que han tenido que rechazar pacientes debido a la falta de generadores, muchos autobuses dejaron de circular y bancos, oficinas gubernamentales y escuelas cerraron porque no había transporte. Las estaciones de bombeo de agua potable también se vieron afectadas por la falta de combustible, situación que ha provocado protestas de frustrados conductores de camiones, autobuses y taxis.
Respecto al secuestro, el grupo G9 exige 17 millones de dólares para liberar a los rehenes. De estas negociaciones se desconocen detalles, así como si estarían siendo asesoradas por una fuerza de tarea del FBI estadounidense.
Esta semana, el gobierno de Estados Unidos exhortó a sus ciudadanos a salir de Haití debido a la inseguridad y la severa falta de combustible. Canadá también anunció el viernes que sacaría a los empleados de su embajada, con excepción del personal esencial, tal como reveló la agencia AP.