Lori Goldston acaba de recibir una llamada de Krist Novoselic. Nirvana encabeza la revolución grunge y había publicado en 1991 un disco, Nevermind, que la catapultó definitivamente desde las orillas del underground de Seattle hacia la historia del rock. Y todo en menos de diecisiete semanas. La banda estaba buscando una artista como Lori y su bajista tenía que completar el proyecto. La invitó entonces a ocupar un lugar en el grupo y aquella llamada terminaría definitivamente en dos hechos para la leyenda: una gira con Nirvana y un álbum “tocado” por la gracia de la más oscura divinidad.
Casi 30 años después Goldston es una influyente y respetada violonchelista en los circuitos estadounidenses. No ha dejado de estar pendiente al sonido de sus raíces, al significado de la originalidad dentro de la contemporaneidad sonora, y mantiene el mismo interés por todo lo que pueda aportar de relevante la música desde ese espíritu realmente alternativo retomado por Nirvana y que también disparó a la banda hacia el Olimpo y la inmortalidad. “Hello desde Seattle”, me responde cuando la contacto para una entrevista pactada días antes. Antes de acceder a la conversación, me alerta amablemente que no le gustan demasiado este tipo de encuentros, este el primero con un medio relacionado con Cuba. En sus palabras hay cierto sentido de reafirmación hacia la ciudad que vio crecer al grunge y situarse como iconos a varios de sus hijos “malditos”. Recuerda cómo fueron sus primeros vínculos con Nirvana, una banda, dice, de la que hasta entonces no sabía mucho. “Recibí una llamada de Krist pidiendo tocar con ellos en el Roseland Ballroom en la ciudad de Nueva York. Vino a mi casa para hablar sobre eso, y conocí al resto de la banda en el ensayo unos días después”, dice la chelista y académica.
Lori salió de gira con Nirvana entre 1993 y 1994. Tenía unos 29 años y la banda había puesto todo patas arriba. En efecto, ya era tomada como una poderosa influencia por las nuevas alineaciones que iban surgiendo dentro del sonido de Seattle. En los tramos finales de la gira Nirvana grabó el MTV Unplugged disco que muchos han interpretado como una puesta en escena en la que Cobain adelantó su propia muerte. Era una escenografía íntima, coronada por flores y velas. “La sesión de Unplugged fue hacia el final de un mes de gira por América del Norte con la banda. Soy de Nueva York, así que fue agradable estar de regreso allí, y algunos de mis amigos asistieron al espectáculo. Era una atmósfera de alta presión: no estoy acostumbrada a las cámaras y estaba bastante nerviosa. Pero estábamos bien ensayados y se había puesto mucho cuidado en armar un set que entusiasmara a todos”, recuerda.
En el disco se escuchan en formato acústico varios de los clásicos de Nirvana. El sonido del chelo de la Goldston impregnó el simbólico ambiente de grabación y reluce en temas como “Jesus Doesn’t Want Me For A Sunbeam”, “The man who sold the world”, “Dumb”, “Polly”, “On a Plain”. Ella considera que su adaptabilidad fue uno de los atributos primeros que imprimió a la grabación. “Creo que un rasgo que surge es la adaptabilidad. Hice lo mejor que pude para adaptar mi sonido al sentimiento de las canciones, y para las versiones escuché con mucha atención los originales como guía. Algunas de las canciones llaman a una especie de ironía oscura que me viene de forma muy natural. ‘Where Did You Sleep Last Night’ (¿Dónde dormiste anoche?) transmite un sentimiento de fatalidad que se ha convertido en amor cada vez más”.
Lori Goldston creció en Nueva York bajo las influencias y el soul de bandas como The Temptations, The Four Tops, Stevie Wonder. Comenzó a estudiar guitarra desde los 7 años y más tarde se dedicó al chelo. Su formación musical, no obstante, es muy variada. Incluye además una amplia gama de influencias en la que también descansan el punk, el folk y la larga tradición del rock. Conoce muy bien la música cubana gracias a los grupos que tomaron Nueva York como base de operaciones. En la actualidad es una referencia en la experimentación y la creación de obras musicales experimentales. Ha colaborado con numerosas bandas y músicos como los precursores del drone metal, Earth y David Byrne y creó junto a su esposo la banda The Black Cat Orchesta. Como solista ha grabado discos como The Passion of Joan Of Arc, inspirado en la película del mismo nombre. El disco se grabó en una iglesia alemana del siglo XIX, junto a dos instrumentistas de referencia: Aidan Baker (Nadja) y Andrea Belf.
¿Qué motivos personales o artísticos la llevaron a fundar The Black Cat Orchestra?
Ese proyecto surgió del trabajo que hice durante un par de años con una compañía de teatro experimental. Inicialmente empezamos a juntar bandas para obras de teatro, luego la banda sobrevivió al grupo de teatro. Al principio tocábamos sobre todo piezas que escribíamos, pero pronto empezamos a tocar música de todo el mundo que encontrábamos en discos antiguos y en partituras de la biblioteca pública. Pienso a menudo en cuán radicalmente anterior a Internet era nuestra forma de armar ese repertorio, tuvimos que trabajar muy duro para encontrar todas estas hermosas canciones antiguas. Si estuviera sucediendo ahora, estoy segura de que el sonido y el sentimiento de la banda tendrían que ser completamente diferentes.
Durante su carrera se ha destacado además por crear música para museos, teatro, cine o eventos como la Semana de la Moda de París. ¿Con qué aspecto de la creación se siente más cómoda?
Me encanta colaborar con personas que trabajan en diferentes géneros y medios; me siento agradecida por tener la oportunidad de tocar en algunos espacios hermosos. Además, a menudo toco en espectáculos muy pequeños en lugares no lujosos y me gusta tener esa variedad todo el tiempo.
¿Cree que en el panorama artístico estadounidense o en el mercado internacional hay espacio para una artista como usted, que se interesa por las creaciones más experimentales dentro de la música?
Escucho mucha música increíble aquí en Seattle y cuando viajo. Por lo general, siento que la gente aprecia, comprende y valora lo que hago, lo que siempre parece algo milagroso. De alguna manera me las he arreglado para ganarme la vida durante todos estos años.
David Byrne me dijo en una entrevista hace varios años que el espíritu del “do it yourself” del punk sobrevive, a pesar de que los estilos musicales han cambiado. ¿Considera lo mismo teniendo en cuenta que su trabajo mantiene esa sensación de libertad dentro de la música?
Absolutamente. Ese es el espíritu que siempre he amado y que me ha parecido más emocionante, y he hecho todo lo posible para permanecer cerca de él.
¿Qué es lo que más le impactó de su trabajo con David Byrne?
Es una persona muy agradable, un excelente conversador y un colaborador muy abierto y confiado.
¿Qué la condujo a decantarse por el violonchelo y por la formación en música clásica si procedía de una cultura musical influenciada por el soul y el rock?
Mi primera formación musical fue con la guitarra, luego, unos años más tarde, comencé a aprender violonchelo en la escuela. Yo no era de una familia musical y en realidad no sabía mucho al respecto. Los géneros musicales que primero captaron mi imaginación fueron el soul y rock, al escucharlos en la radio cuando era una niña. Mi educación en música clásica vino después, estudiando violonchelo.
¿Puede contarnos qué experiencias musicales han definido más su carrera?
Creo que mi vida musical está más claramente marcada por la extremadamente amplia variedad de experiencias musicales. Colaboro con cantantes, guitarristas, bateristas, bandas, compositores, cineastas, coreógrafos, escritores. Me encanta ser desafiada y aprender.
¿Siente nostalgia de aquellos años en los que giró con Nirvana y grabó el en MTV Unplugged en medio de la efervescencia del movimiento grunge?
Fue un momento muy divertido para mí y estoy muy orgullosa de ese trabajo por muchas razones. Pero en general me inclino más a mirar hacia adelante. No soy una persona muy nostálgica.
¿Cómo son sus relaciones actuales con Grohl y Novoselic?
Me encuentro con Krist muy, muy de vez en cuando, y no he visto a Dave en muchos años.
¿Cómo se sintió cuando escuchó la noticia del suicidio de Kurt Cobain?
Horrible.
¿Ha viajado a Cuba?
No, realmente me encantaría hacerlo algún día.
¿Conoce la música cubana?
Sí, crecí en las afueras de la ciudad de Nueva York, donde hay mucha música cubana. En la universidad y un tiempo después estudié percusión y toqué un poco la conga, y aprendí algunos conceptos básicos del universo musical de la Isla. He escuchado música cubana de muchas épocas y estilos diferentes y, en general, tengo un enorme respeto por la maestría musical del país.