Nadie vaticinó que, cumplido el primer mes de la temporada de Grandes Ligas, el lanzador cubano Néstor Cortés Jr. tendría más ponches que el as de la rotación de los New York Yankees, Gerrit Cole, o que sería el mejor serpentinero de los Bombarderos del Bronx. Pero en el béisbol no hay imposibles, y lo que hoy parece un sueño mañana se puede convertir en realidad.
El ejemplo de Cortés es uno de los más elocuentes. Si tiramos un vistazo a sus números desde su debut en MLB en el 2018 hasta el 2020, el zurdo antillano tenía efectividad de 6.72 en 42 partidos y 79 innings de labor, con 24 jonrones permitidos y una media de 4.3 boletos por cada nueve entradas, panorama nada alentador para un chico que, a primera vista, no impresiona por su velocidad o su físico.
Sin embargo, el trabajo intenso, la preparación y el enfoque le han permitido a Cortés cambiar drásticamente el panorama en las dos últimas campañas, al punto de convertirse en el líder de promedio de carreras limpias (1.41) en la Liga Americana durante la actual temporada. Pero, en realidad, su “explosión” se produjo desde el 2021, cuando comenzó a regalar actuaciones dominantes con los Yankees.
Entre las dos últimas contiendas, su efectividad es de 2.52 en 28 partidos y 125 episodios, con 145 ponches, 16 jonrones permitidos y una media descendente de 2.6 boletos por cada nueve entradas. En dicho lapso, solo ha aceptado más de dos carreras en cuatro desafíos, y ya suma ocho salidas consecutivas de estas características.
Los puntos más altos de su faena en la presente contienda podemos ubicarlos en una apertura de cinco entradas y 12 ponches (el tope de su carrera) contra Baltimore a mediados de abril, así como su cátedra frente a Texas el pasado lunes 9 de mayo. En el Yankee Stadium, frente a más de 33 mil fanáticos, el zurdo dibujó una joya de 7.1 innings en blanco, con 11 bateadores retirados por la vía de los strikes y solo un sencillo en su cuenta.
Cortés estuvo dando un no hitter hasta el octavo capítulo, cuando Eli White le conectó un imparable al central. No obstante, lo más destacado de este partido radica precisamente en los números, pues en la historia de MLB, desde 1901 hasta la fecha, solo 123 lanzadores –entre decenas de miles– han conseguido trabajar siete o más entradas sin carreras, al menos 11 ponches y solo un jit permitido.
La lista es tan exclusiva que solo un cubano la integraba antes de la gesta de Cortés. Hablamos del estelarísimo Luis Tiant, máximo ganador entre todos los serpentinero de la Isla que han visto acción en MLB. El 25 de septiembre de 1968, hace ya 53 años, “El Tiante” consiguió una blanqueada frente a los Yankees tras retirar nueve episodios, con 11 ponches y solo un indiscutible en su cuenta.
No nos puede extrañar que Cortés haya emulado a una leyenda como Luis Tiant, porque realmente está rindiendo a la altura de los mejores. Su dominio con el cutter ha sido impresionante y devastador para los rivales, quienes solo le batean .137 ante ese pitcheo, con pobre slugging de .294.
El zurdo también ha descolocado a sus contrarios con una recta de cuatro costuras que no camina mucho más allá de las 90 millas. En seis salidas, ha utilizado esa arma en 186 oportunidades y solo ha permitido un extrabase, con promedio oponente de .206 y slugging de .235. Este desempeño demuestra que la velocidad no lo es todo en el arte de lanzar…
Yordan Álvarez infunda el pánico
El pasado jueves en la noche, Yordan Álvarez pegó dos cuadrangulares y un doble en el Target Field de Minnesota. Estos tres batazos, sumados, recorrieron la inaudita cifra de 1 089 pies, y dejaron sin aliento a la fanaticada de los Twins. Solo 24 horas después, el tunero volvió a jonronear en Washington, donde la afición contraria también quedó maravillada con su poder.
Yordan se ha convertido en el principal empujador de los Houston Astros en este inicio de campaña, en la cual también disputa el liderato en vuelacercas con Aaron Judge. El estelar patrullero de los Yankees lleva 12 batazos más allá de los límites, y el cubano le pisa los talones con 11, la mayor cantidad que ha conectado en los primeros 28 partidos de una temporada.
Ni siquiera en su espectacular comienzo del 2019 Álvarez logró tantos vuelacercas, lo cual habla a las claras de que está explotando cada vez mejor ese don que la vida le regaló. Si mantiene el ritmo, las proyecciones de Baseball Reference indican que podría sobrepasar la marca de 50 jonrones y hasta llegar a 60. Ningún cubano ha logrado jamás semejantes cifras.
Todavía para eso hay que esperar, pero Yordan ya está dejando algunos récords. Por ejemplo, con sus jonrones del jueves frente a Minnesota llegó a diez partidos con dos o más cuadrangulares y se convirtió en el tercer jugador de la historia que más rápido (en 260 choques) ha logrado diez juegos con múltiples bambinazos, solo superado por Gary Sánchez (216) y Gleyber Torres (240).
Pero hay más, ese duelo de dos vuelacercas y un doble es el número 21 de su trayectoria con múltiples extrabases, cifra que ningún otro cubano ha logrado en los primeros 260 pleitos de su carrera. El que más cerca ha estado es José Abreu, quien consiguió 20 partidos de múltiples extrabases en sus primeros 260.
Mirando todas marcas, nos invade la duda de cuál será el límite de Yordan Álvarez, un fenómeno que, recordemos, solo tiene 24 años.
Sin mirar: Yuli Gurriel saca el Guante de Oro
Yulieski Gurriel tuvo una noche soñada este viernes en Washington, donde pegó su primer jonrón de la temporada y consiguió romper una racha de 17 partidos sin remolcar dos o más carreras. Por si eso fuera poco, el inicialista de Houston también brilló a la defensiva, demostrando que su Guante de Oro en el 2021 no fue obra de la casualidad.
En la sexta entrada, luego de que Juan Soto se embasara por imparable al central, Josh Bell conectó un roletazo lento por primera que Gurriel fildeó metido en la yerba interior. Todo parecía indicar que la jugada solo daba para forzar en segunda, pero José Altuve sacó el out en la intermedia y devolvió la pelota a la inicial para que Yuli se inventara una obra de fantasía.
El espirituano, después de fildear el rolling bastante lejos de primera, prendió las turbinas y regresó rápido a la base para capturar el envío de Altuve ¡sin mirar!, y así completar un espectacular doble play que mantenía sin opciones de anotar a Washington.
Fue una jugada digna de un Guante de Oro, el premio que Yulieski ganó la pasada temporada contra todos los pronósticos como el mejor inicialista defensivo de la Liga Americana. Los narradores del duelo se quedaron con la boca abierta, como muchos de los presentes en el Nationals Park, donde el cubano, pudiera decirse, vivió una de sus mejores noches en la presente temporada.
Además del fildeo, el resurgir ofensivo fue muy importante, y así lo hizo saber el propio jugador tras culminar el partido. Gurriel se mostró satisfecho ante la prensa y reconoció algunos errores en su mecánica, algo habitual cuando un pelotero cae en un slump.
“Me estaba parando diferente (en el cajón de bateo) y no me daba cuenta. Eso pasa a veces cuando uno no se siente bien al bate y empieza a hacer cosas indebidas, pero Alex Cintrón (coach ofensivo) se dio cuenta”, apuntó.
“He estado tratando de hacer los ajustes toda esta temporada, lamentablemente no me había salido bien, pero me he mantenido trabajando, siempre un poquito más para poder mejorar. Hoy ha sido una muestra de esto y espero que ojalá siga.”
Se rompe el encanto de Chapman y Cionel
Los zurdos cubanos Aroldis Chapman y Cionel Pérez tenían dos de las mejores rachas activas sin permitir carreras en las Mayores. El cerrador holguinero de los Yankees llevaba 15 partidos inmaculados, mientras el relevista matancero de los Orioles sumaba ya 13 choques en blanco. Pero nada en la vida es eterno, y esta semana los dos vieron como se quebraba sus seguidillas.
El miércoles, Chapman permitió una carrera frente a Toronto, aunque logró apuntarse su octavo rescate de la temporada y el 314, puesto 24 de todos los tiempos junto a Robn Nen. Solo 48 horas después, Cionel logró su tercer hold de la contienda pese a aceptar una anotación en el duelo Baltimore-San Luis, en el que Dylan Carlson le pegó cuadrangular.
Estas fueron las primeras carreras que permitieron este año los dos zurdos de la Isla, quienes han sido dominantes y de vital importancia para sus equipos. Chapman, por ejemplo, ha lanzado en 13 choques y los Yankees han ganado 12, mientras Cionel ha visto acción en 12 y los Orioles han ganado la mitad, una cifra considerable teniendo en cuenta el récord perdedor de la franquicia.
Por cierto, el yumurino nunca había tenido una racha tan larga de partidos sin permitir carreras. De hecho, antes de hilvanar estos 13 juegos sin que le rayaran la tarjeta, su mejor marca era de cinco encuentros sin anotaciones en su cuenta entre sus dos últimas salidas del 2019 y las tres primeras del 2020.
En cuanto a Chapman, ha concretado sus últimas 22 oportunidades de salvamento desde julio del 2021 hasta la presente campaña.
Randy Arozarena, ¿en aprietos?
Esta semana, el Novato del Año de la Liga Americana en el 2021 pegó su primer jonrón de la temporada luego de 118 comparecencias al plato. Ese fue el tiempo que tardó el pinareño Randy Arozarena en ponerle algo de sabor a su campaña, que hasta el momento ha sido lenta y más bien fría.
En sus primeros 32 partidos, Arozarena tiene los peores números de su carrera en average (.223), promedio de embasado (.266), slugging (.347) y OPS (.613), fruto de una baja marcada en la mayoría de los indicadores que miden la calidad de los contactos. Por ejemplo, el antillano presenta las medias más malas desde su debut en MLB en factores cruciales como velocidad (89.1 millas) y ángulo (3.7) de salida de sus batazos, mientras el 37.5 % de sus conexiones entran en la categoría de Hard Hit (pelotas bateadas a más de 95 millas), también la cifra más baja de su trayectoria.
Por otra parte, ha incidido en su rendimiento la disminución de sus por cientos de conexiones sólidas (4.5) y de los llamados barrels (3.4), aquellos batazos con una combinación ideal de velocidad y ángulo de salida. En estos apartados, Randy ha dejado igualmente los peores números de sus cuatro campañas en las Mayores.
Si bien Arozarena está logrando más contactos (su tasa de ponches ha disminuido respecto a las dos temporadas anteriores), queda claro que la calidad de esas conexiones ha estado por debajo de sus estándares habituales. Una clara muestra es que el 58 % de sus batazos han sido rollings, la mayor tasa de su carrera y la quinta más alta entre todos los jugadores de Grandes Ligas en este 2022, solo superado por Eric Hosmer (60.2), Cristian Pache (60), Tommy Edman (58.7) y Thairo Estrada (58.4).
Otro factor a considerar es la variable hoja de ruta de los rivales cuando lo enfrentan. Por ejemplo, en la actual temporada Randy ha visto un incremento del uso de envíos rompientes y su respuesta no ha sido la mejor, con 15 ponches y slugging de .333 frente a ese tipo de pitcheos.
Ante este escenario, es muy probable que Arozarena necesite corregir algunos aspectos de su mecánica en el plato para revertir la situación, algo que ya logró hacer la pasada campaña tras comenzar con algunos problemas e indicadores alejados de su nivel real.