Paco León es más despierto e igual de carismático que el Luisma, personaje que interpretó en más de 200 capítulos durante diez años en la conocida serie española Aida. Llega a La Habana la cinta Carmina y amén, su segunda película, estrenada en España el 30 de abril de este año. Lleva el cabello teñido de negro y conserva sus rizos que coronan su rostro siempre sonriente y sus expresivos ojos turquesa. Todos quieren fotografiarse con él y él accede a complacer a sus fans, aunque esté a punto de salir del Hotel Nacional de Cuba, cuartel general de la cita cinematográfica, a conocer la ciudad de la que, según confiesa, vive enamorado desde hace unos años.
Para quienes conocimos al Luisma, un ex yonqui que “se metió tantas cosas que se quedó tonto”, es casi imposible ver a Paco de León como alguien serio. Afirma que siempre ha preferido pasarse de tonto que de listo, que es una buena estrategia y le ha funcionado. Aún está sorprendido de que todos, o casi todos en Cuba, le conozcan y le demuestren su afecto y admiración. “Sabía que acá se veía Aida pero nunca imaginé que fuera tan popular”’, expresó entre risas. Cuenta que fue a cenar a un restaurante y el dueño le impidió pagar la cuenta que, “no sabía qué hacer, me quedé sin palabras pero nos hicimos varias fotos”.
OnCuba conversó con Paco pero detrás se esconde Luisma; a veces se desdibujan las fronteras entre ambos, pero ahora está al habla el cineasta.
Ha declarado que es más complejo hacer reír bien que dirigir un par de filmes. ¿Cómo ha sido el camino de comediante a director?
Siempre me he caracterizado por mi inquietud y por experimentar. Esto me ha llevado a escribir, bailar, cantar, actuar y dirigir. La experiencia detrás de las cámaras comenzó con Carmina o revienta, una suerte de experimento en el que dirijo a mi madre y funciona como un falso documental, es un proyecto muy familiar que superó nuestras expectativas y debido a su éxito me aventuré a realizar Carmina y amén, que vine a compartir con los cubanos. Lo que comenzó como un proyecto extraescolar se ha convertido en una de mis pasiones, y ahora estoy preparando mi tercer largometraje.
¿Con qué expectativas exhibe su filme en La Habana?
Espero que los cubanos entiendan el humor de Carmina y amén. Esta segunda cinta, más pensada, está hecha con más oficio y quiero que la disfruten como yo disfruté haciéndola.
Debido a su personalidad inquieta, ¿cómo logró no aburrirse del Luisma en diez años?
Los éxitos en televisión son una alquimia muy rara, es mágica esta suerte y con Aida funcionó. Fue una carrera de fondo, diez años yendo a rodar de lunes a viernes, de siete de la mañana a siete de la tarde, hay días en que te la pasas bien, otros en que odias al Luisma y otros en que lo amas. Me siento muy orgulloso de mi personaje y de todos mis compañeros que llevamos la serie hasta el final y nadie se aburrió. Era un poco esperpéntico montar una serie como esta, con una prostituta, un ex yonqui, un niño gay, pero al final se consiguió un buen retrato de la sociedad española porque España se cuenta mejor en la caricatura que en el realismo. El Luisma hizo más por la lucha antidroga que todas las campañas gubernamentales, porque si te drogas te quedas tonto como el Luisma y eso está clarísimo y hasta los niños lo entienden. Es un mensaje sencillo que llega.
¿Le gustaría actuar o rodar en Cuba?
Encantadísimo de hacer cualquiera de las dos cosas, estoy a la espera de un buen proyecto con Cuba.
Como director, ¿qué temas le inspiran?
Soy un director amateur y el mayor referente e inspiración siempre es la realidad.
¿Ha pensado renunciar a la actuación y dedicarse por entero a la dirección?
No, lo quiero todo. Me organizo y sé que todo no se puede tener, pero bueno, casi todo. La dirección es algo que voy a seguir haciendo, la voy a compaginar con la actuación, porque eso de contar historias desde detrás de las cámaras es algo que me sedujo y ya no creo que me abandone. Pero soy ante todo un cómico.
¿Qué opinión existe actualmente del cine latino en Europa?
La mirada de Europa está puesta en América Latina, el hervidero de la creatividad está en este continente y es muy interesante el mercado latino por su diversidad. Son eventos como este los que dan voz a los nuevos realizadores.
¿Qué se lleva del Festival del Nuevo Cine Latinoamericano?
Me está gustando mucho esta experiencia, no conocía el Festival de antemano pero ahora, por intuición, me doy cuenta de su calidad, tantas películas y un variado programa profesional son prueba de ello y eso se va conmigo. También me llevo el cariño de los cubanos.