“Son escalofriantes”; “he llorado al verlas”; “no puedo dejar de pensar en ese bombero que camina solo casi hasta disiparse”. Estos comentarios son una parte de los tantos que escribieron los internautas en diferentes perfiles de Facebook en los que fueron compartidas las imágenes que mostraban al mundo, muy de cerca, la tragedia del incendio en Matanzas y la labor de los bomberos. En la más sobrecogedora, las siluetas de ellos se mueven entre una cortina de vapor a escasos metros de dos inmensos tanques de combustible. Uno arde espantosamente.
Pero, ¿quién había tomado las fotos y cómo pudo llegar hasta allí? En medio de la infinidad de comentarios, hallé uno que declaraba el reconocimiento de un padre a su hijo fotógrafo Raúl Navarro González. Así, uno me llevó al otro y pude entrevistar al joven de 31 años cuyas instantáneas se han hecho virales, no sin antes sacarlo de la cama debido al cansancio y la tensión del día anterior.
¿Crees que tus fotos han tenido tan amplia repercusión porque fueron las primeras en graficar la tragedia in situ?
Francamente, no esperaba que mis fotos impactaran tanto. Las he visto compartidas por todo tipo de medios: oficiales cubanos e independientes. Me han escrito de revistas y periódicos nacionales e internacionales para entrevistarme o solicitar autorización para publicarlas.
Tuve la oportunidad de estar muy cerca de los hechos y eso me permitió reflejar con más detalles la magnitud del suceso y a las personas que allí se enfrentaban al fuego. Quizás eso haya sido un gran punto a favor de las fotografías y su acogida por los medios, pero no tengo idea si fueron las primeras.
Supongo que las hiciste con teleobjetivo, pero eso no le restó riesgos a tu vida. ¿Cómo llegaste al sitio donde las tomaste? ¿A qué distancia estabas?
Me llamó en la noche del mismo día que comenzó el incendio, el 5 de agosto, el director del periódico Girón para la cobertura. Nos fuimos casi de madrugada. Estuve a 100 metros de los tanques aproximadamente, desde allí tomé las fotos. Sentía un calor horrible, por eso me impactó ver a los bomberos allí metidos. Eso debía ser inaguantable. Presentí que podía empeorar porque el vapor era cada vez mayor. Antes de la hora de haber salido de allí ocurrió la explosión.
Estas fotos recogen quizá los últimos momentos de vida de algunos bomberos
Eso me marcó mucho. De hecho, considero que el mayor valor de las fotos es el documental. Es un tema muy sensible, no puedo ver las fotos sin pensar que ellos son los ausentes de hoy, pero quedaron captados en mi lente para siempre. Eso me hizo valorar y admirar sobremanera su trabajo. Ellos son los grandes héroes de esta historia.
¿Cuánto temor sentiste?
No soy una persona de sentir mucho miedo. De hecho, me fui para allá con todo el ánimo de un fotógrafo que va a una aventura. Dejé a mi esposa más preocupada que yo. Allí fui más consciente, no es lo mismo ver las cosas por los medios que sentirlas en carne propia. Aquello era un monstruo. De verdad que los bomberos son seres de otro mundo. Allí llegué a comentarle al director de Girón que quizás debíamos irnos porque eso pintaba feo. Era demasiado fuego, muy fuerte. Ya en casa, cuando vi las noticias de la explosión, me puse nervioso. No pude dormir el resto de la noche.
¿Qué técnicas fotográficas aplicaste para esta ocasión? ¿O dadas las circunstancias solo fue llegar y dar clic?
No, es complicado; sobre todo si el equipo tiene sus limitaciones y el entorno y la iluminación no son los más cómodos. Siempre digo que es vital conocer tu propia cámara y cómo le puedes sacar el mejor partido. Uso una cámara Canon T7. Me apoyo mucho en tomar más de una foto para conformar la composición y la calidad de imagen que quiero, así como en el revelado posterior de la fotografía en la computadora. Trabajo en la corrección de valores, pero nunca falseo nada, solo utilizo el software para suplir las limitaciones de mi cámara.
¿Eres fotógrafo free lance?
Sí, trabajo la fotografía de forma autónoma. Hace poco comencé a trabajar en el periódico Girón, pero tengo mi obra personal. Siempre estoy haciendo fotos para mí y de lo que me gusta: paisaje, fotografía macro, callejera… Soy graduado de Informática, pero mi papá es fotógrafo y creo que de ahí viene mi pasión. Siempre me gustó hacer fotos, pero el confinamiento por la COVID fue una etapa decisiva en mi determinación de ejercer la fotografía con más seriedad. Mi preparación y mi inquietud visual se aceleraron en ese tiempo. Ahora ya no puedo parar de hacer fotos.
¿Has obtenido premios?
He participado en algunos concursos y exposiciones colectivas, pero el mayor reconocimiento lo he tenido en las redes, medio por el cual la gente me conoce más y distingue mi trabajo. Por eso me contactó el periódico Girón para que colaborara con ellos. La cobertura del incendio fue mi primer encargo.