Cuba reportó seis nuevos contagios de COVID-19 hasta la medianoche de este sábado 11 de marzo, fecha en la que se cumplió el tercer año de la identificación de los primeros contagiados dentro del país.
En esa fecha de 2020 el Ministerio de Salud Pública (Minsap) informaba que las muestras tomadas a tres turistas italianos con síntomas de la enfermedad, y que se encontraban en ese momento hospedados en una casa de renta de Trinidad, en la provincia de Sancti Spíritus, habían dado positivas al virus SARS-Cov-2.
https://twitter.com/minsapcuba/status/1634891705982894082?s=21&t=MlhSEdsEQSDKQK07LXq4vg
Desde entonces el sistema sanitario nacional se dio a la tarea de identificar los contagios y tratar a enfermos, a veces con el empleo de novedosos tratamientos, mientras los científicos iniciaban una carrera para diseñar y producir vacunas propias capaces de inmunizar a la población.
Durante estos tres años un total de 1 112 657 de las más de 14 millones de muestras analizadas en los laboratorios cubanos han resultado positivas, de acuerdo con el más reciente parte del Minsap.
El reporte indica que de los nuevos casos, tres fueron contactos de casos confirmados, uno regresó recientemente al país. No se ha logrado identificar la fuente de infección de los otros dos.
En la actualidad se mantienen 51 pacientes internados con COVID-19 en centros hospitalarios, 23 de ellos con el virus activo.
El Minsap ha reportado, además, que en estos años de pandemia el 99,2 % de las personas contagiadas (1 104 045) han logrado recuperarse de la enfermedad, mientras la cifra oficial de fallecidos se ha mantenido desde hace varios meses en 8 530.
Esos números hacen que Cuba exhiba una tasa de mortalidad del 0,77 %, inferior a la del 1 % que se registra en el mundo en estos momentos, y al 1,54 % correspondiente a la media de los países de América.
Cuba ha desarrollado tres vacunas contra la COVID-19 con las que implementó un esquema de inmunización extendido a la población de todas las edades.
Además, aunque sus vacunas no han recibido la aprobación definitiva de la Organización Mundial de la Salud (OMS), su uso ha sido certificado por las entidades reguladores de varios países como Bielorrusia, México e Irán.