A pesar del tiempo que queda para las próximas elecciones presidenciales en Estados Unidos, la campaña electoral está tomando sus contornos. El más llamativo es el enfrentamiento entre el exmandatario Donald Trump y el gobernador de Florida, Ron DeSantis.
El expresidente ya cuenta con el apoyo de ocho congresistas de Florida en Washington, y el gobernador con el de apenas una congresista. Lo curioso es que con el giro hacia la derecha de Florida, ninguno de los congresistas que ya se comprometieron en apoyarlo es cubanoamericano.
“Si queremos que nuestra economía vuelva a encarrilarse, Donald Trump es el tipo indicado para hacerlo”, declaró el miércoles Vern Buchanan, el segundo al mando de la delegación de Florida en la Cámara baja federal horas después que el mismo exmandatario lo llamara personalmente para pedirle su apoyo.
En su lucha por la nominación republicana, Trump había logrado ganarse el apoyo público de siete miembros de la delegación del Congreso de Florida en Washington. La semana pasada, los representantes Greg Steube y John Rutherford dieron formalmente su apoyo al candidato. Más tarde se les uniría el congresista Brian Mast.
DeSantis anunció el martes el apoyo de la representante republicana Laurel Lee, hasta el momento su único respaldo.
Se espera que DeSantis lance su carrera después de la sesión legislativa en Florida. A pesar de que el actual gobernador está en la segunda posición en las encuestas, todavía tiene mucho terreno por recorrer para poder competir con Trump en las primarias del partido, a realizarse entre febrero y junio de 2024.
Uno de sus escollos es que aunque tiene un sólido apoyo en Florida, DeSantis no ha logrado el respaldo de los líderes republicanos, comenzando por el líder en el Senado en Washington, Mitch McConnell, y el de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy.