Una ciudad sin candelabros, faroles o luces, es un lugar a oscuras cuando cae la noche. Entonces desaparece la belleza, incluso de las sombras. Por eso las luminarias forman parte de la poesía cienfueguera, con sus bombillas amarillas que imitan el sepia, cual postal nostálgica del siglo XIX. Pero no hacen falta luces para iluminar una ciudad como esta Perla del Sur. A esta tierra es mejor verla así, a plena luz del día, cuando apenas el sol resplandece sobre el parque José Martí y sus edificaciones. Mejor verla así, naturalmente, cuando se nos descubre como “la ciudad que más me gusta a mí”.
LINDA CIENFUEGOS
Cienfuegos mi bella ciudad…como buena cienfuegera que soy es lo máximo..
El parque marti me traen muchos recuerdos de mi ninez ,mi cuidad es Bella orgullosamente de ser cienfueguera
Mi Bella ciudad
La perla … preciosa como siempre !